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«Alex Magnum» (1985), de Enrique Sánchez Abulí y Alfredo Geniés

En su momento, Glénat fue la editorial encargada de recuperar las desventuras de este peculiar policía futurista. De sabor netamente ochentero, Alex Magnum (1985) destaca, entre otras cosas que ahora veremos, por el guión del genial Enrique Sánchez Abulí.

Alimentado por las potentes creaciones de la ciencia-ficción de finales de los 70 y principios de los 80, tanto en el ámbito del cómic (Métal Hurlant) como en el cinematográfico (Blade RunnerMad MaxRescate en Nueva York…), Alex Magnum es un tebeo cuya aparente sencillez (historias cortas, algunas meros chistes) encierra espectaculares diálogos y demoledores comentarios nihilistas sobre la condición humana.

Publicado originalmente en una de las revistas de Josep Toutain, Zona 84, el cómic transcurre en un mundo en el que casi toda la población es post-punk, incluyendo los policías. De hecho Magnum, un agente que siempre tiene tiempo para pintarse los ojos y exhibe escasos prejuicios sexuales, bien podría ser una versión morena de Billy Idol, pero con mala uva.

Sin duda, se trata de un personaje cargado de carisma. «Creo que la gente es, somos basura ‒escribe Hernán Migoya‒. También más cosas, algunas hasta buenas, pero no suelen estar al inicio de la entrada ‘ser humano‘ en mi diccionario particular. De ahí que me guste tanto Alex Magnum. Alex Magnum es, pese a todo/s, un buen tipo. Hace lo que haría cualquier persona con sentido común y sentimientos no necesariamente perversos: sobrevivir. Su límite está en el lugar justo: no permite violaciones y sólo mata cuando cree que el matado lo merece. Intenta hacer el mínimo daño posible a los demás; intenta comprender a todo aquel que puede; intenta terminar el día sin demasiados perjuicios personales… y hace alarde de ciertos escrúpulos, lo que suele ganarle bastantes palizas inmerecidas. Incluso tiene la virtud de saberse adaptar, detalle que le convierte en una persona razonablemente tolerante y abierta: en un mundo así, ¡no se le puede pedir más al pobre hombre!».

En las metrópolis industriales a lo Ridley Scott y en las carreteras de los eriales, plagadas de bandidos motorizados, la policía de este cómic se muestra más corrupta y violenta que los propios criminales, y tanto en su informal indumentaria como en sus actividades, es complicado distinguir a las fuerzas del orden de los agentes del caos.

El dibujo de Geniés capta la esencia de esta época fascinante, con personajes poderosamente diseñados y atmósferas urbanas y periféricas tan interesantes como desoladoras.

«Yo tenía veintitantos años ‒le contaba Alfredo Geniés a Hernán Migoya‒. Estaba con unas ganas locas de ser dibujante. Me notaba a punto, a punto de que tenía que explotar como dibujante. Y entonces yo vi casualmente en aquella época las dos pelis de Mad Max y Blade Runner. Todas juntas, ¿no? Y aquello me impactó. Había que hacer un personaje aprovechando esas estéticas. Y yo personalmente creé, a nivel casero, unas páginas en las que aparecía un pre-Alex Magnum metido en un ambiente del que salen las historietas, tipo gueto y eso… A mi padre [Manfred Sommer] le gustaron esas páginas: ‘Me parece que empiezas a estar maduro para hacer algo’. Y como por aquel entonces mi padre había conocido a Abulí, habían simpatizado y eso, me dijo: ‘Voy a contactar con Enrique para que tú le enseñes esto y ver qué opina él’. Yo se lo enseñé a Enrique y le gustó. Le dejé esas páginas de muestra del personaje… que por entonces no se llamaba Alex Magnum, por cierto. Yo no sabía ni el nombre ni qué destino debía tener ese personaje: si sería un delincuente, un tipo extraño, o un policía…».

