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Crítica: «El puente de los espías» (Steven Spielberg, 2015)

Resulta curioso que Steven Spielberg ‒director‒ y los hermanos Coen ‒guionistas‒, en su momento considerados como esenciales representantes del cine moderno y renovador, acaben portando la llama del Hollywood más clásico con esta película, un film adulto ‒que no aburrido‒, bien hecho, elegante y ajeno a las modas.

El puente de los espías tiene un poco de espectáculo y algo de suspense. En todo caso, no son los elementos con los que trabajan primordialmente los autores de esta cinta, basada en uno de los momentos más cálidos de la Guerra Fría. Lo que aquí tenemos es un largometraje que podría ser considerado dentro del subgénero de “abogados”, si es que eso existe. Se trata, ante todo, un film de personajes y principios.

Tom Hanks encabeza un soberbio reparto encarnando a un personaje real que bien podría haber sido escrito para James Stewart o Spencer TracyJames Britt Donovan, un abogado especializado en seguros al que le cae, más bien a la fuerza, la tarea de defender a un espía ruso apresado por las autoridades.

A pesar de las reticencias iniciales, este letrado pone todo de su parte en el juicio. ¿Las razones? Le cae bien el acusado y se toma en serio la Constitución, base en la que se sustentan su país y sus creencias. Precisamente esta actitud tan americana es lo que le acarrea la antipatía de América, con lo que el protagonista de la película se alza como el clásico héroe estadounidense, en la tradición del cine de Frank Capra.

Pese a lo que pueda parecer, El puente de los espías no es una obra panfletaria, sino más bien el relato de una gran jugada de ajedrez, no carente de abundantes dosis de buen humor.

Cuando Donovan se embarca en un complicado intercambio de prisioneros, nada menos que en el Berlín Oriental de comienzos de los 60, hay lugar para el drama y la tensión, pero tanto Spielberg como los Coen aprovechan la ocasión para mostrar la faceta estrambótica de los conflictos políticos y del espionaje paranoico que marcaron aquel periodo.

Aunque Tom Hanks lleva el peso de la película sobre sus hombros, cabe destacar una vez más la extraordinaria calidad de todo el reparto, formado por soberbios intérpretes que se apoyan en unos astutos diálogos. Brilla especialmente la actuación de Mark Rylance, en el papel del agente soviético Rudolf Ivanovich Abel, entusiasta de la pintura y tranquilo como nadie. Ante la reiterada pregunta de “¿Usted nunca se preocupa?”, el hombre siempre responde: “¿Serviría de algo?”.

Y es que esta película tiene también el valioso mensaje de que no hay que dejarse llevar por el alboroto, sino que hay que usar la inteligencia en todo momento.

Si buscan algo movido, al estilo James Bond, o un film siniestro e intenso como Munich, quizá se sientan decepcionados. El puente de los espías, pese a transcurrir en un ambiente sombrío y hablar de asuntos tristes, es en el fondo una película luminosa, donde Spielberg vuelve a explorar nuevas facetas de uno de sus temas favoritos, en especial en los últimos años: esa identidad tan compleja que es América (Estados Unidos de América, si así lo prefieren).

El puente de los espías puede parecer cine poco espectacular, incluso modesto, pero en realidad es Cine de Verdad. Cuando uno ve una obra de Spielberg, sea mejor o peor, siempre tiene la sensación de estar viendo una auténtica película. Parece una tontería, pero eso cada vez abunda menos.

Sinopsis

Dramático thriller cuyo telón de fondo está constituido por una serie de acontecimientos históricos, El puente de los espías cuenta la historia de James Donovan (Hanks), un abogado de Brooklyn que se ve súbitamente inmerso en las entrañas de la Guerra Fría cuando la CIA le envía con el encargo casi imposible de negociar la liberación de un piloto de un avión U-2 estadounidense capturado.

Los guionistas Matt Charman y los hermanos Ethan y Joel Coen han entrelazado esta extraordinaria experiencia en la vida de Donovan con una historia basada en hechos reales que capta la esencia de un hombre que lo arriesgó todo y que refleja vívidamente el proceso que sufre a nivel personal.

También participan en El puente de los espíasMark Rylance, ganador de tres premios Tony (por las obras de teatro “Noche de reyes”, “Jerusalem” y “Boeing Boeing”), que interpreta a Rudolf Abel, un agente de la KGB a quien defiende DonovanScott Shepherd (“Efectos secundarios”), que interpreta a Hoffman, un agente de la CIA; la actriz nominada al Premio de la Academia Amy Ryan (“Birdman”, “Adiós pequeña, adiós”), que interpreta a Mary, la esposa de James; Sebastian Koch (“La jungla: Un buen día para morir”), que interpreta a Vogel, el abogado de la Alemania oriental; y el actor nominado al Oscar Alan Alda (“M*A*S*H”, “El aviador”), que interpreta a Thomas Watters, un socio del bufete de abogados de Donovan.

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

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Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).