Madrid, 14 de julio de 2011.- Imaginarán ustedes la experiencia que acumula el productor Donald De Line si les digo que comenzó su carrera en Disney, allá por 1985, como director de producción. Cinco años después ya era vicepresidente del mítico sello Touchstone, y en 1998 fundó De Line Pictures en el seno de Paramount. Hoy me dispongo a entrevistarle acerca de su última película, Green Lantern.
En la filmografía de este prestigioso ejecutivo figuran títulos como Pretty Woman (1990), The Italian Job (2003), Red de mentiras (2008), Burlesque (2010), Ga’Hoole: La leyenda de los guardianes (2010) y Ready Player One (2018).
A pesar de que se trata de un hombre asequible y extrovertido, de Donald De Line emana una impresión de firmeza y seguridad. Por otro lado, me encuentro ante un observador extraordinariamente sagaz del mundo del espectáculo, para quien la palabra éxito no es difícil de deletrear.
A lo largo de su trayectoria, ha participado en producciones muy populares –entre ellas, Pretty Woman–, pero no sé si a estas alturas, en un lanzamiento como el de Green Lantern, ha confíado más en los estudios de mercado o en su intuición.
Es algo interesante… Hacemos mucha investigación de mercado para reconocer al público objetivo de una producción, pero en este caso nos hallábamos ante una historia que deseábamos contar, tanto en su dimensión humana como en el nivel mitológico de los Green Lanterns… En su mayoría, la gente no conoce ese universo. Por eso trabajamos de forma muy estrecha con DC Comics, y en particular con Geoff Johns, el guionista que hoy se encarga del personaje en las historietas.
Geoff fue nuestro asesor. Leyó el borrador del guión y contribuyó a que fuésemos fieles a la mitología y al canon narrativo de los cómics de Green Lantern.
¿Cómo recuerda el primer pase de la película?
El primer pase ante una audiencia fue realmente extraño, porque aún no se habían incluido los efectos visuales. Mostramos la película con dibujos y bocetos que sustituían las secuencias de acción… Fue una experiencia de lo más rara, porque tratas de explicar al público algo que, en realidad, es un trabajo sin finalizar. Incluso hubo que explicar el desenlace. Y sin embargo, gracias a esas proyecciones pudimos definir lo que es el verdadero corazón de la película.
Me imagino que, ya en ese momento, era consciente de la expectación que despertaba Green Lantern entre los fans. ¿Cómo afectó a su trabajo ese constante adelanto de los comentarios y las opiniones?
Nunca habíamos realizado una película del género de superhéroes. Desde el principio, advertimos que los fans eran muy apasionados con sus opiniones… Cuando uno se enfrenta a un proyecto de estas características, es difícil imaginar hasta qué punto va a haber un escrutinio sobre el proyecto desde el periodo de preproducción.
Es una presión intensa, porque los comentarios surgen mucho antes de que la película esté terminada, y a veces parten de una simple imagen que se ha dado a conocer.
¿De qué modo ha cambiado la promoción de una película desde que comenzó su carrera en Disney, a mediados de los ochenta?
Internet lo ha cambiado todo… Cualquier noticia o revelación se globaliza de forma instantánea. Las imágenes y los diseños se comunican al instante. Y la verdad es que también surgen prejuicios que hay que tener en cuenta.
A veces, había personas en el exterior del set que tomaban fotografías, y teníamos que cubrir a los actores para evitar que se conociese de inmediato su caracterización, y que un traje o un determinado maquillaje se divulgasen de forma viral en la Red.
Todo ello plantea una nueva serie de retos si hablamos de la promoción de una película… Por ejemplo, tienes que establecer líneas de comunicación con los fans en tiempo real… En fin, es un tema realmente interesante.
En un principio se habló de otros candidatos para el papel de Hal Jordan, pero creo que Ryan Reynolds es una elección idónea.
Ya lo creo.
En su interpretación de Green Lantern hay momentos en que incluso bromea sobre su estatus de superhéroe.
Queríamos que la audiencia participase en las bromas privadas de Hal Jordan. Piensa en esa pequeña máscara que lleva el personaje. Le sacamos partido en la escena del balcón, cuando Hal descubre su identidad a Carol Ferris. Sabíamos que hacía falta un elemento de diversión.
Pese a la complejidad de este proyecto, Martin Campbell ha sabido liderar a un enorme equipo a lo largo de 103 días de rodaje ¿Que características de Campbell destacaría desde su punto de vista como productor?
Yo veía a Martin Campbell trabajar cada día. No sólo conoce su oficio: además está increíblemente bien preparado para hacerlo. Siempre llegaba al set con las ideas muy claras acerca de lo que iba a hacer ese día. Posee una gran concentración y una impecable ética del trabajo. También es un hombre serio y tiene autoridad, con lo que consigue que todo el equipo se concentre en su tarea. En cierto modo, lo veo como un general al frente de sus fuerzas.
En un principio, Green Lantern iba a rodarse en los Estudios Fox de Australia. ¿Qué ventajas encontraron en Louisiana para trasladar el rodaje allí?
Con el valor que alcanzó por esas fechas el dólar australiano no hubiéramos podido hacer nada… Louisiana es idónea para una producción de Hollywood. Tiene una fiscalidad favorable y buenos estudios. Es muy confortable rodar allí, porque cuenta con buenos técnicos y equipamientos.
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Imagen superior: Donald De Line durante el rodaje de The Italian Job. Fotografía de Claudette Barius © 2003 Paramount Pictures. Reservados todos los derechos.