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Crítica: ‘Yo no soy esa’ (2024): una comedia emotiva y luminosa

‘Yo no soy esa’ es de esas películas «koala» a las que es imposible no abrazarse, de las que te miran con ojos tiernos sin pedir nada a cambio, y reconfortan el espíritu con su mera presencia

Finales de los 90. Susana y Bárbara graban un video con un juramento de amistad dirigido a ellas mismas en el futuro, y ocultan la cinta junto con otros objetos en un tupper que hace las veces de cápsula del tiempo, con la esperanza de comprobar, pasados los años, que cumplieron sus sueños adolescentes y mantuvieron su compromiso de lealtad.

Insti, novietes, planes de ir al Sonar, cantan los Fresones Rebeldes… Es la vida común y corriente de una muchacha de finales del siglo XX que sueña con cositas que son el mundo entero. La vida es una colección de pequeños planes coloreados de rosa, revoloteando con la ligereza de un avión de papel arrojado en clase de mates.

Pero un accidente va a dejar a la entusiasta Susana sumida en un profundo sueño -como a una trágica princesa de cuento-, durante dos largas décadas que pasarán para su cuerpo, pero no para su mente ni sus recuerdos.

María Ripoll dirige este intimista y dulce drama. Una comedia, en realidad. Sencilla y emotiva, con su pizca de pimienta y esencialmente vitalista.

https://youtu.be/0VrPIFiZ02A?si=8IqnU1uHT188h9cU

«¿Cuántos años dices que tengo?»

Especialista en este tipo de comedias románticas, Ripoll narra con una frescura naturalista y casual la pequeña aventura de una urbanita barcelonesa, entre espacios abiertos, calles de barrio, lugares de encuentro, y playas junto a las vistosas chimeneas de la central hidroeléctrica de Badalona. Lugares y aromas que conozco bien, que refrescan vivencias de tiempos que guardo en las fotos vintage de mi memoria, y que me hacen ver esta película con la personal complacencia de ese paralelismo de expectativas y sueños en escenarios que no me son ajenos.

En su despertar -sin mediar beso de príncipe alguno-, Susana no tardará en lanzarse, como Proust, «en busca del tiempo perdido», para tratar de llenar esas páginas en blanco que van desde el cambio de siglo, hasta la apocalíptica post-pandemia. Ni Torres Gemelas, ni gol de Iniesta, ni covid… Nuestra bella durmiente sigue soñando en pesetas.

«¿Cuántos años dices que tengo?», exclama incrédula Susana ante el espejo, a lo que su madre (Ángela Molina), víctima de un alzhéimer incipiente, responde con ternura mientras peina su cabello: «Los que tú quieras, cariño».

Un regreso al futuro cargado de optimismo

Verónica Echegui interpreta a esta jovial Susana de espíritu quinceañero, y Silma López a su fiel Bárbara, para quien la vida ha continuado de forma rutinaria y gris, plagada de decepciones y planes no cumplidos, actitud que choca con las mariposas que han quedado revoloteando en la cabeza y en el corazón de su amiga.

No les adelanto más. Atentos a los personajes masculinos, muy bien interpretados por Daniel Grao y Adam Jezierski, y emociónense y disfruten con el regreso a la realidad de Susana, de vuelta a un presente que no es el suyo, pero que se impone como un GPS «recalculando» el destino de su vida.

Al igual que a Marty McFly en la segunda de su saga, a Susy todo le resulta novedoso e incomprensible, pero atractivo a un tiempo; y lo asume con la deportividad de su natural optimismo, gracias a su sano talante, el de un carácter indemne a ciertos acontecimientos, y a no haber cargado con los años que al resto de su generación han roto por la cintura hasta doblegarla.

Con más aplomo e intuición cuántica que el prota de Interstellar, Susana asume su «regreso al futuro» con la naturalidad de quien recibe un bello regalo inesperado, una prórroga que se le ofrece tras el robo arbitral y la pertinente revisión del VAR, un acto de justicia divina de los que no suelen darse.

Yo no soy esa es de esas películas «koala» a las que es imposible no abrazarse, de las que te miran con ojos tiernos sin pedir nada a cambio, y reconfortan el espíritu con su mera presencia, sin aspavientos ni artificios.

Vayan a verla, háganse ese favor.

Susana nos dice que el tiempo es presente, es ahora y no ayer. Y tampoco dejen para mañana este caramelo de fresa chispeante como un Peta Zeta, que no vamos a vivir eternamente.

Sinopsis

Cuando Susana (17 años), cae en coma en la década de los 90, lo último que esperaba era despertarse de nuevo en 2024. Susana tendrá que hacer frente a una sociedad completamente ajena a la que conocía, madurar a marchas forzadas y darse cuenta de que lo más importante no es ni el amor romántico, ni la popularidad: es una misma y ser fiel a quien eres.

Yo no soy esa bajo la dirección de María Ripoll (Ahora o Nunca, No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, Vivir dos veces), está protagonizada por Verónica Echegui (Yo soy La Juani, No culpes al karma por lo que te pasa por gilipollas, La gran familia española, Explota, Explota), Silma López (Valeria), Angela Molina (‘Las cosas del querer, La mitad del cielo, Carne Trémula, Blancanieves, La Piedad), Daniel Grao (La casa entre los cactus, Toc Toc, Julieta) y Adam Jezierski (Los Farad, Vota Juan). El guion corre a cargo de Olga Iglesias (Guerra de likes) y María Ripoll.

La película pasó por la Sección Oficial Fuera de Concurso del pasado Festival de Málaga donde consiguió una calurosa acogida.

Copyright del artículo © Fernando Mircala. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © El Estudio, Cahuenga Filmmakers, Sony Pictures International Productions. Reservados todos los derechos.

Fernando Mircala

Artista, escritor, traductor y fotógrafo. Premio Lazarillo en el año 2000. Entre otros libros, es autor de 'Ciudad Monstrualia' (2001), 'El acertijo de Varpul' (2002), 'Eclipse en Malasaña. Una zarzuela negra' (2010), 'Lóbrego romance, pálido fantasma' (2010), 'Compostela iconográfica' (2012), 'Pentagonía' (2012), 'En un lugar de Malvadia' (2016; ilustrado por Perrilla), 'Pánico en el Bosque de los Corazones Marchitos' (2019), 'Versos para musas y cuatro cuentos de Edgar Allan Poe' (2019) y 'Concéntrico' (2022).