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Crítica: «La Bella y la Bestia» (Bill Condon, 2017)

Aunque siempre existieron, nunca se ha hablado tanto como ahora de los remakes de aquellos títulos que tuvieron éxito en su día.

En el caso de este relanzamiento de La Bella y la Bestia, hay que inscribirlo en el deseo de Disney de rehacer en imagen real los clásicos de su catálogo animado. Un plan en el que destacan films tan valiosos e inspirados como El libro de la selva (2016).

Bill Condon reinventa el clásico de 1991, y lo cierto es que lo hace con espléndidos resultados. El director nos ofrece aquí un musical ligero, romántico y elegante, pleno de aciertos visuales y con un acertado equilibrio entre lo digital y lo analógico, y asimismo entre lo sombrío y lo azucarado.

Pocas cosas hay más agradables para el amante del género que una buena dirección artística y una sólida partitura. Aquí ambas resaltan desde el primer fotograma, tanto por la suntuosidad de los decorados y el vestuario como por los acertados arreglos de los temas originales Howard Ashman y Alan Menken, a las que se suma nuevo material escrito por Menken junto al veterano Tim Rice.

Estas tres nuevas canciones son fieles al estilo de la cinta animada, pero, obviamente, se ajustan en mayor medida al tono marcado por aquella fabulosa versión teatral que se estrenó en Broadway en 1994.

Con todo, la más acertada decisión artística de este remake ha sido la elección de su reparto. En pantalla, Emma Watson encarna de forma convincente el estereotipo de rebeldía, sensibilidad e inteligencia que viene a ser su personaje.

Dan Stevens ‒¿lo recuerdan en Downton Abbey (2010)?‒, además de cantar con mucha soltura, da vida a la Bestia con voz potente y ajustándose a las necesidades técnicas de su caracterización digital.

Entre el resto del reparto, hay que resaltar a figuras como Stanley TucciAudra McDonald o Josh Gad. Pero el mayor elogio se lo llevan esos cinco robaescenas que son Luke Evans, el gran Kevin Kline ‒cuya gloria musical en Broadway comenzó con la opereta The Pirates of Penzance en 1981‒, un inspiradísimo Ewan McGregorIan McKellen ‒que vuelve a trabajar junto a Condon tras Dioses y monstruos (1998) y Mr. Holmes (2015)‒ y la entrañable Emma Thompson.

La sola presencia de estos cinco intérpretes (aunque tres de ellos lo hagan, durante buena parte del metraje, como figuras animadas) basta para subir la temperatura artística de esta magnífica adaptación.

Sinopsis

El cuento clásico de La Bella y la Bestia y su potente mensaje que dice que la belleza está en el interior, se remonta a la Francia del siglo XVIII y se publicó por primera vez como un cuento de hadas titulado La Belle et la Bête, cuya autora fue Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve. Hoy en día, los temas siguen siendo relevantes y la historia sigue cautivando a los cuentacuentos. Como resultado, existe un sinfín de interpretaciones en todos los formatos, pero la película de animación de Disney de 1991 y nominada al Oscar es la versión definitiva.

La Bella y la Bestia es uno de los títulos más preciados del Estudio y se estrenó durante la segunda edad de oro de la animación de Disney, junto a La SirenitaEl Rey León y Aladdin, entre otras, y fue catalogada inmediatamente como obra maestra del cine. Tan inequívocamente romántica como cómica, La Bella y la Bestia es un cuento inolvidable sobre el amor y la amistad que transporta a los lectores a un mundo de cuentos mágicos donde el bien triunfa sobre el mal.

La Bella y la Bestia fue la primera película de animación en recibir una nominación al Oscar a la mejor película y ganó dos Oscar (mejor banda sonora y mejor canción), tres Globos de Oro y cuatro Premios GRAMMY®, además de un sinfín de premios. La película fue el primer largometraje animado que recaudó más de 100 millones de dólares en la taquilla en su estreno inicial y la primera película animada de Disney que se convirtió en un musical teatral. Estuvo 13 años en la cartelera de Broadway, se tradujo a ocho idiomas, y se puso en escena en más de 20 países.

