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Crítica: «Viuda negra» («Black Widow», 2021), de Cate Shortland

Los productores musicales de los setenta y los ochenta ‒desde Giorgio Moroder a Stock, Aitken & Waterman‒ consolidaron la fabrica de éxitos del pop a base de trastear con los diales y promover sonidos bailables. Cuatro décadas después, aún resuena en nuestra memoria el tempo rápido y el patrón rítmico four-on-the-floor, habituales en muchos de los hits de aquel tiempo.

Más allá de su evidente talento musical, tipos como Moroder han pasado a la historia no por sesudas aspiraciones creativas, sino por su habilidad para contentar a los oyentes con canciones que tenían lo necesario para reventar las listas de éxitos.

Cuando veo una película de Marvel Studios siento algo parecido. Se trata de producciones agradables y formularias, donde ocurre lo que se espera que ocurra. Sin duda, están elaboradas con materiales de primera ‒buenos repartos, magníficos equipos técnicos‒, y todas ellas tienen más o menos el mismo toque. Al fin y al cabo, forman parte de una franquicia, lo cual viene a ser una reedición industrial del viejo cine de estudio.

Como sus restantes predecesoras, Viuda negra no es el colmo de la originalidad, pero maneja elementos atractivos. Incluye secuencias de acción que son golosina para los ojos, un puñado de personajes protagonistas que reluce gracias a sus estupendos intérpretes y una satisfactoria (e inocua) revisión de los mitos de la Guerra Fría.

Comercial y disfrutable, la película tiene un poco de todo. Empaquetado ‒eso sí‒ con el mismo envoltorio al que ya nos tiene acostumbrados Marvel. Por no faltar, no falta ni el subrayado feminista que parece obligado en esta empresa.

Por supuesto, Scarlett Johansson le tiene cogido el truco a la superagente Natasha Romanoff y lo tiene difícil para salirse del carril. En este caso, resulta un poco más interesante seguir las huellas de su «hermana» Yelena Belova (impecable Florence Pugh) y del raro «matrimonio» que forman Alexei Shostakov, el Guardián Rojo (David Harbour, ejerciendo de alivio cómico) y Melina Vostokoff, la Doncella de Hierro de los tebeos (Rachel Weisz).

En la piel del villano de la función, nos encontramos con el bondiano general Dreykov, interpretado con malevolencia y un toque de sarcasmo por el gran Ray Winstone.

La aventura transcurre después de lo sucedido en Capitán América: Civil War, lo que nos permite recomponer varias pistas que ya quedaron atrás en el Universo Marvel. Quienes tengan los cómics de superhéroes enhebrados en su corazón, apreciarán referencias tan interesantes como la Habitación Roja (Para sacarle más partido al asunto, echen un vistazo al volumen 100% Marvel HC. Viuda Negra: No más secretos, de Mark Waid y Chris Samnee).

Si pensamos que el proyecto lleva en desarrollo casi desde 2004, cuando Lionsgate adquirió los derechos del personaje, nos haremos una idea de los movimientos tectónicos que, desde entonces, se han registrado tanto en Hollywood como en la propia Marvel.

Por aquellos días, las plataformas digitales lo tenían difícil para competir con las salas de cine, y aunque apuntaba maneras, Disney todavía no era el imperio avasallador que es hoy. Inevitablemente, todo cambió en 2009, cuando se anunció que la Casa del Ratón compraría Marvel por cerca de 2.798 millones de euros.

En fin, centrémonos… Después de pasar por infinidad de manos, el proyecto obtuvo luz verde. Eso en Marvel (o en Disney, si lo prefieren) equivale a inifinitud de rescrituras de guión y a un casting más o menos feroz de directores (en este caso, directoras). Todo ello mientras rugen cada vez más fuerte los motores de la maquinaria de producción.

¿Es Viuda Negra una historia de origen? Pues sí, pero corregida sobre la marcha, para que no lo parezca. También funciona como película de espías, con las oportunas localizaciones internacionales y con la típica conspiración de alto voltaje.

En el plano emocional, la clave del guión es la familia, interpretada en un sentido muy amplio (Se lo explicaría algo mejor, pero no quiero adelantarles ni un solo detalle de la trama).

No hace falta que me lo digan. Ya sé que esta crítica es casi idéntica a muchas otras que he escrito a propósito de las películas Marvel. Soy consciente de que todos estos largometrajes tienen méritos y defectos parecidos. Sin embargo, prefiero tener ojos para lo positivo, y por eso, en este caso, aprecio que Cate Shortland y sus numerosos asistentes ‒ya saben: directores de segunda unidad, jefes de los equipos de riesgo, etc.‒ han realizado un espectáculo entretenido, que funciona como un reloj.

