"Spiderman" (1979-1981), de Frank Miller

Para los admiradores de Frank Miller, añorar las obras de su primera etapa se parece bastante a ver los bocetos de lo que será un gran lienzo. En este sentido, el Spiderman de Miller, aunque primerizo e imperfecto, ya contiene, en dosis concentradas, todo el poderío estético y narrativo que más adelante haría famoso al dibujante.

Todo aquel que quiera hacerse un lugar en el mundo del cómic debe estar atento a las parcelas disponibles. El debutante Frank Miller lo tenía claro a finales de los setenta, cuando Gold Key Comics le propuso ilustrar un par de episodios del cómic televisivo The Twilight Zone: «Royal Feast» (junio de 1978) y «Endless Cloud» (julio de 1978).

Bajo el paraguas de DC Comics, Miller fue convenientemente guiado por Vinnie Colletta, quien le suministró nuevas tareas: «Deliver Me From D-Day» (Weird War Tales nº 64, junio de 1978), «Slowly, painfully, you dig your way from the cold, choking debris…» y «The Greatest Story Never Told» (Weird War Tales nº 68, octubre de 1978) y «The Edge of History» (Unknown Soldier nº 219, septiembre de 1978).

Fueron trabajos de principiante como éstos los que despertaron el interés de Jim Shooter, uno de los editores que mejor conocía el mercado de los superhéroes.

¿Dije parcelas disponibles? Cuando su labor en DC parecía amortizada, surgió otra oportunidad para Miller en Marvel Comics. Se trataba de entintar «The Master Assassin of Mars, Part 3», una aventura inspirada en las novelas de Edgar Rice Burroughs, dentro de la serie John Carter, Warlord of Mars (nº 18, noviembre de 1978).

Poco después, llegó a su mesa otro encargo: debía dibujar dos episodios de Peter Parker, the Spectacular Spider-Man (nº 27–28, febrero-marzo de 1979).

Justificando la confianza que puso en él Jim Shooter, el joven Frank Miller dejó claro que tenía unas cuantas cosas que demostrar… y de hecho, Shooter le encomendó un personaje que iba a cambiar la vida del dibujante: Daredevil. Gene Colan iba a abandonar la citada serie, y a Miller aquella le pareció la perfecta oportunidad para combinar sus dos pasiones narrativas: la novela negra y las epopeyas de mutantes y superhéroes.

No obstante, el sello identificable de Miller y las pulsaciones de su emoción artística ya habían empezado a revelarse a través de un puñado de peripecias del Trepamuros. Así, en Amazing Spider-Man Annual nº 14 (1980) nos regala una colaboración con el gran Denny O’Neil, protagonizada por Spidey y el Doctor Extraño.

Lo que hace inolvidable el Marvel Team-Up nº 100 (1980) es el trabajo de Miller junto a Chris Claremont, en una historieta en la que participan –ahí es nada– Los 4 Fantásticos.

La emoción continúa con Marvel Team-Up Annual nº 4 (1981), una entrega con guión de Miller y dibujada por Herb Trimpe, en la que participan Spiderman, Daredevil, Power Man, El Caballero Luna y Puño de Hierro. Parecido interés tiene Amazing Spider-Man Annual nº 15 (1981), donde O’Neil y Miller ponen en juego un relato en el que intervienen dos figuras tan antitéticas como el editor J. Jonah Jameson y el mismísimo Punisher.

Es evidente que leer esta serie es toda una invitación para repasar los viejos números de Daredevil, y también para recuperar espléndidas creaciones del mismo periodo, como aquel relato dedicado a Elektra que apareció en Aventuras Bizarras (Bizarre Adventures nº 28, 1981).

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