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«Demon», de Jack Kirby (1972-1974)

El estudio de un dibujante de cómics es un lugar donde la incertidumbre, al igual que el portalápices o la mesa inclinable, forma parte del mobiliario.

Siempre ha sido así. Es parte del oficio. Le sucedió incluso a un genio como Jack Kirby, especialmente en aquellos momentos en los que, a pesar de su fama, debía demostrar su comercialidad semana a semana.

Muchos de los que hoy le rinden homenaje, tienden a olvidar que Kirby, a lo largo de su trayectoria, también experimentó el navajeo y las intrigas, y que sus mejores momentos se alternan con desencantos igual de notables.

El cómic que hoy nos ocupa surge, precisamente, de una de esas decepciones. Allá por 1971, Kirby había dejado atrás Jimmy Olsen, el amigo de Superman, y se concentraba en las tres cabeceras del Cuarto Mundo: Los Nuevos Dioses, Jovenes Eternos y Mr. Milagro. Gracias al respaldo de DC, disponía de dos ayudantes, Steve Sherman y Mark Evanier, pero en realidad, era él quien sacaba adelante la totalidad del trabajo.

Buscando nuevas vías para posicionarse en el mercado, el editor jefe de DC, Carmine Infantino, acogió con entusiasmo un nuevo proyecto de Kirby, inspirado de forma tangencial en la saga El Planeta de los Simios. Fue así como llegó a los lectores Kamandi, el úlimo chico de la Tierra, un cómic cargado de inventiva, cuyas viñetas lucen ese estilo compositivo que Kirby convirtió en su sello personal.

Para reforzar la oferta de títulos, Jack Kirby aceptó un segundo encargo, bastante más ingrato. El asunto consistía en crear un personaje que colmase las expectativas de los lectores atraídos por el suspense, lo macabro y lo sobrenatural: una moda que se había traducido en numerosas publicaciones y en el rescate de los viejos mitos del terror.

¿Para qué diablos, se preguntó Kirby, están los retos sino es para aceptarlos? Tras recordar un episodio de El Príncipe Valiente, de Harold Foster, publicado a fines de 1937 ‒aquel en el que Val se disfraza de espíritu maligno, usando como máscara la piel y las patas de un ganso‒, el dibujante ideó en pocos minutos un demonio muy similar a esa creación de Foster.

El nuevo personaje, Demon, asumía la doble identidad propia de los superhéroes, incorporando asimismo elementos de la tradición artúrica ‒la magia de Merlín, por ejemplo‒, y abriendo la puerta a esa moda de lo paranormal que mencioné más arriba. Ya saben: viajes astrales, telepatía, invocaciones, sortilegios y todo tipo de entidades siniestras.

Por desgracia, este nuevo encargo venía acompañado por una malísima noticia: la suspensión de Los Nuevos Dioses y Los Jóvenes Eternos, ambas en su número 11: la primera en octubre de 1972 y la segunda en agosto del mismo año.

Sumemos los dos factores: la desolación al ver cómo desaparecían dos de sus creaciones más queridas y la necesidad de seguir trabajando de la manera más profesional posible. Resultado: una tormenta creativa. Parece sencillo ¿no?

«Cuando leas Demon ‒escribe Mark Evanier‒ estarás viendo cómo se abordan al menos dos retos personales. Uno es Jack Kirby haciendo una clase de material que le era un poco ajeno y que le suponía un desafío, más de lo que se lo había supuesto cualquier otro trabajo que hizo durante ese periodo (…) El otro era enamorarse de su nueva creación. Encontrar la manera de interesarse en un cómic que no tenía intención de hacer más allá de un número dos».

Puede que Kirby quisiera que Demon fuera desarrollado por otros artistas, y que su malestar inicial fuera más que significativo. Sin embargo, está claro que hizo de la necesidad virtud, y volvió a brindarnos un tebeo memorable. No de primera fila ‒tengamos en cuenta otros títulos de su autor‒, pero muy satisfactorio, y sin duda, necesario en la biblioteca de cualquier seguidor del dibujante.

El carisma de Etrigan, el demonio de Merín, es indiscutible, y su alter ego humano, Jason Blood, no carece de atractivo. Nos hallamos ante un moderno demonólogo, culto y seductor, con aire de dandy, acostumbrado a la hechicería y preparado para cualquier aventura.

Los secundarios son igual de eficaces. Acompañan a Blood dos amigos muy cercanos: un vidente indio, Randu Singh, y un publicitario simpático y objetivo, Harry Matthews. Por supuesto, aquí también hay un interés amoroso: Glenda Mark, cuyo papel quizá no sea tan activo, aunque destaca en más de un episodio.

