Por un lado, tenemos a una mujer que ha pasado toda su juventud cuidando de su madre enferma. Al morir esta última, esa mujer se encuentra perdida en el mundo, sin un hogar propio. Es como esos veteranos de guerra que no se acostumbran a la vida civil. Busca con ansia su lugar en el mundo, pero no logra salir de su propia cabeza. Quizá un especialista en el tema podría aventurar que nuestra protagonista sufre algún tipo de trastorno límite de la personalidad.
Por otro lado, tenemos una casa con mala reputación. Un edificio temido, con una arquitectura lo suficientemente errónea como para alterar la percepción del que está dentro. Una casa encantada, que te observa, en la que pasan cosas, cuanto menos, inquietantes.
Hill House, además, es un foco de atracción para personas perdidas, cuyas vidas se han visto truncadas por una relación enfermiza con los padres.
La Maldición de Hill House es un clásico básico de terror literario. La autora, Shirley Jackson creó una obra que ha contado con innumerables imitaciones, entre las que destacan La Casa Infernal (Richard Matheson) y El Resplandor (Stephen King).
Por su parte, ha contado con dos adaptaciones cinematográficas oficiales: la maravillosa ‒y muy fiel a la novela‒ The Haunting (Robert Wise, 1963) y el bochornoso circo digital La Guarida (Jan de Bont, 1999).
La Maldición de Hill House se considera como un pilar básico del subgénero de casas encantadas, pero en él no hay lugar para fantasmas vaporosos, objetos volantes o reflejos horripilantes en los espejos. Es más, el lector racional podrá encontrar explicaciones lógicas para todo lo que pasa en la novela.
Shirley Jackson juega con el misterio y la sugerencia de tal manera que la historia está abierta a todo tipo de interpretaciones.
El pragmático lector al que antes me refería considerará que los extraños hechos narrados responden a una combinación de perturbaciones mentales y factores ambientales. El fantasioso tendrá claro que Hill House es un ente con voluntad propia. Y el fanático de la literatura no verá otra cosa que una historia llena de símbolos y alegorías, que se revelan en los peculiares diálogos de los personajes y en los constantes monólogos interiores de la protagonista.
En todos estos casos, el resultado será similar, y el argumento el mismo: una persona con necesidad de encontrar su lugar en el mundo, una casa con hambre de almas perdidas y el catastrófico encuentro de ambas.
Sinopsis
La escritora Shirley Jackson (1916-1965) publicó su primera novela The Road Through the Wall en 1948, a la que siguieron Hangsaman (1951), The Bird’s Nest (1954), The Sundial (1958) y We Have Always Lived in the Castle, en 1962.
Esta última obra obtuvo una valiosa publicidad extraliteraria cuando al marido de Shirley Jackson se le ocurrió hacer público, en las páginas de un conocido rotativo, que su autora había practicado la brujería, cosa que ésta negó rápidamente.
No obstante, después de su muerte se supo que semejante desmentido sólo trataba de evitar el rechazo de la opinión pública hacia su persona.
Según explicó su hijo, Laurence Hyman, su madre poseía un tablero Ouija y cartas del Tarot y sabía perfectamente cómo utilizarlos, además de unos quinientos libros sobre ocultismo.
La maldición de Hill House (The Haunting of Hill House, 1959), considerada una de las principales novelas de horror del siglo XX, narra el inquietante experimento de John Montague, doctor en Filosofía y antropólogo, que lleva años entregado al estudio de «las perturbaciones psíquicas» que suelen manifestarse en las «casas encantadas».
Infructuosamente ha buscado una casa idónea, cuando un día oye hablar de Hill House, una mansión solitaria y de siniestra reputación.
Montague decide alquilarla y busca ayudantes dispuestos a pasar una temporada en ella: Eleanor, una mujer desdichada que, tras once años cuidando a su arisca madre inválida, se ha vuelto una persona solitaria; Theodora, joven alegre y curiosa, seleccionada por su increíble capacidad telepática; y Luke, vividor y mentiroso, incluido en el grupo por exigencia de la propietaria, su tía.
El objetivo: tomar notas de cualquier fenómeno paranormal que se presente para documentar el libro sobre casas encantadas que prepara el doctor. Las alucinantes experiencias que vivirán en la casa será mejor que el lector las descubra por sí mismo.
Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.
Copyright de sinopsis e imágenes © Valdemar. Reservados todos los derechos.