Roger Corman ha pasado a la Historia como sinónimo de productor avispado, capaz de sacar el máximo provecho a presupuestos irrisorios, y asimismo dispuesto sacar tajada de las modas cinematográficas y juveniles del momento, desde la ciencia-ficción de la Era Atómica a las bandas de motoristas delincuentes, pasando por los hippies o la space opera modelo Star Wars. Entre las esforzadas filas de sus empleados, se cuentan futuros nombres importantes en el cine de primera fila: Martin Scorsese, Francis F. Coppola, Jack Nicholson, Ron Howard, John Sayles…
Lo que a veces no se recuerda con propiedad es que Corman, aparte de ser un empresario sagaz, también ha destacado como un más que competente cineasta. Ya lo demostró en brillantes comedias negras como La pequeña tienda de los horrores o Un cubo de sangre.
A mediados de los 60, a veces se dejó llevar por el concepto “¿Por qué hacer dos películas en blanco y negro baratas cuando puedo hacer una buena en color?”
Así, con presupuestos más holgados –dentro de sus posibilidades–, Corman se dedicó a adaptar la obra de Edgar Allan Poe en una serie de vistosas películas realizadas por American International Pictures. Las más célebres son La caída de la Casa Usher y El péndulo de la muerte.
La máscara de la Muerte Roja es quizá menos citada, pero bien podría ser la cima artística de estas adaptaciones. Es más: podemos situarla entre lo mejor del curriculum de Roger Corman.
A partir del relato homónimo de Poe y del titulado “HopFrog”, el film se sitúa en la Italia medieval. El abyecto Príncipe Próspero (Vincent Price) se aísla de una letal plaga en su palacio, donde organiza una decadente fiesta para otros nobles. Próspero, a modo de entretenimiento, ha raptado a una campesina (Jane Asher), un bondadoso y cristiano ser al que pretende corromper e instruir en los caminos del Mal.
A medio camino entre la deliciosa malignidad gótica de los films de la productora británica Hammer y del bello terror surreal del italiano Mario Bava, La máscara de la Muerte Roja es una obra de arte en la que todo funciona: en su guión no hay escenas que sobren o que carezcan de interés. Su dirección artística es fascinante, y ofrece un entorno claustrofóbico en el que la decadencia moral –lujosa y lujuriosa- y la amenaza incierta se transmiten perfectamente al espectador.
Corman cuenta con la inestimable ayuda de la fotografía de Nicolas Roeg. El uso de vivos colores por parte de este operador funciona a varios niveles, ya sean alegóricos, atmosféricos o, incluso, terroríficos.
En medio de tanta delicia pesadillesca, Vincent Price se alza como maestro de ceremonias, derrochando clase y encanto insidioso. Es imposible no odiarle, pero también lo es resistirse a su atractivo. Su príncipe Próspero es uno de sus papeles más carismáticos, dentro de una larga carrera llena de personajes memorables.
La máscara de la Muerte Roja es una osada reflexión sobre el Mal y la Muerte, pero también es una experiencia audiovisual hipnótica, una joya de la poesía macabra cinematográfica que debería formar parte del panteón del cine de terror estadounidense.
En palabras del propio realizador, “Ésta fue la mayor y mejor de las películas de Poe. La primera película que hicimos en Inglaterra. Teníamos un calendario de rodaje de cinco semanas que fueron, como se darán cuenta, dos semanas más de lo que suele durar nuestro calendario de rodaje. Pensé, ¡Dios!, me voy a poder extender con esto! En ese momento no me di cuenta de que los equipos ingleses trabajan mucho más despacio que los americanos. Así que cinco semanas en Inglaterra eran, más o menos, el equivalente a cuatro en los Estados Unidos. Aun así, ese poco tiempo extra me permitió trabajar mucho más en el estilo de esta producción. (…) Intentamos conseguir un ‘look’ con mucho estilo en esta película. Quise filmarla inmediatamente después de La caída de la casa Usher, pero al final no lo hice por la inquietante figura de la muerte. La muerte, en nuestra película, es una misteriosa figura encapuchada que es, esencialmente, la misma representación que hizo famosa Ingmar Bergman en El Séptimo Sello. No quería volver a basar una de mis películas en un clásico de la literatura del siglo XIX y luego ser acusado de copiar una película de los años 50.” (Fragmento del libro The films of the Roger Corman: Brilliance on a budget, de Ed Naha, publicado por la editorial Arco en 1982).
Sinopsis
El Príncipe Próspero (Vincent Price) es un noble elitista de la Italia del siglo XII, famoso por sus gustos perversos y sádicos. Devoto de Satán, gobierna la provincia de Esteban con una crueldad sin sentido. Sin embargo, sin su conocimiento, su país cuenta con un visitante. Un extraño vestido con una túnica roja entrega una rosa roja a una anciana. Y le dice: la liberación está cerca. Encantada volvió a su aldea, alterando drásticamente y sin saberlo las vidas de sus campesinos.
Próspero, que se presenta en la ciudad para anunciar un llamativo banquete, es reprendido por los siervos Ludovico (Nigel Green) y Gino (David Weston), dos ciudadanos que encuentran el estilo de vida de Próspero totalmente espantoso. Próspero ordena darles muerte por su insolencia. La hija de Ludovico, Francesca (Jane Asher), que es la prometida de Gino, los defiende. Sorprendido por su entusiasmo, Próspero le dice que tiene el poder para salvar la vida de uno de los hombres, la de su amante o la de su padre.
Sin embargo, antes de poder tomar una decisión, el legado del extraño de la capucha roja empieza a hacer efecto en la ciudad. La anciana ha traído la Muerte Roja a Esteban. Y está empezando a extenderse. Próspero se dirige a su castillo por seguridad, llevándose con él a Francesca y a los dos prisioneros. Ordena que todos los hogares del pueblo que estén infectados sean completamente quemados. Su baile tendrá lugar según lo planeado.
Mientras tanto, en el castillo, Próspero planea atraer a las jóvenes doncellas del pueblo para los rituales de culto de Satán, un plan que no incluye a su pechugona señora Juliana (Hazle Court). Con los invitados reunidos para el baile, da comienzo el libertinaje.
Cuando la fiesta empieza a rozar la perversidad, un extraño entra en la habitación con un disfraz que llama muchísimo la atención. Con la cara cubierta por una capucha, un individuo escuálido vestido con una túnica roja pasa entre los hedonistas invitados. Al tocarlos hace que se retuerzan en un estrafalario baile de muerte. Es la propia Muerte Roja.
Título original: The Mask of the Red Death
Director: Roger Corman
Guión: Charles Beaumont y R. Wright Campbell
Fotografía: Nicholas Roeg (Panavisión, Pathé Color)
Montaje: Ann Chegwidden
Música original: David Lee
Producción: Alta Vista, Anglo Amalgamated
Productor: Roger Corman
Intérpretes/Personajes: Vincent Price, Hazle Court, Jane Asher, David Weston, Patrick Magee, Nigel Green, Skip Martin, John Westbrook, Gay Brown, Julian Burton, Verina Greenlaw, Brian Hewlett.
Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.
Copyright de la sinopsis © Filmoteca de Andalucía. Reservados todos los derechos.