Guzmán UrreroFormulada como un evento comercial con escasos precedentes, esta película logra sus objetivos a base de intuición, sagacidad y sentido del espectáculo. Así, tras once años construyendo un universo, Vengadores: Endgame puede considerarse libre de los defectos o carencias de las peores producciones Marvel, y logra superar en calidad a buena parte de las mejores.
El de los superhéroes es un género complejo, porque en gran medida ‒y salvo excepciones que todos recordamos‒ se articula con producciones de estudio, levemente impersonales, con un esquema narrativo que debe ir del punto A al punto B, sin vacilaciones ni salidas de tono. De esta necesidad no se libra casi ningún director, sobre todo cuando es obligada la tutela de un equipo de producción que impone sus normas.
En este sentido, Vengadores: Endgame es una película de una notable perfección, y se impone verla olvidándose del reloj. Sus tres horas de metraje pasan en un suspiro gracias a un ritmo excepcionalmente medido, y también gracias a un guión ingenioso, que combina en sus líneas paralelas el sentido épico, la emoción, el humor y la nostalgia. Esto último se aplica especialmente a otro detalle importante, y es que la trama cierra cuestiones que el espectador ha ido descubriendo a lo largo de toda una década.
En esa amalgama de aventura y reunión familiar, todos los héroes, desde los principales a los episódicos, tienen la oportunidad de brillar, sin salirse de un itinerario dramático lleno de recuerdos compartidos.
Aunque hay momentos colosales, que justifican el calibre técnico y artístico de esta superproducción, Endgame también consigue conmover al público, respetando por igual a las figuras que se despiden y a las recién llegadas. Está claro que el film recurre a ideas de éxito contrastado, pero la fórmula funciona a pesar del gigantismo de la propuesta, como un testimonio implícito de lo que puede conseguir Hollywood cuando su industria funciona a pleno rendimiento.
Disney y Marvel, con los hermanos Russo al frente del proyecto, consiguen aquí la cuadratura del círculo: satisfacer a los seguidores más fieles, y al mismo tiempo, ampliar masivamente esa base de seguidores con un producto atractivo para un enorme sector demográfico. De hecho, los guiños que incluye la película se dirigen a toda suerte de espectadores, poniendo a prueba el valor multigeneracional de su propuesta.
En cierto sentido, Endgame viene a ser un soberbio proyecto de ingeniería, en el que concuerda cada pieza, incluso en los resortes más complejos. No hay un solo momento de dispersión o incoherencia, y el tejido de relaciones interpersonales funciona siempre como es debido.
Dentro de los términos de la visión narrativa que ha impuesto Marvel, esta película evidencia un entusiasmo y una inteligencia que resultan admirables. Y desde luego, como fin de fiesta y cierre de un ciclo, me parece inmejorable.
Sinopsis
Tras los sucesos de Vengadores: Infinity War, los superhéroes que sobrevivieron a Thanos se reunen para poner en práctica un plan definitivo para acabar con el villano.
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Manuel Rodríguez Yagüe