Sinopsis

En Viuda Negra de Marvel Studios, un thriller de espías repleto de acción, Natasha Romanoff, alias Viuda Negra, se enfrenta a los capítulos más oscuros de su historia cuando surge una peligrosa conspiración relacionada con su pasado. Perseguida por una fuerza que no se detendrá ante nada para acabar con ella, Natasha debe lidiar con su historial como espía y con la estela de relaciones destruidas que dejó atrás mucho antes de convertirse en Vengadora. Scarlett Johansson retoma el papel de Natasha/Viuda Negra, Florence Pugh interpreta a Yelena, David Harbour encarna a Alexei/El Guardián Rojo y Rachel Weisz es Melina. “Creo que ya desde el principio, cuando empezamos a hablar de hacer esta película independiente de la saga, la razón más poderosa para realizarla era ahondar en el personaje y tener valor para llegar hasta el fondo”, dice Scarlett Johansson que retoma su papel de Natasha/VIUDA NEGRA. “Después de haber interpretado a este personaje durante una década, quería asegurarme de que fuera una película gratificante para mí y los fans desde el punto de vista artístico y creativo”.

El productor Kevin Feige, presidente y director creativo de Marvel Studios, dice que Natasha Romanoff ha generado un gran interés desde su debut en la pantalla grande en Iron Man 2 (2010). “Ella tiene un pasado tremendamente interesante», dice Feige. “Ya lo habíamos sugerido en todas las películas anteriores. Pero ahora lo abordamos de una manera completamente inesperada. Ha estado metida en un montón de cosas, y de hecho la hemos visto en otras películas. Y algunas de esas cosas van a sorprender muchísimo a la gente”.

Según Feige, fue Johansson quien contacto con la directora Cate Shortland para saber si estaba interesada en dirigir la película. “Cate viajó a Los Ángeles y se enamoró del personaje y de las posibilidades que ofrecía», dice Feige. “Se dio cuenta de que podía contar una historia muy personal y hacer algo extremadamente especial en un escenario apabullante”.

Shortland afirma: “Creo que lo más emocionante de la película es que estamos jugando con las expectativas del público. Hemos explorado partes de la vida de Natasha de las que el público no tiene ni idea. Ahondamos en su familia, en el amor y la pasión… De esta forma, el espectadora podrá descubrir facetas suyas que no había visto nunca”.

Según el director, el equipo creativo tenía casi una pizarra en blanco en términos de la historia de fondo de Natasha. “Trabajé con un historiador ruso en Londres para construir una historia sobre dónde habría nacido, cómo habría sido su madre, por qué su madre la habría abandonado y cómo habría sido su infancia antes de entrar en la Habitación Roja”, dice Shortland. “Luego tuvimos que crear una narrativa completa que encajara con la narrativa de nuestra película, cómo la habrían entrenado para ser una niña estadounidense, hablar inglés y comprender la cultura popular. Siempre trato de construir mis personajes a partir de su esqueleto para crear personas reales. Aunque se trata de un superhéroe, seguí el mismo proceso. Viuda Negra es una mujer fatal, pero ¿qué hay debajo de eso?”

Además de su debut en 2010, Natasha Romanoff ha aparecido en seis películas de Marvel, incluyendo Los Vengadores, Capitán América: Soldado de Invierno, Vengadores: La era de Ultrón, Capitán América: Civil War, Vengadores: Infinity War y el emocionante y emotivo Vengadores: Endgame de 2019.

Viuda Negra se sitúa antes de Vengadores: Infinity War. “La película tiene lugar inmediatamente después de Capitán América: Civil War«, explica el coproductor Brian Chapek. “Natasha ha roto los Acuerdos de Sokovia, ha traicionado al Secretario Ross y el grupo de los Vengadores se ha disuelto. Al inicio de la película, vemos a Natasha desesperada por huir de Ross y abandonar el territorio estadounidense. Cuando por fin tiene la oportunidad de volver a empezar, se da cuenta enseguida que hay fuerzas más oscuras en el mundo que la obligan a volver a la acción”.

Según el guionista Eric Pearson, el misterio que envolvía a Natasha Romanoff era fascinante, tanto para el público como para los realizadores. “Creo que ella es la Vengadora de la que menos sabíamos desde que la conocimos», dice Pearson. “Ella no es quien dice ser en Iron Man 2. Quiere esconder su pasado y quién es en realidad tanto al público como al resto de los personajes. En Viuda Negra, destripamos su pasado y vemos lo que le impedía abrirse a los demás”.

Para Jac Schaeffer, que también participó en el guión, contar con la riqueza del Universo Cinematográfico Marvel y la interpretación de Johansson como Natasha era enriquecedor a la vez que abrumador. “Es muy difícil hablar de esta mujer que conocemos, amamos e idolatramos de muchas maneras», dice ella Schaeffer. “Su historia es enormemente compleja y hemos querido desentrañarla”.

El rodaje del thriller de espías comenzó en el verano de 2019 y se desarrolló en tres continentes durante más de 87 días. La película se rodó en el Reino Unido, Noruega, Budapest, Marruecos y Atlanta y su sede fueron los Pinewood Studios, a las afueras de Londres.

Según el coproductor Brian Chapek, los realizadores querían que la película fuera amplia y sofisticada para reflejar la historia de Natasha. “Al ser una película de espías que recorren el mundo, era importante que situáramos a Natasha en entornos del mundo real, lugares que no podrían reproducirse en platós de estudio. Era importante conseguir esa sensación de realidad y por eso rodamos en localizaciones de verdad”.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Marvel Studios, Zak Productions, Walt Disney Pictures. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.