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Mis once escritoras favoritas

Daphne du Maurier

Imposible desprenderme de ella: si os gustan los buenos cuentos de fantasía y terror, no tiene pierde. Si os va el gótico, Rebeca sigue siendo fantabulosa. Si os gustan los autores gruñones, nadie gruñe con su clase. Recomiendo toda, toda su obra.

Tanith Lee

Cada vez se me mete más adentro: fantasías inmorales con una prosa excelsa. Gana en los cuentos, pero cuando los ensambla para crear un universo como en El señor de la noche, sabes que has leído un hito irrepetible. Lírica e indómita.

Ayn Rand

Todos los intelectuales parecen odiarla, yo la amo: Himno, Los que vivimos y El manantial son novelas formidables llenas de mala leche, lucidez y vida. Sus héroes se creen superhéroes, por eso les va el sadomaso: inundó el pacato folletín USA de los 40 con folleteo desatado. La rebelión de Atlas es el Titanic pulp: terminó tomándose sus monumentos demasiado en serio… ¡qué rusa era!

Shirley Jackson

Una de las exhumaciones más justas de los últimos tiempos. Sus cuentos de «La lotería – Aventuras del amante diablo» me marcaron en mis inicios. Sus novelas La maldición de Hill House y Siempre hemos vivido en el castillo están a la altura. Solidez a prueba de espectros.

Pilar Pedraza

Tan notable ensayista como novelista, se supera a sí misma cuando escribe de mujeres lobo. Su amor por los monstruos es fuente de inspiración perpetua. Toda su obra en Valdemar merece la pena. Lucifer Circus, por ejemplo, es un estupendo punto de partida.

Dorothy M. Johnson

El western en estado puro y desde todas las perspectivas: la indígena, el pistolero, la pionera. Su cuento Indian Country es modélico, lo tiene todo. Economía narrativa como el andar de John Wayne. The real stuff.

Joyce Carol Oates

Creo que no he leído escritor vivo con su sensibilidad: el premio Nobel no la merece. Su virtuosismo la lleva a dominar cualquier género sin que ninguno la encasille. A veces cabriola tan alto y sin red que pasma poder seguir todas sus piruetas.

Patricia Highsmith

Integró el crimen, acariciado o de facto, en la cotidianeidad. Su odio a los seres humanos generó lazos emocionales con sus lectores. Su visión de la vida es tan negra que funciona como euforizante.

Carmen Ollé

Perú tiene su sátira: una poeta que construye fábulas con el deseo sensual como motor. La inocencia amoral de sus textos resulta más perversa que las intenciones sádicas, porque no permite la amonestación. ¿Cómo atacas una moral que no es de este mundo? Halo de la luna: un oasis nudista entre tanto cucufato a las teclas.

Lisa Tuttle

Discípula poderosa de Daphne y Tanith: sus cuentos de fantasmas revuelven el subconsciente de los vivos. En ella, hasta los amoríos muertos dejan ectoplasmas y los ex son almas que ambulan en pena. La resonancia de sus propuestas nos acompañan como una condena de sábana y cadenas.

Anne Rice

¿Cómo no cantar a quien entrevistó al vampiro, vindicó a las brujas y despertó a la bella durmiente a los placeres perversos? Anne celebró a los diferentes hace ya medio siglo y todo Hollywood ha bebido de ella, vampiros de sus hallazgos, aguando el espeso olor a sexo de su bendita sangre.

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Hernán Migoya

Hernán Migoya es novelista, guionista de cómics, periodista y director de cine. Posee una de las carreras más originales y corrosivas del panorama artístico español. Ha obtenido el Premio al Mejor Guión del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, y su obra ha sido editada en Estados Unidos, Francia y Alemania. Asimismo, ha colaborado con numerosos medios de la prensa española, como "El Mundo", "Rock de Lux", "Primera Línea", etc. Vive autoexiliado en Perú.
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