Como serie derivada de Babylon 5, Crusade tenía todo lo necesario para triunfar. Estaba basada en el universo de una serie de éxito apreciada por numerosos fans, estaba escrita y producida por el creador de aquella, Joe Michael Straczynski, y ofrecía un nuevo reparto de personajes de indudable atractivo así como una premisa muy interesante. Y, sin embargo, sólo duró trece episodios.
Crusade es otro ejemplo, uno digno de estudio, de la interminable batalla que se libra en la ciencia ficción audiovisual entre el arte y el negocio. Crusade fracasó no por su concepto, sus actores, sus guiones o la justeza de financiación. No, falló a causa de las luchas por el control entre los productores y la cadena que la encargó: TNT Network, Warner Bros.
TNT había salvado de la cancelación a Babylon 5 un par de años antes, financiando la quinta temporada y encargando un par de telefilmes. A la finalización de la serie, Turner solicitó una continuación y dos películas más, una de las cuales serviría de transición o introducción a aquélla.
No fueron negociaciones fáciles. La cadena había insistido en una sexta temporada de Babylon 5, pero Straczynski creía que la historia, tal y como él la había concebido originalmente, había llegado a su final. No estaba dispuesto a dejarse obligar o seducir para ir en contra de su espíritu creativo. Sin embargo, dado el gran éxito de la serie, bien se podía ampliar la franquicia «lateralmente», con una nueva serie cuya acción transcurriera en el universo ya bien definido de Babylon . El guionista anunció el proyecto de la dicha serie en abril de 1998, y en agosto comenzó a rodarse el primer episodio.
Como introducción a Crusade, en enero de 1999 se estrenó el telefilme Llamada a las armas, cuya acción se sitúa en el año 2267, cinco años después del final de la épica historia narrada en Babylon 5. El presidente John Sheridan (Bruce Boxleitner) supervisa la construcción de una pareja de nuevos cruceros de batalla que fusionan tecnología humana y Minbari. Pero en el curso de esa misión, contacta con Galen (Peter Woodward), un Tecnomago. Esta extraña raza de humanos que rara vez se aventuran fuera de su propio grupo y que controlan una tecnología tan avanzada que parece magia, apareció originalmente en el episodio de Babylon 5 «La geometría de las Sombras». Ante la inminencia de la guerra contra las Sombras (un conflicto galáctico narrado en Babylon), losTecnomagos decidieron ocultarse para evitar que sus conocimientos cayeran en malas manos. Pero uno de ellos, Galen, se quedó atrás para observar el devenir de los acontecimientos. Es él quien avisa a Sheridan de que la Tierra está a punto de ser atacada por una raza alienígena conocida como los Drakh, antiguos lacayos de los perversos Sombras.
Con los dos nuevos cruceros de batalla ahora a su disposición, Sheridan se apresura a regresar a la Tierra e impedir el ataque. A pesar del gigantesco dispositivo de defensa, los Drakh consiguieron liberar un agente biológico en la atmósfera del planeta, infectando a toda la población. Si no se encuentra una cura en el plazo de cinco años, todos morirán. Esta sería la premisa inicial de Crusade.
Uno de los cruceros de batalla, el Excalibur, comandado por el capitán Matthew Gideon (Gary Cole), recibe la misión de recorrer la galaxia en busca de todo aquello que pueda aportar pistas para encontrar una cura, desde tecnología abandonada por las Sombras a conocimientos ancestrales de civilizaciones extraterrestres, vivas o extintas.
Gideon contacta con un variopinto grupo de especialistas que se unirán a él en la trascendental búsqueda. La doctora Sarah Chambers (Marjean Holden) es la experta en medicina y xenobiología; Max Eilerson (David Allen Brooks) es un arqueólogo de culturas extraterrestresque trabaja para una gran compañía interplanetaria pero que ha sido asignado, a regañadientes, a la Excalibur. Dureena Na’Feel (Carrie Dobro) es una maestra ladrona capaz de introducirse en cualquier lugar; el tecnomago Galen va y viene de la Excalibur según sus propios y enigmáticos motivos. El segundo al mando de Gideon es John Matheson (Daniel Dae Kim), un telépata sujeto a severas restricciones tras la aún reciente guerra entre humanos y los PsiCorps. La comandante de Babylon 5, la capitana Elizabeth Lochley (Tracy Scoggins) también aparecerá en varios episodios.