El Estudio pensó que una adaptación de la historia de una joven de buen corazón y su príncipe bestial tenían potencial para conquistar una vez más al público, pero cuando el Estudio presentó la idea a Bill Condon, éste no vio cómo podía rehacer algo que es absolutamente impecable. “Para mí, la cinta de 1991 es una película perfecta», dice Condon. “Cuando la película se estrenó, se produjo una auténtica revolución por la forma en la que se contaba la historia y por la increíble banda sonora de Alan Menken y Howard Ashman, por lo que en un principio no quise saber nada”.

Condon, un narrador consumado, vislumbraba el potencial cinematográfico de la historia. “Han pasado 25 años y la tecnología está ahora a la altura de las ideas que se atisbaban en la película de animación», explica. “Ahora es posible, por primera vez, crear una versión de calidad fotográfica de una taza de té que habla en un plató físico y en un formato de acción real totalmente realista”.

Emma Watson dice: «Cada vez que escucho la música de La Bella y la Bestia, vuelvo a revivir esa sensación infantil de que todo va a ir bien y que hay esperanza en el mundo».

El director/co-guionista Bill Condon es profundamente comprensivo y respetuoso con los actores con los que trabaja. Colaborar con ellos en las etapas iniciales para afinar los detalles personales de sus personajes es un proceso al que otorga un valor incalculable. En este caso, las semanas de trabajo uno-a-uno con los actores terminaron en una mesa en la que se leyó la totalidad del guión, una práctica habitual que siempre orquesta Condon, aunque en este caso, con algunos números musicales totalmente realizados por los actores; así que fue más bien un concierto en directo para todo el equipo. “Bill Condon decidió montar un espectáculo y nunca he visto ni escuchado nada parecido», comentó Ian McKellen justo después. El reparto está de acuerdo en que fue un gran comienzo de rodaje y un buen ejemplo de que iba a ser una experiencia insólita.

Durante la búsqueda de artistas para dar vida a los queridos personajes animados, los realizadores recorrieron los mundos del cine, la televisión, la música y el teatro para encontrar a los intérpretes más adecuados para cada papel. Emma Watson fue la primera en unirse al rodaje para el papel de Bella, la despierta pueblerina que desea vivir aventuras.

Para el papel de la Bestia, un príncipe malcriado y arrogante transformado por la maldición de una hechicera, los realizadores tuvieron muchísimas reuniones y estudiaron docenas de nombres antes de elegir a Dan Stevens. El actor británico, conocido por su papel del apuesto y sensible Matthew Crawley en la premiada serie de televisión Downton Abbey, trabajó con Condon hace unos años en The Fifth Estate y la experiencia fue tan buena que estaba deseando repetirla.

El personaje de LeFou, que aportaba el toque cómico a la película de animación, también sufrió algunos pequeños matices. “Solía ser una especie de saco de boxeo», dice Condon, «Y eso no es gracioso, interesante ni creíble en acción real, pero creo que hemos dado con el equilibrio perfecto”.

Afortunadamente, encontrar a los actores que interpretaran a ambos personajes no fue nada complicado. El actor galés Luke Evans (La chica del trenEl Hobbit: La desolación de Smaug) era la personificación de Gaston, el superficial y arrogante aldeano que intenta casarse con Bella. Además, el actor es un cantante consumado ya que ha trabajado en varias obras de teatro del West End, y Gastón tiene que cantar bastante en la película («Gastón», «Bella» y «The Mob Song”).

“Es lo más interesante de Luke Evans«, dice Condon. “Tiene todas las cualidades que corresponden a Gastón pero también tiene el bagaje de haber trabajado años en el teatro y que es tan importante en una película musical: saber conjugar números musicales e interpretación. Estaba hecho para el papel».

“No he hecho mucha comedia», continúa diciendo, «pero ha sido divertido interpretar a Gastón y poder dar la réplica a alguien como Josh Gad, un cómico consumado que sabe medir muy bien los tiempos”.

Maurice, el padre de Bella, está interpretado por Kevin Kline, ganador del Oscar y de dos Premios Tony (La tormenta de hieloIn & Out (Dentro o fuera)). El personaje era un inventor chiflado en la película de animación pero ahora es un artista especializado en maravillosas cajas de música que representan para Bella el mundo más allá de los confines de Villeneuve y para Maurice una manera de recordar un momento de su vida que fue perfecto, aunque ahora haya desaparecido.