«Tuvimos que hacer la ronda por editoriales ‒continúa Geniés‒ ofreciendo el material. Fue un calvario. Toutain al principio también dijo que no. Curiosamente, mi padre tuvo una comida con él… (Risas) Y entonces Toutain al final accedió (…) .Hubo un momento en que nuestro editor, Josep Toutain, nos planteó que había que dejar la serie. A partir de ese momento, pensé que había que buscar otra cosa. Pero como no la vi clara, pues preferí tirar por otros caminos. Yo pienso que Toutain fue un poco injusto, porque él tuvo una época de esplendor, que fue la revista 1984. Coincidió que cambió el título de la revista con que los grandes autores que habían trabajado para él se habían ido. Y hubo un reciclaje de autores nuevos, que no eran tan conocidos: entre ellos yo. Enrique Abulí sí era conocido, pero yo no. Y entonces el Zona 84, su sustituta como revista, dio un bajón. Y Toutain, en vez de promocionarnos a nosotros como nuevas estrellas, como nuevos bastiones de la revista, nos dejó totalmente tirados. No hubo ninguna ayuda de promoción ni de darnos publicidad ni de nada. Y entonces, claro, el Alex Magnum la verdad es que pasó sin pena ni gloria, un poco injustamente, porque fue un producto que en aquella época tuvo una cierta coherencia con las películas del momento. Pero nadie le hizo mucho caso (…).Toutain tenía una disputa personal con Enrique. Enrique se fue independizando con respecto a él con Torpedo 1936. Claro, Torpedo era el caramelo, todo el mundo quería editarlo. Toutain vio cómo Torpedo se escapaba de sus manos y estaba un poco rencoroso. Y de alguna manera, yo creo que nosotros pagamos el pato del Torpedo«.

Las viñetas de Alex Magnum son primas cercanas de las de El regreso del Caballero Oscuro, tanto en tono como en ejecución. Establecer una relación de influencias entre GeniésFrank Miller puede resultar un juego interesante tras leer el cómic español ‒anterior en el tiempo‒ y las posteriores entregas de Sin City.

Si el dibujo ya es una buena razón para echar una ojeada a este tebeo, el guión de Abulí es el que impacta definitivamente al lector. Son reconocibles el cáustico humor y los juegos de palabras, entre ligeros y brillantes, del creador de Torpedo.

Abulí crea un antihéroe sinvergüenza, a veces realmente brutal y desquiciado. Y aun así, por lo general, es lo más parecido a un buen tipo que uno puede encontrar en el infierno inmoral que retrata esta obra.

Destaca especialmente su relación «amorosa» ‒entre interrogantes‒ con una atractiva desequilibrada. Se trata de una trama que se mantiene en diversas historietas y que resulta tan descabellada como tierna.

En opinión de Migoya, «Geniés consiguió mezclar lo clásico con lo moderno: su prota es un The Phantom punkie. Tiene el mismo blanco y sombra de ojos que El Hombre Enmascarado (¿era ese blanco y esa sombra lo que nos atraía tanto del héroe de Falk cuando éramos niños… o era su pullover rosa?), aplicados a un macarra ochentero listo para soltar hostias a diestro y siniestros. Es, imitando pobremente la genialidad verbal de Abulí –recuerden: antes que Sabina, fue Torpedo–, ‘el fantasma que conmina’. (…) Sobrevivir a la vida: ése sería el lema de Alex Magnum. Yo también echo de menos más historias hechas hoy de este personaje. En un mundo perfecto, cada mes existiría una nueva entrega del mundo imperfecto de Alex Magnum. Lo que demuestra que el mundo de Alex Magnum es absolutamente real. Es el nuestro».

Al hilo de ese paralelismo entre Sabina y Abulí, voy a decirles algo más: ya le gustaría al cantautor escribir textos de un escepticismo tan divertido y demoledor como el siguiente, incluido en una de las historietas que contiene este volumen, De la poli te guarde Dios: “El gueto es grande y redondo, ensanchado por los polos y aplatanado por el ecuador. Limita al norte con la nada, al este con algo por el estilo, al sur con el desierto de Aquí Te Espero y al oeste con una de indios”.

Sinopsis

El policía Alex Magnum se maquilla los ojos y no le importa si su chica no es una chica del todo. El policía Alex Magnum intenta servir y proteger, antes que servirse y apalizar. El policía Alex Magnum hace lo posible por sobrevivir en un mundo salvaje y despiadado… Si te gustan los «futuros inmediatos», los paisajes industriales, los punkies violentos, las mujeres ardientes y los hombres ardiendo… Alex Magnum es tu cómic.

Enrique Sánchez Abulí (Francia, 1945) es uno de los pocos guionistas de tebeos reconocidos y reconocibles del panorama actual. Ha realizado muchas obras conjuntas con Jordi Bernet, como la serie TorpedoHistorias Negras (ambas en colección Bernet Integral) o La Naturaleza de la Bestia (col. Biblioteca gráfica) todas ellas publicadas por Glénat, pero también ha colaborado con autores como Félix VegaDaspastoras, etc.

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Ediciones Glénat. Cortesía del Departamento de Prensa de Ediciones Glénat. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).