Jesus Trevino, veterano de Babylon 5 y director de varios episodios, dijo sentirse decepcionado al leer el primer guión: «en parte ello fue debido a que acababa de terminar Babylon 5. Había tantas cosas abiertas final de esa serie, los Psi-Corps, la colonia de Marte, los Narns, los Centauri, los Minbari… ¡maldita sea! Cualquier serie lo hubiera tenido difícil para continuar aquello. Con todo, consideraba la idea inicial de Crusade lo suficientemente interesante como para atraer a nuevos espectadores sin perder los fans de Babylon 5.
En Babylon 5, Straczynski había situado a la estación espacial del título en el centro de la saga. Había desvíos ocasionales a otros escenarios, pero Babylon era el núcleo de la serie, el lugar donde tenían lugar todos los eventos relevantes para la historia y los personajes. El planteamiento de Crusade era, hasta cierto punto, opuesto. Se trataba de establecer una misión itinerante, un viaje que llevara a la Excalibur por los más diversos entornos y situaciones. Y para ello se estableció un paralelismo con las leyendas artúricas, empezando, desde luego, por el propio nombre de la astronave. El capitán Gideon encarna a un Parsifal embarcado en la búsqueda del Santo Grial (la cura para la epidemia) por los más lejanos, ignotos y peligrosos rincones de la galaxia, estando aconsejado por su propio Merlín (Galen) y acompañado por sus propios caballeros (los miembros más prominentes de la tripulación).
En los trece episodios que duró la serie, los personajes vivieron múltiples aventuras. Se encontraron y hubieron de enfrentarse con otro Tecnomago, dieron con un alienígena no humaniode que les hizo revivir momentos claves de sus vidas, exploraron mundos muertos, recopilaron conocimientos científicos, acudieron a una convención médica interplanetaria en Marte, persiguieron a un extraterrestre con valiosos cristales de datos, recogieron a dos aliens defensores de teorías de la conspiración (una parodia de Expediente X, entonces en el auge de su popularidad) incluso recibieron ayuda del antiguo jefe médico de Babylon 5, Richard Franklin.
Como de costumbre, Straczynski dispone sobre el tablero unos personajes tridimensionales, que tanto pueden ser villanos como héroes, acosados por sus propios fantasmas y que desde el primer momento comienzan a evolucionar, a cambiar de acuerdo con las experiencias que viven. Gideon es un militar heterodoxo que guarda en secreto un extraño y misterioso artefacto que puede resultar la salvación de la misión… o su condenación. Matheson vive agobiado por la exigencia de no penetrar, ni siquiera accidentalmente, en las mentes de los no telépatas. Durreena vive atormentada por ser la última superviviente de su especie, exterminada por las Sombras. Galen se resiste a ser tan frío y alienado como los Tecnomagos que lo adiestraron;. Max Eilerson es tan brillante e inteligente como pedante y condescendiente y su lealtad dividida, codicia y falta de escrúpulos le situarán en una zona gris para sus compañeros. La doctora Chambers ha de dejar a su familia en la Tierra para alistarse a la fuerza en la Excalibur… Conociendo a Stracynski, es seguro que todos ellos hubieran acabado la serie siendo personas muy diferentes.
Un aspecto poco frecuente en Crusade fue la forma en que los productores resolvieron diseñar los mundos alienígenas. En lugar de tomar ellos mismos las decisiones acerca del aspecto de esos entornos, los productores Douglas Netter y John Copeland pensaron que, en lugar de apoyar su ficción en sus propias ideas, podría resultar más inspirador y visualmente interesante hacerlo en la ciencia. Así, para cada historia en la que la Excalibur visitaba, por ejemplo, un planeta con civilizaciones muertas (en «Carreras en la noche» o «La memoria de la guerra»), se enviaba una copia del guión a científicos del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, con preguntas concretas acerca de cómo retratar de la forma más verosímil posible ese mundo y su ecosistema.
