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Crítica: «El truco final (The Prestige)» (Christopher Nolan, 2006)

En Londres, a finales del XIX y principios del XX, los espectáculos de ilusionistas son muy populares tanto en las clases altas como en las más bajas. Dos jóvenes aprendices de este arte van trasformando su amistad en rivalidad y odio extremo según van adquiriendo notoriedad. Obsesionados con superar al contrario, recurren a todo tipo triquiñuelas para robarse los trucos y destruirse mutuamente.

The Prestige reafirma a Christopher Nolan como un autor comercial, esa especie de cineastas tan molestas para la crítica por su molesto empeño en hacer películas personales pero sin olvidarse del público. La obsesión como motor de la historia, la estructura narrativa llena de saltos en el tiempo (que al final siempre encajan perfectamente) o la colaboración con actores recurrentes (después de Batman Begins y antes de The Dark Knight tenemos en el reparto a Christian Bale y Michael Caine) son algunos rasgos que hacen que su cine tenga «denominación de origen», pese a la diferente ambientación o temática de sus distintas obras.

En este nuevo estreno también se aprecia esa cualidad de Nolan para dar credibilidad a historias en principio rocambolescas, sobre todo por el excelente pulso narrativo, la contundencia de una imágenes que suelen mezclar espectacularidad y realismo en un mismo plano y, sobre todo, por su exquisitez a la hora de dirigir actores. Si Nolan se escapa (¿por los pelos?) de ser calificado como director moderno es porque tiene la habilidad de ceder protagonismo a los actores y no a sus propios alardes experimentales. Está claro que Michael Caine no lo puede hacer mal ni en un subproducto de Michael Bay, pero intérpretes más discutidos como Christian Bale o Hugh Jackman (Batman Vs Lobezno, tenía que decirlo) demuestran aquí todo su poderío sin que uno se termine de decidir cual de los dos brilla más. Incluso Scarlett Johansson (en un papel secundario) logra salir airosa.

El leit motif de The Prestige es la distracción, herramienta de trabajo de los ilusionistas y fundamento de un guión que, obviamente, aguarda una sorpresa final. Si algo impide que esta película pase de ser un entretenimiento de lo más interesante a una experiencia memorable son las excesivas pistas y explicaciones sobre «el truco» en sí, que le quitan poderío a lo que podría haber sido uno de los planos finales más impactantes de las últimas décadas.

Aun así, el argumento está mejor resuelto que el de esa hermana pobre de The Prestige que se estrenó hace poco titulada El ilusionista. Como en aquella, el film de Nolan retrata una época en la que la parapsicología, el espectáculo y la ciencia cruzaban sus caminos mientras el mundo se hacía pequeño por culpa de la civilización desbordada. Era la época de las misteriosas reuniones de Arthur Conan DoyleArthur Machen y sus colegas de la Golden Dawn, de las inmersiones extradimensionales de H.P. Lovecraft, del boom del espiritismo o de la mística electromagnética de Nikola Tesla, presente en The Prestige con los inquietantes rasgos de David Bowie. Esta época de prodigios soñados e ingenuas expectativas está retratada a la perfección, aunque al final lo más interesante es la relación de dependencia de dos antagonistas que no saben vivir sin (odiar, envidiar) al otro.

The Prestige establece un juego de espejos en el que los protagonistas quedan atrapados en el reflejo, anulándose a sí mismos. Y es lo más parecido a una historia de amor que hemos visto en la siempre interesante obra de Christopher Nolan. Que se vea venir el desenlace o no, al final no termina por ser tan relevante.

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Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).