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«Muerte: Lo mejor de tu vida» (1996), de Neil Gaiman, Chris Bachalo y Mark Buckingham

La versión que Neil Gaiman imaginó de Muerte en la colección regular de Sandman actualizó de forma original y brillante la siniestra personificación tradicional de ese concepto, convirtiéndola en una atractiva y pálida joven de estética gótica, cuya personalidad optimista y espíritu comprensivo aliviaba el trance de aquellos a los que acompañaba al sueño eterno.

Más abierta y optimista y menos misteriosa que su hermano menor, Sandman-Morfeo, caló inmediatamente entre los seguidores de la colección de este último, trascendiendo incluso su imagen el círculo del cómic para saltar al ámbito mainstream.

No era de extrañar, por tanto, que Muerte fuera el primero de los personajes de esa colección en recibir un cómic propio, en forma de miniserie para la recién creada línea Vértigo de cómic adulto dentro de DC.

Sobre esa obra, El alto coste de la vida (Death: The High Cost of Living, marzo-mayo de 1993) ya hablé en un artículo anterior, por lo que no me extenderé más aquí sobre ella. La segunda miniserie, Lo mejor de tu vida (Death: The Time of Your Life, abril-julio de 1996), llegó tres años después y puede comprenderse sin haber leído la precedente, si bien sus personajes principales, la pareja de lesbianas Hazel y Foxglove, sí tenían una trayectoria anterior a la cual se hacen algunas referencias: coprotagonizaron el arco argumental Juego a ser tú en la colección de Sandman y aparecieron brevemente en El alto coste de la vida.

La carrera musical de Foxglove ha progresado mucho desde que la viéramos debutar en el escenario de un club en El alto coste de la vida. Ahora es una cantante pop reconocida, pero el salto a la fama le causa complicaciones tanto a su propia identidad como a su relación con Hazel. Para alguien supuestamente alabado por desnudar su alma en sus canciones, Foxglove se ve obligada a ocultar su auténtica personalidad –y su orientación sexual– por razones comerciales. Mientras ella se zambulle en giras, entrevistas y conciertos, Hazel tiene que resignarse a quedarse sola en casa y cuidar de su hijo, Alvin.

Mientras se encuentra de gira por Estados Unidos para promocionar su último álbum, acompañada por su manager, Larry, y su guardaespaldas, Boris, Foxglove concede una entrevista a una publicación que poco después desvelará al mundo entero su homosexualidad (oculta hasta entonces para esquivar polémicas y mantener la fidelidad de los fans masculinos). Asimismo, participa en el programa de David Letterman y asiste al estreno de una película para la que ha compuesto el tema principal. Entonces, dos muertes, una pasada e ignorada por todos excepto por Hazel y otra recién acontecida, desencadenan una serie de acontecimientos que les obligará a ellas y a quienes las rodean a tomar decisiones de vida o muerte.

Como ya comenté en su respectiva entrada, la miniserie El alto coste de la vida había resultado algo decepcionante, una oportunidad perdida. Pero en esta ocasión, Gaiman se redime para ofrecernos una obra dedicada a Muerte muy superior. Como en la anterior, la historia gira alrededor de un personaje que aprende el sentido de la vida, pero en esta ocasión sus reflexiones sobre las relaciones de pareja, la homosexualidad, la fidelidad, el deber, el amor y la esencia de lo que significa vivir alcanzan una solidez y agudeza no solamente superiores, sino rara vez vistas en los cómics mainstream. Aquellos que se acerquen a este cómic esperando un tono netamente fantástico o terrorífico quedarán decepcionados porque Lo mejor de tu vida es, esencialmente, una historia de carácter humano sobre las cuestiones antedichas con algunos toques fantásticos, eso sí, para satisfacer a los seguidores de Sandman. El drama que nos presenta este cómic es lo suficientemente emotivo y profundo como para que el elemento fantástico resulte irrelevante, por mucho que Muerte sí desempeñe un papel fundamental en el desenlace.

Y hablando de Muerte, a diferencia de El alto coste de la vida, esa Eterna es ahora un personaje periférico hasta el final del primer capítulo, si bien su presencia es tangible desde el comienzo. Es más, ya no encontramos aquí a la muchachita agradable, cautivadora y parlanchina, sino a alguien –o algo, según se vea– que está realizando su labor de manera “profesional”, escuchando comprensivamente secretos y confesiones y tomando las vidas que así han sido marcadas.

Gaiman plantea en Lo mejor de tu vida dos situaciones de corte faustiano. Primero el trato alegórico de Foxglove, en virtud del cual sacrifica su relación con Hazel para obtener la fama. Ambas quieren que su relación prospere, pero Foxglove, absorbida por el tráfago del mundo del espectáculo y cada vez más distante física y emocionalmente de Hazel, ha ido convenciéndose a sí misma de que ya no la ama para poder así centrarse completamente en su nueva existencia.

El conflicto interior de Foxglove es el motor principal de esta historia, y aunque para comprender el vínculo entre las amantes ayuda el conocer los horrores que ambas tuvieron que afrontar en Juego a ser tú, tampoco es imprescindible ese contexto para entender la dinámica vigente entre las dos. Gaiman sabe dar a su relación el peso que merece sin caer en lo melodramático o lo acusadamente sentimental. Simplemente, sigue el curso lógico de aquélla: cuando dos personas llevan vidas tan diferentes, el distanciamiento es inevitable.

