Los seis números de la primera hornada de Suicidas salieron a la venta entre abril y noviembre de 2015. Escrito y dibujado por Lee Bermejo, con la asistencia del colorista Matt Hollingsworth, este cómic se prolongó gracias a un segudo proyecto, Los reyes del infierno (Suiciders: Kings of HELL.A.), cuyas seis entregas, dibujadas por Alessandro Vitti, Gerard Zaffino y el propio Bermejo, llegaron a los lectores entre mayo y diciembre de 2016.
Suicidas supuso para Bermejo una exploración de sus propios límites. Y lo fue, entre otras cosas, porque este es un cómic de autor, tanto por su planteamiento de partida como por el resultado final. Viene a cuento esto último porque en el mundo del tebeo no son incompatibles la noción de comercialidad y el deseo de inventar un mundo propio. En estos casos, el permiso y la aprobación de la industria es siempre, como mínimo, un gesto de confianza ante un creador original, que ya se ha hecho valer previamente.
¿Se puede ser un extraordinario dibujante y un buen guionista? Pues sí. Y aún diría que es más fácil perdonar que el guión sea poco innovador y no llegue a la altura de los lápices.
Ruego que no se me malinterprete: como veremos, Suicidas es un cómic bien escrito, pero es imposible no desviar la atención ante ese virtuosismo rotundo, excepcional, que Bermejo acredita en cada viñeta. Lo más fácil de admirar, lo más atractivo, lo más llamativo es aquí ese trabajo artístico, enriquecido por el inteligente coloreado de Hollingsworth.
La historia que nos cuenta Suicidas, por resumir, es una distopía convencional. Tras un espantoso terremoto, la ciudad de Los Ángeles se divide en dos estratos. Los ricos se aíslan en la ciudadela de Nuevos Ángeles, mientras los guardias de la corporación Mulholland patrullan en el submundo exterior, donde habitan los pobres y prosperan las bandas callejeras. Como dice uno de los personajes: «Aquí los sueños no se hacen realidad. Sólo las pesadillas».
¿Y cuál es la manera de abrirse camino en ese infierno? La más rápida consiste en participar en unos mortales combates de gladiadores, espoleados por medio de recursos biotecnológicos.
Suicidas incluye referencias al mundo real: la inmigración, los sueños rotos, el desarraigo, la violencia juvenil, la miseria, el control mediático, la imposibilidad de ascender en la escala social… Y sin embargo, también me parece evidente que Bermejo ha tomado como referencia clichés habituales de la ciencia ficción. Por un lado, tenemos aquí un mundo devastado que se parece al de 1997: Rescate en Nueva York (1981), pero aún no ha llegado a ser el de Mad Max 2: El guerrero de la carretera (1981). Por otro, la idea de un deporte sangriento, glorificado por una gran corporación que gobierna la sociedad, ya tuvo su reflejo en la literatura y el cine. Basta con recordar títulos con esa doble dimensión literaria y cinematográfica como Rollerball (1975) o Perseguido (1987).
Otra referencia inapelable, común a un sinnúmero de distopías, es la novela 1984, de George Orwell. No tanto en su reflejo del control social, sino más bien en su retrato de la paulatina deshumanización que promueve un odio ritualizado. En este sentido ‒y solo en este‒ cabe definir como orwelliano el mundo ideado por Bermejo.
El planteamiento general de la obra se ajusta de forma impecable a la filosofía que exhibe el sello Vertigo desde 1993. De hecho, Suicidas es un relato violento, oscuro, intenso, en la línea de lo que ya demostró Bermejo en títulos como Joker (2002), Batman: Noel (2012) y Antes de Watchmen: Rorschach (2012-2013).
A la hora de catalogar este cómic, me parece útil la etiqueta sci-fi noir (la ciencia-ficción con aires de género negro). Como guionista, Bermejo sigue aquí un impulso visceral y desesperanzado, desarrollando ideas que llevaba años gestando: al parecer, desde la época en que dibujaba para WildStorm títulos como Gen¹³.
“La historia en sí ‒señala el dibujante‒ es muy negra y está impulsada por los personajes. No trata solo de estos tipos que pelean en la arena, sino de las vidas de dos hombres [el santo y el extranjero], así que lo presenté como un cruce entre El luchador (The Wrestler, 2008), 1997: Rescate en Nueva York y Mad Max. Salvajes de autopista (…) El cómic se centra más en esa ciudad postapocalíptica que he creado y no tanto en estos gladiadores futuristas y geniales. Esa ciudad está habitada por mucha gente. Prefiero pensar en ella como Sin City. Sin City es un lugar con todos estos personajes diferentes, y Frank Miller pudo jugar con muchas ideas distintas dentro de las reglas de ese mundo. Eso es lo que realmente espero hacer aquí también».
Sinopsis
Todos caemos.
L.A. era la Ciudad de Ángeles, pero eso fue antes de que llegara el Gran Terremoto y destruyera todo lo civilizado que tenía. Después de ello, crecieron dos ciudades entre los escombros: una de torres brillantes y un lujo indecible para los ricos, y otra de alambre de espino y miseria aplastante para los pobres.
Rodeada por unos muros altísimos y unos guardias despiadados, Nuevos Ángeles es una isla de riqueza en un mar de pobreza. Fuera de sus fronteras, una nueva generación de angelinos lucha por las migajas entre los escombros mientras intenta desesperadamente encontrar la manera de atravesar la valla. Dentro, los escasos privilegiados han refinado su brutalidad y la han mezclado con el mayor invento del viejo Hollywood: la cultura de las celebridades.
Emitido en ultra-alta definición, unos gladiadores potenciados biomecánicamente y conocidos como los Suicidas, combaten a muerte en arenas de alta tecnología. Sus duelos son un recordatorio visceral para el mundo del poder que ostentan los jefes corporativos de Nuevos Ángeles.
Tanto para los ricos como para los pobres, los Suicidas son leyendas. Pero, como la ciudad que habitan, su gloria está construida sobre un cementerio… y a medida que los cadáveres se pudren, sus cimientos amenazan con resquebrajarse y caer de nuevo en el caos.
Suicidas es el proyecto más personal del aclamado historietista Lee Bermejo, con el que transporta al lector a un futuro distópico para relatar una trama que combina ciencia ficción, género negro y denuncia social. La presente edición recopila la miniserie homónima, con Bermejo como autor completo, y Suicidas: Los reyes del Infierno, precuela escrita por el dibujante de Batman: Condenado y Joker, con Alessandro Vitti y Gerardo Zaffino al frente del apartado gráfico.
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