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Alex Ross, el pintor de los superhéroes

Cuando se habla de un pintor dedicado al cómic, es difícil concebir un caso más significativo que el de Alex Ross. Venciendo una serie de obstáculos muy explicables, Ross ha logrado cuadrar el círculo: ilustrar tebeos de superhéroes con un esmero artístico propio de la pintura tradicional.

Tal vez sea un exceso de suspicacia suponer que un artista plástico que se arriesgue a cruzar los universos de Marvel y DC –repletos de enmascarados y de supervillanos– está condenado a obtener elogios solamente entre los aficionados.

Alex Ross supone una excepción. Su experiencia artística resulta fascinante para los fans, pero también para cualquier espectador sensible que se deje llevar por su estilo pictorialista y espectacular.

Nacido en Portland, Oregon, y criado en Lubbock, Texas, Ross creció en un entorno artístico y creativo. Su madre era dibujante en una agencia publicitaria y su abuelo era ilustrador y esculpía tallas de madera.

Curiosamente, el pequeño Ross no sintió la llamada del arte gracias a la pintura clásica. Al contrario: descubrió su vocación después de ver en la televisión un episodio de la serie animada de Spiderman.

A la hora de introducirse en el mundo del cómic, quiso seguir el ejemplo de dos excelentes ilustradores, George Pérez y Berni Wrightson, a quienes se esforzó en imitar. Lo que en Europa hubiera supuesto cierta contradicción –un pintor bien dotado, dibujando tebeos–, no significaba incomodidad alguna en Estados Unidos, la patria de artistas populares tan significativos como Andrew Loomis y Norman Rockwell.

Ross, fascinado por el fotorrealismo de Rockwell, quiso trasladar esa misma fórmula a las viñetas de sus héroes más queridos.

Su afición a los comic-books no le impidió recibir una formación rigurosa. Viajó a Chicago, y estudió en la American Academy of Art, en cuyas aulas descubrió la obra de soñadores como Salvador Dalí.

Después de graduarse, comenzó a trabajar en el campo de la publicidad. Un editor de Marvel Comics, Kurt Busiek, le sugirió el proyecto que cambió la vida de Ross en 1993: Marvels, una novela gráfica ilustrada con el estilo de Norman Rockwell, en la que se relataba a través de los ojos de un veterano reportero la historia de los héroes más famosos de la llamada Casa de las Ideas.

Poco después, DC le dio la oportunidad de realizar su segunda obra maestra: Kingdom Come. De ahí en adelante, Ross ha dedicado su arte a personajes tan carismáticos como Superman, Batman, Spiderman, el Capitán Marvel y Wonder Woman.

Su trabajo, extremadamente meticuloso, le impide someterse al frenético calendario que abruma a sus compañeros de profesión.

De hecho, suele recluirse en su estudio con su material predilecto –pinceles Windsor Newton y acuarelas–, y se entrega a la paciente tarea de completar diez páginas al mes. El resultado suele merecer siempre el mismo adjetivo: es, simplemente, admirable.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de las imágenes © DC Comics, Marvel Comics, Alex Ross. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.

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