El segundo trato faustiano es más literal que el primero y tiene más que ver con la Magia. Hazel y Foxglove tienen un hijo, Alvin. Y éste murió. Pero Foxglove nunca lo supo porque su compañera, desesperada, consiguió de algún modo conmover a Muerte y hacer un trato secreto con ella. Así, Alvin volvió a la vida. Los detalles de ese acuerdo se los describe Hazel a Foxglove en estos términos: “Tarde o temprano, ella volverá. Y entonces tendremos que ir con ella…. Uno de nosotros se quedará. Y los otros dos regresarán”. “Ella”, en este caso, es Muerte.

Foxglove no la cree… hasta que se encuentra ella misma junto a otros dos personajes de su círculo entrando en los dominios de Muerte. Incluso en esos momentos, Foxglove todavía está convencida de que ha dejado de amarla. Hasta que Hazel se ríe y le responde: “Me has seguido hasta la Muerte porque te necesitaba. ¿Qué crees que es el amor?”.

Al final, el trato se ejecuta y una vida es sacrificada para que Alvin, Hazel y Foxglove puedan vivir. Pero es un sacrificio asumido voluntariamente, nacido de la responsabilidad y el cariño. Foxglove aprende la lección y continúa viviendo… otra vida. “Muere” como cantante y renace como madre y amante. Mirar cara a la cara a la Muerte y hacer honor al sacrificio de un amigo es lo que le hace comprender qué es lo más importante en la vida.

La lectura de la obra adquiere un nivel adicional de significado si tenemos en cuenta que Gaiman la aprovechó para reflexionar sobre algunas de las cuestiones que le afectaban en aquel momento a título personal. Para entonces se había convertido en una celebridad, y su nuevo estatus, equivalente en el mundo del cómic al de una estrella del rock, es muy similar al que tiene Foxglove en el cómic. Es por eso por lo que sus reflexiones sobre el sentido de la vida, qué es lo fundamental y verdaderamente importante en nuestras existencias, estén articuladas con mayor emoción y agudeza que en El alto coste de la vida. Y la prueba de ello es que el destino de Hazel, Foxglove, Larry o Boris afecta al lector mucho más que el de Sexton Furnival, el deprimido adolescente protagonista de aquella primera miniserie.

La historia está narrada básicamente a base de diálogos y monólogos (estos a cargo de Hazel mientras Muerte la acompaña en su tránsito al otro mundo), articulados con una prosa de gran calidad literaria que no sólo es accesible sino que nunca aburre aun cuando los temas que se aborden sean tan profundos. La trama y la atmósfera que la rodea va ganando en suspense conforme los personajes se acercan al trágico clímax. Se van sucediendo uno tras otro momentos y escenas inquietantes conforme se va produciendo, de forma gradual y fluida, una transición del mundo real hacia el fantástico. Un mundo fantástico, el de la antesala de la Muerte, que está retratado con un aire poético nada macabro o sórdido. Gaiman logra que la muerte parezca algo dulce.

Lo mejor de tu vida hereda el equipo artístico de la miniserie anterior: Chris Bachalo al dibujo y Mark Buckingham como entintador. Ambos se enfrentaron aquí a un trabajo complicado a la hora de estructurar y comprimir un guion muy verboso que les obligaba a recurrir a veces a páginas con hasta dieciséis viñetas, intercalando de vez en cuando páginas-ilustración muy decorativas con las que aliviar la densidad del diálogo. Bachalo, además, ha mejorado mucho como dibujante en el intervalo entre ambas miniseries. Su línea tiene una precisión y belleza muy particulares y sus personajes transmiten, además de una elegante melancolía, un extenso rango de emociones reflejadas con sutileza; los fondos y tratamiento del reino fantástico evocan los mundos de Winsor McCay.

Pero el trabajo parece que resultó ser demasiada carga para Bachalo y éste tan solo dibujó 37 de las 76 páginas de la obra, cediendo a Buckingham los lápices. Éste, en aras de la coherencia gráfica, se adapta perfectamente al estilo de su compañero; hasta tal punto, de hecho, que si no fuera por los créditos muchos lectores no percibirían el cambio. La paleta de colores de Matt Hollingsworth, sutil y reducida, es asimismo sobresaliente.

A pesar de su abundante texto y su lento ritmo, Lo mejor de tu vida es una de las historias más compactas y emotivas que Gaiman produjo para el universo de Sandman. La limitación a tres episodios neutralizó la tendencia del escritor a divagar y dilatar en exceso sus tramas. Introduce muchos pequeños detalles que añaden profundidad a los personajes (un anuncio de calzoncillos, una falsa identidad judía) y para cuando llega el dilema final, éstos han sabido hacerse querer. Lo mejor de tu vida es, en resumen, una obra muy personal y gráficamente notable que demuestra cómo abordar temas muy ambiciosos y complejos de una forma clara e inteligente. Y todo ello en menos de cien páginas.

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Copyright del artículo © Manuel Rodríguez Yagüe. Descubre otros artículos sobre cine, cómic y literatura de anticipación en nuestra sección Fantaciencia. Publicado previamente en Un universo de ciencia ficción, y editado en Cualia con permiso del autor. Reservados todos los derechos.

Manuel Rodríguez Yagüe

Como divulgador, Manuel Rodríguez Yagüe ha seguido una amplia trayectoria en distintas publicaciones digitales, relacionadas con temas tan diversos como los viajes ("De viajes, tesoros y aventuras"), el cómic ("Un universo de viñetas"), la ciencia-ficción ("Un universo de ciencia ficción") y las ciencias y humanidades ("Saber si ocupa lugar"). Colabora en el podcast "Los Retronautas".

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