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Crítica: ‘Abigail’ (2024)

No estamos aquí ante la versión cinematográfica de la popular telenovela venezolana homónima (aunque pronunciada de manera distinta), una de las pioneras del culebrón latino en España, sino de una comedia de terror vampírico con toques de ballet.

La danza clásica y el terror han sido dos artes más cercanas de lo que cabría esperar en un principio, relacionadas por la importancia en ambas de la estética, la afición por el drama gótico y, en el caso del ballet, el sufrimiento (físico y psicológico) que se oculta tras la delicadeza, la belleza y la ingravidez de lo que vemos en escena.

A pesar de la terrible calidad del escaso ballet que se ve durante la película (Miguel Bosé ha sido bueno en muchas cosas, pero no en el ballet clásico ni en medicina), Suspiria (1977) sigue siendo la gran película en cuanto al matrimonio terror-danza, si bien se pueden recordar títulos como Las zapatillas rojas (1948), un drama con sugerencias fantásticas en su puesta en escena, el thriller psicológico Cisne negro (2010) o la francesa Livide (2011), donde un trío de ladrones quedaban encerrados en una mansión con una niña bailarina vampira.

Abigail también nos narra la historia de unos delincuentes encerrados en una mansión con una niña bailarina vampira, aunque lo hace con un tono más cómico y tebeístico, al menos en su guion, porque la película está dirigida por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, fértiles cineastas durante los últimos años que destacan por su estilo cinematográfico insulso, televisivo y carente de fuerza, creatividad o suspense.

De Abigail se puede decir prácticamente lo mismo que de Ready or Not (Noche de bodas), mini-éxito que les facilitó ponerse al mando de las dos últimas entregas de la agonizante franquicia Scream, y es que el film se mantiene en pie gracias a una historia simple y simpática (también escrita por Stephen Shields y Guy Busick) en la que confluyen fórmulas siempre ganadoras, incluyendo las de Agatha Christie (hay una referencia directa a 10 negritos -o como se titule la novela esta semana-), Die Hard o Drácula.

El estilo cinematográfico desganado y prosaico echa a perder el potencial visual de una vampira que ataca a sus víctimas usando movimientos de ballet, algo que apenas se vislumbra con tanto plano medio, plano corto, meneo de cámara y corte aleatorio de montaje. Y es una pena, porque durante los títulos de crédito vemos a la cría bailando en una escena bien rodada, con la inevitable El lago de los cisnes como fondo musical. Me gusta pensar que es una referencia directa al Drácula de Tod Browning; al fin y al cabo, Abigail no deja de ser un remake sui generis de La hija de Drácula (1936), o eso se asegura de manera oficial.

Como Ready or Not, la película incluye escenas con gente explotando y momentos de gore que, por alguna razón, no resultan impactantes. La incapacidad de los directores para transmitir tensión o catarsis con sus imágenes no ayuda, de igual modo que la fotografía de su habitual Brett Jutkiewicz, más propia de un telefilme canadiense o un anuncio de Ferrero, anula gran parte de la atmósfera terrorífica, a pesar del estupendo escenario clásico en el que se desarrolla la acción.

Los protagonistas, supuestos delincuentes profesionales que resultan ser tontísimos, no pasan del estereotipo, pero eso no es un problema, y de hecho la historia lo pide. Entre el reparto destacan Dan Stevens (siempre estupendo -por favor, háganle James Bond de una vez-), nuestro matón favorito Kevin Durand y Giancarlo Esposito, en un brevísimo papel, dando miedo de verdad.

Vista Abigail, no quedamos con la niña bailarina lamprea de The Cabin in the Woods (2011).

Sinopsis

Los niños pueden llegar a ser auténticos monstruos.

Después de que una banda de delincuentes secuestre a una bailarina de 12 años, hija de un poderoso capo del hampa, a los secuestradores solo les queda vigilar a la niña durante una noche para cobrar el rescate de 50 millones de dólares. En una mansión alejada de todo, los raptores empiezan a desaparecer uno a uno y descubren, con creciente horror, que están encerrados con una niña nada normal.

Radio Silence –el dúo de directores formado por Matt Bettinelli y Tyler Gillett, responsables de aterradores éxitos modernos como Noche de bodas, Scream, de 2002, y Scream VI, estrenada el año pasado– está a la cabeza de un nuevo y sangriento enfoque de la película de vampiros escrita por Stephen Shields (Bosque maldito, la serie Zombie Bashers) y Guy Busick (la franquicia Scream, Noche de bodas).

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Project X Entertainment, Wild Atlantic Pictures, Universal Pictures. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).