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Crítica: ‘Black Panther: Wakanda Forever’ (Ryan Coogler, 2022)

Era inevitable que, tras la muerte de Chadwick Boseman, el protagonista de Black Panther (2018), el director Ryan Coogler planease un nuevo proyecto para justificar su ausencia. Coogler es uno de esos directores que dominan las tres reglas del oficio: sabe contar una historia, qué decir a los actores y dónde colocar la cámara. Lo demostró en Black Panther y en aquella estupenda película que actualizó la saga del boxeador Rocky Balboa: Creed: La leyenda de Rocky (2015).

Al igual que su predecesora, Black Panther: Wakanda Forever es un espectáculo dinámico y suntuoso, pero con alma de tebeo. Una vez más, Coogler nos sitúa en un reino africano que se beneficia de increíbles adelantos tecnológicos. La desaparición de Pantera Negra se palpa en el ambiente y ensombrece el ánimo de los protagonistas: la princesa Shuri (Letitia Wright), cuyo papel adquiere bastante relevancia, la espía Nakia (Lupita Nyong’o) y Okoye (Danai Gurira), líder de las guerreras Dora Milaje.

También nos reencontramos aquí con viejos conocidos de la cinta anterior, como M’Baku (Winston Duke), jefe de los Jabari, o la reina Ramonda (Angela Bassett).

En buena medida, la película gana interés gracias a un conflicto geoestratégico en torno al vibranium, ese metal en el que se basa la tecnología wakandiana. Dicho conflicto es desencadenado, sin pretenderlo, por Riri Williams / Ironheart (Dominique Thorne), una joven que construye una armadura similar a la de Iron Man y que en la cinta viene a ser una figura secundaria pero recurrente.

La energía y la sensibilidad de Letitia Wright dan un nuevo impulso a esta saga, tanto en las escenas de acción como en las que expresan dolor e incertidumbre. Con estas últimas, sin embargo, sucede algo contraproducente: no están mal escritas, pero a veces caen en la solemnidad y ocupan demasiado metraje, como si el director se abriera paso hacia el melodrama. La densidad, en determinados momentos, se convierte en fatiga.

El antagonista elegido para generar conflicto es Namor. Este villano es todo un clásico de Marvel desde que Bill Everett lo creó en 1939. En las viñetas, lo conocemos como un mutante, hijo de una princesa de la Atlántida, pero Coogler lo transforma en un semidiós maya, señor del reino submarino de Talokan. Como Marvel no da puntada sin hilo, Namor (Tenoch Huerta) transmite un mensaje indigenista poco sutil, previsible en cuando conocemos el origen del personaje.

Además de jugar la baza del afrofuturismo, Black Panther:Wakanda Forever idealiza el África precolonial y no tiene reparos a la hora de mostrar una escenografía colorista y apabullante, a la medida de un público fiel a este subgénero. Pero más allá del espectáculo que nos propone, también conecta con un amplio legado de ficciones en las que los héroes eran afroamericanos.

Sinopsis

La película se aventura de nuevo al reino de Wakanda, donde surge una nueva amenaza de una nación submarina oculta llamada Talokan.

En Black Panther: Wakanda forever, la Reina Ramonda (Angela Bassett), Shuri (Letitia Wright), M’Baku (Winston Duke), Okoye (Danai Gurira) y las Dora Milaje (incluida Florence Kasumba) luchan para proteger a su nación de las potencias mundiales que intervienen tras la muerte del Rey T’Challa. Mientras los wakandianos se esfuerzan por afrontar su próximo capítulo, los héroes deben unirse con la ayuda del Perro de la Guerra Nakia (Lupita Nyong’o) y Everett Ross (Martin Freeman) y crear un nuevo camino para el reino de Wakanda. Presentando a Tenoch Huerta como Namor, rey de Talokan, la película también está protagonizada por Dominique Thorne, Michaela Coel, Mabel Cadena y Alex Livinalli.

Según el director Ryan Coogler, a Shuri le cuesta aceptar el siguiente capítulo de Wakanda. “Ramonda se da cuenta de que ha pasado un año desde la muerte de T’Challa y que Shuri todavía no lo ha superado; no está tomando medidas para avanzar de forma más sana”, dice Coogler. “Se van a un retiro y se alejan de la ciudad, de la tecnología, para evitar sin distracciones y realizar lo que es en esencia un ritual de duelo. Ahí es cuando aparece Namor”.