De esta forma se formalizó una relación cordial y duradera entre Babylonian Productions y el JPL. Siempre que los productores enviaban para su revisión cuestiones de ámbito científico relacionadas con los guiones, un responsable en esa institución las dirigía a aquel experto mejor cualificado para responderlas. A continuación, los diferentes departamentos involucrados en la producción de la serie (efectos visuales, vestuario, diseño de producción) deberían ajustar su trabajo creativo a lo dictaminado por los científicos.
Tan sólo un mes después de haber comenzado a rodar la serie, empezaron a filtrarse noticias poco alentadoras sobre los problemas que se cocinaban tras las bambalinas. El 8 de septiembre de 1998, en una web especializada, se reveló la existencia de una circular interna de TNT en la que se proponían ciertos cambios para la serie: querían más peleas cuerpo a cuerpo, más contenido sexual (sugiriendo que unos «alienígenas cachondos» abordaran la Excalibur y mantuvieran relaciones con varios personajes); querían que al menos uno de los protagonistas fuera un «explorador sexual»… Ante la irritación de los fans, TNT negó que tal memorando se hubiera enviado a los creativos (pero no su existencia). Aunque Joe Straczynski afirmó al principio no tener noticia del mismo, tras indagar al respecto, confirmó la veracidad de la información.
Tras rodar cinco episodios, el equipo tuvo un descanso de dos semanas a mediados de septiembre, momento en el que se aprovechó para mejorar varios sets y proceder a un cambio de vestuario. Cuando se reanudó el trabajo, el 19 de octubre, la cronología había sufrido un cambio. El episodio que iba a abrir la serie, «Carreras en la noche», una presentación de los personajes sobre una aventura en marcha, fue apartado en favor de una historia titulada «Zona de guerra», en la que se revelaba cómo había sido reclutado el capitán Gideon y reunido su equipo. Debido al cambio de vestuario, el orden en el que se emitieron los episodios hubo asimismo de modificarse. Los primeros cinco episodios, en los que los personajes lucían un uniforme azul, de repente pasaron a ser los últimos en emitirse.
Todos los episodios rodados tras el hiato de septiembre, en los que el reparto vestía de gris y rojo, se emitieron en primer lugar. En el último capítulo rodado (pero emitido el octavo), «Apariencias y otros engaños», un diseñador de moda llega a la Excalibur para renovar el vestuario de la tripulación. Después, se suspendieron los rodajes previstos.
Straczynski describió todos estos desconcertantes problemas como resultado de las disputas políticas entre las oficinas de Los Ángeles y Atlanta de la cadena. Los primeros estaban satisfechos con el desarrollo de la serie, pero la oficina financiera de Atlanta quería ejercer un mayor control creativo. Habían escrito numerosas notas al respecto y exigido más sexo y violencia. Tenían veinte páginas de notas sobre el contenido del programa y Babylonian Productions, los productores de la serie, se sintieron profundamente abatidos por semejantes exigencias.
El 26 de febrero de 1999, Straczynski anunció que le habían comunicado la cancelación de la serie. Nunca le dieron explicaciones al respecto, pero él tenía muy claro que no iba a comprometer su integridad para encargarse de un programa que no le gustaba. El estreno no estaba previsto hasta junio de ese año, por lo que se empezaron inmediatamente negociaciones con otras cadenas.
El Sci-Fi Channel estaba muy interesado y se esforzó por hacer encaje de bolillos con la contabilidad financiera. Pero los números eran obstinados. El presupuesto de ese año ya había sido destinado a otros programas, como la miniserie de Dune, Farscape, El hombre invisible, First Wave, Sliders o Poltergeist: El Legado . Pero es que, además, Sci-Fi Channel quería incluir como parte del trato los derechos sobre las reposiciones de Babylon 5, en ese momento en posesión de TNT. La cadena Turner se lo puso difícil a todo el mundo. Recelosa de vender dos series a Sci-Fi Channel y temiendo que allí pudieran tener un éxito que ella no había sido capaz de conseguir, TNT exigió una cifra exorbitante.
Fue un comportamiento que se ajusta perfectamente al dicho sobre el perro del hortelano. TNT no quería seguir adelante con Crusade, pero al mismo tiempo torpedeaba cualquier intento de otra cadena por hacerse con ella.
