En la decimonovena aventura de Tintín, el encuentro con su viejo conocido el General Alcázar lo pone sobre la pista de unos traficantes de armas y seres humanos que le llevará junto al capitán Haddock al Oriente Medio, donde sobrevivirán a un aterrizaje forzoso, un atentado terrorista, persecuciones por tierra y mar, naufragios y torpedos de un submarino… para acabar desbaratando toda la organización criminal en la que participaban algunos de los villanos que habían ido apareciendo en álbumes anteriores de la serie: Rastapopoulos, Müeller (La isla negra), Dawson (El loto azul), Allan (Los cigarros del faraón, El cangrejo de las pinzas de oro).
De hecho, Stock de coque es el álbum que más personajes de la serie recicla. Además de los villanos mencionados encontramos al emir Ben Kalish Ezab y su detestable hijo Abdallah, el comerciante Oliveira da Figueira, Serafín Latón, Néstor, la Castafiore, Tornasol o Hernández y Fernández.
El único personaje nuevo que volveremos a encontrarnos posteriormente (en Vuelo 714 para Sydney) es Piotr Pst, el piloto estoniano de un solo ojo, un mercenario al que Tintín y Haddock salvan la vida.
Hergé se basó para construir la historia en las noticias fidedignas que apuntaban a que el tráfico de esclavos entre el continente africano y el oriente medio siguió explotándose hasta la segunda mitad del siglo XX.
Los esclavistas árabes enviaban misioneros falsos a África para animar y ayudar a los musulmanes más devotos y pobres a realizar la peregrinación a la Meca. Éstos acababan metidos en una trampa que les convertía en esclavos y que Hergé retrata muy acertadamente en este álbum. En este sentido, el villano Rastapopoulos recoge algunas de las características de Aristóteles Onasis, el multimillonario armador griego cuyas actividades estuvieron a menudo rodeadas de polémica y al que gustaba invitar a personalidades de todo tipo a bordo de su yate (Castafiore sería aquí, por tanto, el equivalente a María Callas, la amante de Onassis).
En el apartado artístico poco nuevo se puede aportar respecto a lo dicho hasta ahora. Es otro álbum excelentemente dibujado en el que destaca por lo inusual su portada, que muestra una dramática escena en la que los protagonistas, náufragos, piden ayuda y a los que se ve desde un punto de vista subjetivo a través de un catalejo. El movimiento de las aguas verdes del océano contrasta con el negro que conforma el fondo de la ilustración.
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Copyright del artículo © Manuel Rodríguez Yagüe. Publicado previamente en Un universo de viñetas y editado en Cualia con permiso del autor. Reservados todos los derechos.