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«JLA: Libertad y Justicia» (2003), de Alex Ross y Paul Dini

Para refrescar la memoria de los amantes del cómic de superhéroes clásico, les diré que esta obra de Alex Ross y Paul Dini es de una belleza abrumadora, tanto por la sensibilidad de su guión ‒forzosamente breve‒ como por su vigor artístico a la hora de rendir tributo al panteón DC.

Editada por vez primera en 2003, JLA: Libertad y Justicia es un homenaje a los principales héroes de DC Comics, convertidos aquí en árbitros incuestionables de los conflictos en los que se ha sumido la humanidad. Sin embargo, no se trata de un acercamiento superficial, sino una reflexión acerca del verdadero papel del superhéroe, dejando a un lado ‒al menos, sobre el papel‒ el código caballeresco que se le presupone.

En este caso, el supervillano no es un tipo con máscara, enardecido por los delirios de grandeza, sino un virus alienígena que amenaza con destruir la salud y la cordura de los terrícolas. ¿Qué papel desempeñaría la Liga de la Justicia en una crisis de tales dimensiones? Dini entiende que el cometido sería doble. Por un lado, los héroes tendrían que encontrar un remedio a esa amenaza, y por otro, deberían lidiar con la histeria y las reacciones incontrolables que un peligro tan inminente originaría entre la población. Sobre todo entre aquellos que carecen de instituciones sólidas.

Aunque Paul Dini es un guionista excepcional, con una legión de admiradores, todo el proyecto parece diseñado para lucir el arte de Ross, con unas planchas majestuosas en las que el pictorialismo hiperrealista de este dibujante brilla con todo su esplendor.

Las referencias de Ross son bien conocidas. Siempre ha preferido el Batman del periodo de entreguerras, ajeno a la excesiva sofisticación tecnológica y al aire tenebroso que el personaje fue adquiriendo con el paso de las décadas.

A la hora de perfilar a Wonder Woman, está claro que identifica a la amazona con Lynda Carter, la actriz que personificó a la Mujer Maravilla en la mítica serie de televisión emitida a partir de 1975, primero en la ABC y luego en la CBS.

La misma inspiración televisiva está presente en Superman, a quien Ross dibuja pensando en George Reeves, el intérprete a quien los televidentes identificaron con el kryptoniano entre 1951 y 1958. Y en cuanto al estilo general de la Liga de la Justicia, también parece claro que el artista lo vincula a los tebeos de la Edad de Bronce: un periodo ‒los setenta y primeros ochenta‒ que coincide con su propia infancia como lector de cómics.

La potencia artística de Ross, sumada a la pericia narrativa de Dini, convierten la lectura de su JLA: Libertad y Justicia en una experiencia feliz para cualquier amante del cómic de calidad.

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Sinopsis

Cuando una extraña plaga llega a una zona de África, las consecuencias son tan letales que se requiere la ayuda de la Liga de la Justicia, pues no se sabe si es un virus extendido de forma natural o un ataque bacteriólogico premeditado. Al viajar a la zona cero, la Liga descubrirá una catástrofe de tal envergadura que se verá obligada a tomar medidas extraordinarias, lo que afectará a la confianza que el mundo deposita en sus miembros. ¿Podrá la Liga hacer lo necesario sin ser rechazada por aquellos que pretende salvar en el proceso?

Como complemento de lujo, este volumen también incluye Orígenes Secretos, donde se narran los orígenes de los principales miembros de la Liga de la Justicia. Y todo ello de la mano de dos indiscutibles maestros del cómic: Paul Dini (Batman: DetectiveGrandes autores de Batman: Amor Loco y otras historias) y Alex Ross (Kingdom ComeJusticia).

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

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Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.

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