La cultura cinematográfica de Graham Moore se hace patente en su debut como director, una excelente película en cuyo metraje conviven los tópicos del cine de mafiosos con una clara voluntad de sorprender al espectador. Y todo ello lo logra Moore sin salirse de los cauces del cine clásico, ajustándose a un espacio cerrado y a un reparto mínimo.
Quien protagoniza la historia es el sastre británico Leonard Burling (Mark Rylance), un hombre tímido, apocado y respetuoso, que ha de ponerse a la altura de las circunstancias cuando entran en acción sus principales clientes: un puñado de pistoleros irlandeses en el Chicago de 1956.
Aunque el punto de partida parece ser la relación casi familiar que se establece entre Burling y su recepcionista, Mable Shaun (Zoey Deutch), la trama se complica cuando entran en escena Richie Boyle (Dylan O’Brien) y su lugarteniente Francis (Johnny Flynn). Los planes de estos mafiosos se entrecruzan y solapan en una trama que se presta a los juegos de ingenio y a las revelaciones inesperadas. Escrito con elegancia y sofisticación, el guion muestra a unos personajes que solo dan a conocer su verdadera personalidad cuando se encuentran con el agua al cuello.
Rodada en Londres, con una impecable dirección de fotografía de Dick Pope, la cinta no necesita grandes alardes para atrapar al espectador. El elenco, encabezado por un Rylance intachable, realiza un magnífico trabajo, y el acabado formal recuerda las películas de la vieja escuela.
Moore y su coguionista Johnathan McClain saben cómo retorcer la trama sin echarla a perder, organizando un rompecabezas de alta precisión. Para darle más nervio, los villanos de la historia, la familia Doyle, no son figuras de una pieza, sino tipos complejos y cargados de contradicciones. En este sentido, el patriarca de la familia mafiosa, interpretado por un soberano Simon Russell Beale, su hijo Richie (O’Brien) y el intrigante Francis (Flynn) basculan entre lo amenazante y lo sugestivo.
El Macguffin de la trama ‒una casete con conversaciones incriminatorias‒ aviva la tensión desde el primer momento, de forma que el suspense vaya creciendo a fuego lento, secuencia a secuencia.
Que una película tan modesta sea capaz de llevarnos tan lejos es algo que admira y que conviene agradecer. Frente a tantos thrillers previsibles, aquí cada escena tiene un doble filo y los secretos afloran en el momento justo.
Misteriosa, divertida y extrañamente conmovedora, El sastre de la mafia es una de esas películas que ningún cinéfilo debería perderse.
Sinopsis
Del oscarizado guionista de Descifrando Enigma, Graham Moore, llega El sastre de la mafia, un apasionante y magistral thriller en el que un consumado sastre (el ganador de un Oscar® Mark Rylance) deberá desplegar todo su ingenio ante un peligroso grupo de mafiosos para sobrevivir a una noche fatídica.
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