Al final, en vista de que las negociaciones no llegaban a ninguna parte y la fecha de emisión se aproximaba, Warner Bros, la compañía que financiaba el programa, optó por desmontar y almacenar los decorados y los sets, en la esperanza de que las cifras de audiencia permitieran plantearse una segunda temporada, algo que se demostró inviable por su complicación y coste, compromisos contractuales de los actores y alquileres de espacio en los estudio.
En 1999, Scott Safon, vicepresidente de marketing de TNT, le dijo a un periodista que las esperanzas puestas por la cadena en Crusade no se habían visto satisfechas por el material finalmente producido. «Los guiones eran muy inteligentes y estaban bien desarrollados, pero había mucha conversación y poca acción (…) Joe estaba ofreciendo una aventura de la mente, y la cadena quería que fuera más visceral. Ese tipo de tira y afloja entre una cadena y un creador es parte de lo que ocurre todos los días en Hollywood».
Los fans sabían ya, antes incluso de que se emitiera el primer episodio en junio, que la producción había estado plagada de problemas. Esperaban, como la cadena, que unas buenas cifras de audiencia la obligaran a reconsiderar su decisión. Ésta, en su publicidad, la anunciaba como miniserie, lo que de salida sonaba poco esperanzador.
Finalmente, Crusade, tras trece episodios, terminó justo cuando estaba empezando a crear líneas narrativas muy interesantes. De haber proseguido, existían al menos cuatro guiones listos para su rodaje. En ellos reaparecía Alfred Bester, el antiguo director de los Psi-Corps, ahora fugitivo tras las Guerras Telépatas. En el siguiente, se conectaba la serie aún más con Babylon 5 al descubrir una base de Earthforce en la que investigaban clandestinamente con tecnología de las Sombras.
Cinco años después, el 7 de diciembre de 2004, Warner Bros Home Video lanzó la edición en DVD de Crusade, en la que se incluían los trece episodios originales. Al montar los extras, Stracynski accedió a colaborar como comentarista en los capítulos siempre y cuando pudiera contar su versión de los hechos y cómo él pensaba que TNT había torpedeado su propia criatura. Así que grabó sus comentarios de dos episodios y se los envío a Warner Bros.
Cuando los DVD llegaron a manos de los fans, éstos se encontraron con que el comentario de Straczynski para el episodio «La verdad» había sido rechazado. Otra entrevista, grabada previamente, también había sido sustituida. Straczynski, naturalmente, se enfadó y exigió que en la segunda edición retirasen sus comentarios, ya que pensaba que se había producido una vulneración de las condiciones del contrato. Las siguientes ediciones de Crusade carecerían de comentarios en audio.
La actriz Marjean Holden, que interpretó a la doctora Sarah Chambers, opinaba con tristeza: » Hicimos un trabajo excelente para el poco tiempo que se nos dio. Dimos lo mejor y nos lo pasamos bien. Y, de haber continuado, habría sido como Babylon 5, algo absolutamente fantástico. Es una pena, porque el universo de Babylon 5 nunca fue explorado o aprovechado. De acuerdo con lo que Joe nos contó sobre la historia, había tantas posibilidades… Iba a ser asombroso».
Efectivamente, la serie duró muy poco, apenas lo justo para establecer los principales parámetros, presentar a los personajes y algo de sus respectivos pasados y comenzar a trazar algunas de las líneas narrativas a desarrollar. Las historias eran inteligentes, animaban a la reflexión y tenían más en cuenta a unos personajes interesantes y con potencial que la mera acción truculenta y sin sentido. Crusade nunca debió haber sido cancelada, porque reunía todos los ingredientes para triunfar y cautivar a los aficionados, siempre y cuando los ejecutivos hubieran dejado trabajar a aquellos que amaban y comprendían la buena ciencia ficción.
Copyright del artículo © Manuel Rodríguez Yagüe. Descubre otros artículos sobre cine, cómic y literatura de anticipación en nuestra sección Fantaciencia. Publicado previamente en Un universo de ciencia ficción, y editado en Cualia con permiso del autor. Reservados todos los derechos.