Las tentaciones más inmediatas de un lector que se acerque a la obra de Schultz son dos: una, la de identificarle exclusivamente con su creación más famosa, Xenozoic Tales. La otra es la de verle como un simple heredero de maestros como Al Williamson o Frank Frazetta.
En realidad, Schultz luce con tal naturalidad su talento gráfico que solemos olvidar que ese don depende de una suma de esfuerzo, estudios, vocación y sabiduría.
Aunque la calidad de su trazo no admite vuelta de hoja, tiene mucho sentido pararse a analizar sus referencias. No en vano, posee un estilo clásico que nos remite a la tradición de grandes ilustradores americanos, como Winslow Homer, Howard Pyle y N.C. Wyeth.
Comparte con su contemporáneo William Stout dos cualidades: la afición a la paleontología y ese detallismo en el dibujo que llevaron a su máxima expresión Harold Foster y Alex Raymond.
Nacido en 1955 en Filadelfia y criado en Pittsburgh, Pensilvania, nuestro artista tiene los cómics muy arraigados en su ánimo, pero sus temas predilectos están enraizados en el cine clásico (King Kong, la saga de Tarzán en la MGM) y en las narraciones pulp (pensemos en Edgar Rice Burroughs y en Robert E. Howard).
Tras completar sus estudios en el Kutztown State College, Schultz se dedicó a la ilustración publicitaria entre 1977 y 1986.
El primer tebeo que publicó de forma profesional fue «The Sea King», una de las aventuras del Rey Kull, el personaje creado por Robert E. Howard. Aquellas planchas fueron incluidas en Savage Sword of Conan #132, una de las principales publicaciones del sello Marvel Comics. En realidad, Schultz solo se ocupó del entintado. El dibujo era obra de Val Semeiks.
Fue en 1986 cuando planteó el proyecto de Xenozoic Tales en las oficinas de Kitchen Sink Press.
El resto es historia. Gracias al editor Denis Kitchen, el público quedó fascinado con esa historia postapocalíptica, en la que los héroes conducen Cadillacs y los dinosaurios carniceros salen de caza. Bien es verdad que, más allá de la aventura prehistórica, la serie se nutría con la misma fantasía pulp que dio lugar a las mejores obras de Wallace Wood, Frank Frazetta y Al Williamson. Es más: en términos estéticos y narrativos, cabía encontrar en ella ingredientes de las aventuras selváticas del Tarzán de Russ Manning, y desde luego, homenajes al Flash Gordon de Raymond.
La franquicia de Xenozoic Tales coincidió con la moda de las criatuas antediluvianas, e incluso dio lugar a una línea de juguetes y a una teleserie animada de la CBS-TV: Cadillacs y Dinosaurios (Cadillacs and Dinosaurs, 1993-1994).
Aunque Schultz ha proseguido su carrera como creador de cómics (a él se debe SubHuman, otra serie de Dark Horse Comics), su trayectoria más fructífera ha sido la de guionista de personajes tan diversos como Superman (1998) y El Príncipe Valiente (2004).
Asimismo, ha ejercido de portadista en las adaptaciones al cómic de licencias cinematográficas como Star Wars, Aliensy Predator.
Como ilustrador, Mark Schultz ha brindado a los seguidores de Robert E. Howard una serie de maravillosas láminas que complementaron a la perfección uno de los tomos de las aventuras completas de Conan el Bárbaro (2003).
Copyright del texto © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.
Copyright de las imágenes © Kitchen Sink Press, Flesk Publications, Mark Schultz. Reservados todos los derechos.