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Crítica: Capitán América: Brave New World'

Crítica: ‘Capitán América: Brave New World’. Marvel apuesta por el thriller político

Carisma no falta: Anthony Mackie y Harrison Ford elevan cada escena. Pero ¿puede ‘Brave New World’ escapar de la fatiga del MCU?

El MCU ha sido un experimento narrativo único, en el que figuran varios títulos excelentes y un puñado de aventuras memorables. Ahora es una maquinaria de producción que ya no se detiene a preguntarse por qué sigue en marcha, y eso invita -creo yo- a que seamos más cautelosos con cada nuevo estreno.

Obviamente, los años han pasado y el contexto social y cultural en el que vemos estas producciones no es el mismo que el de hace una década. Para empezar, Capitán América: Brave New World, de Julius Onah, es una película que intenta redefinir el legado del personaje principal en un panorama sobresaturado de superhéroes. Y es lógico que, a estas alturas, sea necesario algo más que un antifaz o una armadura de colores para emocionarnos.

En esta nueva entrega, Anthony Mackie toma oficialmente el escudo de Steve Rogers, mientras que Harrison Ford se suma a este universo como el presidente de Estados Unidos, Thaddeus Ross. Es un papel que hereda de William Hurt y que evoca numerosas claves de una cinta poco recordada pero no exenta de atractivo, El increíble Hulk (2008).

Desde su inicio, Onah y el equipo de guionistas nos introducen en una dinámica de poder interesante: Ross, un antiguo antagonista de los Vengadores, ahora ocupa el Despacho Oval y busca establecer alianzas estratégicas en un mundo marcado por los eventos catastróficos que vivimos en Vengadores: Endgame (2019).

Para decirlo sin spoilers, quedémonos con esta idea: el liderazgo de Ross se ve amenazado en mitad de un importante acuerdo internacional, desencadenando una serie de enfrentamientos que le pondrán a prueba tanto a él como al nuevo Capitán América.

Un superhéroe sin superpoderes

Mackie, que ya demostró su personalidad en entregas anteriores, enfrenta aquí un dilema fundamental: ¿puede ejercer de Capitán América sin el suero del supersoldado que definió a su predecesor? Es más: ¿qué debe hacer para sentir que realmente merece el escudo?

En un plano secundario pero importante, Carl Lumbly regresa como Isaiah Bradley, ofreciendo una perspectiva crítica sobre el papel de los superhéroes en la vieja política estadounidense, mientras que Danny Ramírez encarna a Joaquín Torres, el nuevo Falcon, con una carga de simpatía que contribuye a aligerar los momentos dramáticos.

Acción y efectos visuales

En términos de acción, la película cumple con lo esperado en una producción de Marvel. Contiene secuencias bien coreografiadas y el uso característico del escudo como herramienta ofensiva y defensiva. Sin embargo, me van a permitir la típica opinión del espectador veterano, y es que algunos enfrentamientos hubieran ganado fuerza si no viviéramos en una permanente dependencia de los efectos digitales.

Por supuesto, ese trabajo digital está llevado a cabo por excelentes profesionales, que también saben realzar (sin que se note su presencia) los momentos más físicos y tangibles. Pero ya conocen la máxima: menos es más.

Con todo, la película es competente en esta faceta y en ningún momento se siente que haya altibajos en su factura.

Tensiones geopolíticas

El villano de la historia, Samuel Sterns (interpretado por Tim Blake Nelson), retoma su papel del pasado con una presencia inquietante en pantalla. Sin embargo, su desarrollo queda en un segundo plano frente a las tensiones políticas y los otros dilemas internos de los protagonistas.

Da aquí la sensación de que los guionistas han querido recuperar, en una clave más ligera, ese tipo de trama conspirativa que en los años sesenta y setenta dio lugar a producciones tan sólidas como El mensajero del miedo (1962), de John Frankenheimer, o Los tres días del Cóndor (1975), de Sydney Pollack.

El papel de Shira Haas -una actriz una especial intensidad- contribuye a reforzar el alineamiento con ese tipo de thrillers.

Por su parte, Harrison Ford domina con aparente facilidad el papel de Ross, un personaje que aquí transita hacia una evolución compleja. (Ya no es ningún secreto lo que le pasa en el último tercio de la película, pero es preferible no divulgar demasiado este tipo de sorpresas).

En todo caso, su interpretación logra transmitir el peso de un líder que se enfrenta tanto a sus adversarios externos como su propio conflicto emocional, bastante más complicado de lo que aparenta.

La lucha interna de un héroe

En la parte más positiva de este balance, el filme también intenta abordar el concepto del heroísmo en un contexto moderno, alejándose de la imagen idealizada del Capitán América original. Wilson no solo debe lidiar con amenazas físicas, sino también con el escepticismo de quienes aún ven en Steve Rogers el único paladín digno de ese sobrenombre.

La película, en su mejor momento, logra capturar esa lucha interna, aunque en ocasiones cae en el problema recurrente de los productos de Marvel (y en general, de casi todas las superproducciones): diálogos que intentan ser profundos, pero que no siempre consiguen aflorar más allá de la superficie y de los lugares comunes.

A pesar de estos inconvenientes, Captain America: Brave New World tiene elementos que la hacen competir dentro de la saga. La relación entre Wilson e Isaiah Bradley añade una capa de profundidad que pocas películas del género exploran, y la interacción con Ross introduce matices políticos que, aunque no se desarrollan por completo, aportan una dimensión adicional a la historia. Algunas reflexiones de la cinta son especialmente oportunas, sobre todo en este periodo de polarización que nos ha tocado vivir.

Tras el visionado, quizá los espectadores menos complacientes sientan que su puesta en escena podría haber sido más poderosa. No les faltará razón. Sin embargo, hay ingredientes positivos que inclinan felizmente la balanza: Mackie se consolida como el nuevo portador del escudo y Ford aporta mucha solidez a su papel. Todo ello convierte a esta película en un capítulo correcto y sumamente disfrutable dentro del inagotable (?) universo cinematográfico de Marvel.

Sinopsis

Tras reunirse con el recién elegido presidente de Estados Unidos Thaddeus Ross (Harrison Ford), Sam (Anthony Mackie) se encuentra en medio de un incidente internacional. Debe descubrir la razón detrás de un perverso complot global antes de que el verdadero cerebro tenga al mundo entero viendo rojo.

Capitán América: Brave New World de Marvel Studios está protagonizada por Anthony Mackie, Danny Ramírez, Shira Haas, Carl Lumbly, Xosha Roquemore, con Giancarlo Esposito, Liv Tyler, Tim Blake Nelson y Harrison Ford.

La película está dirigida por Julius Onah y producida por Kevin Feige y Nate Moore. Louis D’Esposito y Charles Newirth ejercen de productores ejecutivos. El guion adaptado es obra de Rob Edwards, Malcolm Spellman & Dalan Musson y Julius Onah & Peter Glanz, con historia de Rob Edwards, Malcolm Spellman & Dalan Musson.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Marvel Studios. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.