“Al igual que le pasa a tanta gente, siempre me ha gustado Kevin Kline», dice Condon. “También le recuerdo como intérprete musical cuando era muy joven, así que conseguir que volviera a cantar era muy emocionante para mí como director. Pero hay algo mucho más profundo que eso, esa sensación de pérdida y miedo por Bella, y Kevin lo ha interiorizado maravillosamente bien”.

Ewan McGregor, nominado a dos Globos de Oro (Moulin RougeStar Wars: Episodio I – La amenaza fantasma) es Lumière, el ayuda de cámara francés del Príncipe convertido en candelabro. Lumière suele discutir con Cogsworth y está colado por Plumette, y es quien canta el  número musical más extravagante, «Be Our Guest”. El actor no estaba familiarizado con la canción cuando llegó por primera vez al set, pero enseguida se convirtió en un fan y su interpretación habría hecho que Maurice Chevalier se sintiera muy orgulloso.

Desde que se empezó a escribir el guión, se decidió que había que ampliar el prólogo de la historia y añadir un nuevo personaje, un maestro que, junto con su diva, está actuando para el Príncipe en su castillo cuando se lanza el hechizo. El actor Stanley Tucci, nominado al Oscar y ganador de dos Globos de Oro fue elegido para encarnar al Maestro Cadenza, ahora un clavecín, y la esposa de Cadenza, la famosa diva de la ópera italiana Madame de Garderobe, que interpreta Audra McDonald, ganadora de seis Tony y un Emmy. La maldición la transforma en un enorme armario del dormitorio de Bella en el castillo de la Bestia, la misma habitación donde ella se había alojado anteriormente, cuando era la cantante de ópera invitada. A Garderobe le van mucho los melodramas y también las siestas.

Ian McKellen debuta en el teatro musical a los 76 años. El actor, que ha sido nominado dos veces al Oscar® y ha ganado el Premio Tony y el Globo de Oro, es Cogsworth, el exigente y quisquilloso mayordomo jefe que se transforma en un reloj de chimenea.

“Cuando te llega un guión por correo y ves que es de Bill, dices ‘Sí’ incluso antes de haberlo leído», dice riendo McKellen.

Y continúa diciendo: «Una de las primeras películas que recuerdo haber visto es La Belle et le Bête de Cocteau, y me acuerdo de la emoción y la tecnología bastante más primitiva que se utilizó cuando la Bestia se quita el pelo y se convierte en el deslumbrante Jean Marais, que hacía el papel del Príncipe. Bill es la elección ideal para una historia como esta. Le encanta el teatro musical y le gusta el espectáculo y la energía de una gran producción que tiene música y baile, y eso es el cine musical. Pero además, sabe reconocer las delicias de la conducta humana”.

Emma Thompson, dos veces ganadora del Premio de la Academia y del Globo de Oro se unió al reparto como la Sra. Potts, el ama de llaves cockney que se convierte en una tetera y toma a Bella bajo su protección. Y la actriz se deshace en elogios para su director. “Bill es tan sabio y divertido, amable y tierno», dice, «Ha reunido al mejor grupo de personas porque él es uno de los mejores. Comprendes enseguida que va a ser una película ingeniosa y no demasiado sentimental, que va a tener ritmo, brío, vigor y vida y que va a tener sentido, porque él es así”.

El rodaje de La Bella y la Bestia se realizó en los estudios Shepperton, a las afueras de Londres, y en varias localizaciones exteriores del Reino Unido de mayo a agosto de 2015.

Para crear una Bestia de apariencia realista en un entorno real, conservando la interpretación de Dan Stevens, se utilizó una combinación de captura de interpretación física y de tecnología de captura facial MOVA. Para los elementos de captura de interpretación física, las escenas de la Bestia con los miembros del elenco de acción real se filmaron en sets físicos en los que Stevens llevaba zancos, un traje con prótesis de músculos y un body gris por encima. Las escenas de la Bestia con los personajes animados se rodaron mientras Stevens llevaba un body fractal gris con indicadores de efectos visuales. Y a pesar de los condicionantes, el actor consiguió transmitir un complejo abanico de emociones, lo que fue crucial, ya que la Bestia es el protagonista romántico y el centro emocional de la historia.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

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Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.