Kirby no puede negarse a sí mismo, y su estilo aflora en cada viñeta. Aquí volvemos a encontrarnos con perspectivas imposibles, sentido de la maravilla, despliegues multitudinarios, escenarios complejos y potentes páginas de bienvenida, resueltas con un barroquismo descontrolado. Los guiones no están siempre a la altura, pero este es un reproche que podemos hacerle a infinidad de tebeos de la época.

El lector actual, alejado de aquella década frenética en la que nació Etrigan, lo amará o lo odiará, pero hay algo indiscutible, y es que no dejará de maravillarse ante la infinita capacidad artística de Jack Kirby, uno de los mejores dibujantes de tebeos de la historia.

Sinopsis

Seas lo que seas… ¡El Demonio no huirá! “Vete, vete, forma mortal… Que se alce el demonio… ¡Etrigan!”

Jack Kirby reinventó el género superheroico con su extensa saga del Cuarto Mundo –una valiente visión narrativa adelantada décadas a su tiempo. En honor al centenario de este extraordinario talento, DC Comics se enorgullece en volver a presentar el innovador trabajo del Rey de los Cómics en una nueva serie de tomos que recopilan sus títulos clásicos de DC en toda su gloria en cuatricomía.

Tras el éxito de los títulos del Cuarto Mundo, Kirby le dio a los fans del cómic su creación más impactante hasta el momento: ¡Demon! Invocado de las profundidades estigias por el mismísimo Merlín para que defendiera el legendario reino de Camelot, un engendro infernal rimador conocido como Etrigan fue vinculado a una forma mortal en el cuerpo de un huésped muy humano, Jason Blood.

Pero las aventuras de Etrigan continuarían mucho más allá del pasado mítico y medieval. Viviendo hasta la época presente, Jason Blood se convirtió en uno de los maestros de la magia y el ocultismo más poderosos del Universo DC… ¡y durante todo ese tiempo, su alter ego demoníaco ha estado listo, siempre dispuesto a desatar sus poderes infernales al servicio de la incansable batalla de Blood contra el mal!

Descubre una escritura de lo más atrevida y un dibujo de lo más dinámico del mundo del cómic –y emociónate con el poder imaginativo de uno de los mayores maestros del medio– en Demon, de Jack Kirby, que recopila toda la etapa de 16 números del Rey en esta aclamada serie.

Continúa en el siguiente artículo

Los cómics de Jack Kirby en Cualia

Sky Masters of the Space Force (1958-1961), de Jack Kirby y Wally Wood

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: Amazing Adventures núms. 1-6 (junio-noviembre de 1961)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núm. 1 (noviembre de 1961)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 2-3 (enero-marzo de 1962)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 4-6 (mayo-septiembre de 1962)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 7-13 (octubre de 1962-abril de 1963)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 14-18 (mayo-septiembre de 1963)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 19-26 (octubre de 1963-mayo de 1964)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 27-33 (junio-diciembre de 1964)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 34-38 (enero-mayo de 1965)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 39-42 (junio-septiembre de 1965)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 43-45 (octubre-diciembre de 1965)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 46-50 (enero-mayo de 1966)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 51-55 (junio-octubre de 1966)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 56-58 (noviembre de 1966-enero de 1967)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 59-64 (febrero-julio de 1967)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 65-67 (agosto-octubre de 1967)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 68-77 (noviembre de 1967-agosto de 1968)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 78-88 (septiembre de 1968-julio de 1969)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 89-97 (agosto de 1969-abril de 1970)

Los Cuatro Fantásticos, de Stan Lee y Jack Kirby: núms. 98-108 (mayo de 1970-marzo de 1971)

Sargento Furia y sus Comandos Aulladores (1963-1981), de Stan Lee, Jack Kirby y Dick Ayers

El Increíble Hulk (1962-1963), de Stan Lee y Jack Kirby

El Cuarto Mundo, de Jack Kirby (1970): Superman’s Pal Jimmy Olsen

El Cuarto Mundo, de Jack Kirby (1971): The Forever People, New Gods y Mister Miracle

El Cuarto Mundo, de Jack Kirby (1972): The Forever People, New Gods y Mister Miracle

El Cuarto Mundo, de Jack Kirby (1973-1985): Mister Miracle y The Hunger Dogs

Kamandi (1972-1978), de Jack Kirby

Demon, de Jack Kirby (1972-1974)

OMAC (1974-2009), de Jack Kirby y John Byrne

2001: Una Odisea del Espacio (1976), de Jack Kirby

Los Eternos (1976-1978), de Jack Kirby

Pantera Negra (1977-1978), de Jack Kirby

El Hombre Maquina (1978), de Jack Kirby y Steve Ditko

EDICIÓN ORIGINAL: The Demon núms. 1 a 16 USA || FECHA PUBLICACIÓN: Octubre de 2020 || GUIÓN: Jack Kirby || DIBUJO: Jack Kirby || FORMATO: Cartoné, 384 páginas. A color. Disponible el 20/10/2020 || ISBN: 978-84-18382-33-8

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Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.