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Crítica: «La Llorona» (Michael Chaves, 2019)

El “universo cinematográfico compartido” más exitoso después de Marvel, el llamado “universo Warren”, regresa una vez más con una película de presupuesto modesto pero buena acogida entre la chavalería.

Marvel/Disney recauda mucho más dinero con sus películas de héroes voladores, pero también se tiene que gastar una enorme suma de dinero en producción y promoción. Los gastos son mucho más bajos en el caso de estas peliculillas de fantasmas y demonios producidas por James Wan, así que quizá podríamos decir que el “universo Warren” es el más rentable.

Pero hablar de dinero siempre es poco elegante, así que centrémonos en la Llorona. La terrorífica leyenda latinoamericana es absorbida por Hollywood en esta ocasión, después de incontables películas mexicanas acerca de dicho fantasma. Aunque el título original (The Curse of La Llorona) se traduce como La maldición de la Llorona, no se trata de un remake del film homónimo de comienzos de los 80 dirigido por Rafael Baledón (un excelente ejercicio de gótico mexicano, por otro lado). En su ingente filmografía, la Llorona incluso llegó a enfrentarse con el luchador mexicano más famoso del mundo, el Santo, en el film La venganza de la Llorona (Miguel M. Delgado, 1974).

Para quien todavía desconozca a la Llorona, baste decir que (con variaciones regionales), se trata de una suerte de Medea que, tras matar a sus hijos y suicidarse por razones similares a las de la hechicera de la Cólquide, vaga por el mundo como un alma en pena sollozando “¡Ay mis hijos!” y llevándose a los niños de los demás. En este film, el fantasma actúa en Estados Unidos, aunque toda la película remite a la tradición hispanoamericana a través de inmigrantes y personajes chicanos. Para no pillarse los dedos con temas polémicos que no vienen a cuento en una película de estas características, no se habla de política en ningún momento (además, la acción transcurre en la década de los 70) y la dirección corre a cargo de Michael Chaves, quien debuta en el largometraje después de un par de exitosos cortos, y que además tiene un apellido que no desentona con el título de la película.

Chaves llamó la atención de Hollywood por saber dar sustos resultones y manejar los efectos especiales. Se puede decir que en La Llorona tiene ocasión para lucirse en un puñado de ocasiones, con secuencias más o menos ingeniosas visualmente y más o menos “inspiradas” en otras películas ajenas como Dark Water (Hideo Nakata, 2002). El resto de la película ‒cuando no ataca la Llorona, que aquí tiene el aspecto de un cantante de death metal vestido de novia‒ no está especialmente mimado en lo visual: Chaves lo rueda con un estilo televisivo y descuidado, que quizá busca excusa en la ambientación de los 70, pero que no se parece en nada a un film de esa época.

Este tipo de películas suele prescindir de estrellas taquilleras, pero a cambio tenemos buenos actores: la siempre estupenda Linda Cardellini como sufrida madre y heroína de la historia, F. Murray Abrams en un papel secundario que sirve de conexión con la franquicia o el veterano en papeles de tipo duro Raymond Cruz, que aquí interpreta a un santero de extraño carácter.

De escasa duración y ambiciones sencillas, La Llorona es otro “tren de la bruja” repleto de sustos ruidosos y fantasmas de boca desencajada que cumple con lo que promete, aunque no se esfuerza demasiado en aportar nada extra ni resultar vistosa.

Sinopsis

Ambientada en Los Ángeles de 1973, la película cuenta la historia de Anna Tate-García (Linda Cardellini), una trabajadora social y madre soltera viuda que lucha por compaginar sus dos papeles a la vez que intenta recuperarse de la pérdida de su marido.

Anna es una mujer escéptica que trabaja al servicio de una ciudad de creyentes así que se ha visto obligada a lidiar con un montón de fantasmas y supersticiones. Pero también le acechan sus propios demonios. Cuando la llaman a casa de Patricia Álvarez (Patricia Velásquez) se encuentra a sus dos hijos pequeños encerrados en un armario. Anna cree que la madre, aterrorizada, los ha encerrado y lo interpreta como una señal peligrosa de maltrato.

Aunque Anna está decidida a conseguir para Patricia la ayuda que necesita, su principal inquietud es la seguridad de los niños. Pero Anna no es consciente del enorme peligro al que enfrentan. Cuando interna a la madre en un centro psiquiátrico y pone a los niños bajo protección, no tiene ni idea de lo que está a punto de desatar ni de la devastación que causará.

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © New Line Cinema, Atomic Monster Productions, Warner Bros. Pictures. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).