Namor apareció por primera vez como Sub-Mariner en el nº1 de los cómics de Marvel de 1939. Es uno de los personajes más antiguos de Marvel que en los años siguientes es un héroe y un villano. Coogler afirma: “En nuestra historia, representa a Talokan, una civilización submarina oculta que es nuestra versión reinventada del reino de los cómics de Atlantis. Su aparición demuestra que Wakanda no es un país tan seguro como pensaban y viene para hacer una propuesta a Ramonda y Shuri”.

A pesar de la tecnología de última generación y la hipervigilancia, los wakandianos desconocían por completo la existencia de Namor y su reino. “La idea de una sociedad que se vio obligada a esconderse debido a los acontecimientos del mundo exterior está muy relacionada con el mundo de Black Panther en el Universo Cinematográfico Marvel”, dice el productor Nate Moore. “Ryan [Coogler] es un realizador muy inteligente a la hora de armar estas cosas. A Ramonda y a Shuri les resulta familiar la inquietud de Namor. Está claro que sus naciones tienen algunas cosas en común. Pero puede que no estén de acuerdo con la solución que propone”.

El encuentro con Namor pone en marcha los esfuerzos de Wakanda para mitigar la situación a su manera, aunque Ramonda no puede evitar preocuparse por la seguridad de su hija. “Ramonda es un personaje muy importante», dice Moore. “Es una madre que ha perdido a su marido y ahora a su hijo. Ha estado gobernando Wakanda en ausencia del rey. Es una dicotomía interesante ver a estas dos mujeres como líderes, como la reina y la princesa, y como madre e hija”.

Coogler dice: “Nos gustaba mucho la idea de explorar la relación entre Ramonda y Shuri. En la primera película hay una gran dinámica padre-hijo: tanto el protagonista como el antagonista tuvieron que seguir adelante después de la muerte de su padre. Esta película se convirtió en gran medida en una historia con la maternidad como motivo. En muchas ocasiones las mamás tienen que seguir siendo madres en situaciones difíciles”.

Cuando Chadwick Boseman falleció en 2020, los realizadores tuvieron que dar un gran paso atrás y estudiar cómo podría ser la siguiente historia. Mientras los realizadores le daban vueltas a la historia, surgió un nuevo tema: ¿Cómo se hace frente al duelo y se supera una pérdida? Este tema, y cómo afecta a cada personaje, terminó siendo el motor de la narrativa. “Para que la historia de Wakanda avanzara en un mundo donde T’Challa ya no está con nosotros, solo tenía sentido investigar qué había significado esa pérdida para todas las personas que le conocieron”, dice Moore. “Y no hay nadie que sienta más esa pérdida que Shuri, su hermana pequeña”.

Shuri, un genio y una científica de primera fila, intenta sumergirse en su trabajo hasta que la llegada de Namor la obliga a salir de su zona de confort. Por supuesto no está sola en su dolor ni en su deseo de deseo de mantener la posición de Wakanda en el mundo. La princesa y la Reina Ramonda tienen un sistema de apoyo que incluye a Nakia, la mejor espía que Wakanda haya conocido jamás; Okoye, la apasionada y poderosa líder de las Dora Milaje; M’Baku, el gobernante de Jabariland; Ayo, una ejecutora de élite de las Dora Milaje; Aneka, líder de alto rango de las Dora Milaje; y Everett K. Ross, un agente estadounidense de la CIA.

La diseñadora de producción Hannah Beachler y la diseñadora de vestuario Ruth E. Carter regresan a Wakanda y crean un nuevo e impresionante reino submarino

Black Panther: Wakanda forever retoma el rico y extraordinario mundo de Wakanda, donde la comunidad lamenta la muerte de su rey. La película también se aventura en un lugar nuevo e intrigante, Talokan, que es una impresionante civilización submarina que desciende de una antigua comunidad maya. Según el director Ryan Coogler, los dos reinos tienen mucho en común: ambos estaban escondidos del mundo y ambos tienen un poderoso recurso del que desea apoderarse el resto del mundo.

“Esa es la parte interesante”, dice la diseñadora de producción. “Vamos a ver más de nuestra capital, nuestra ciudad dorada. Puedes pensar en ella como Manhattan donde culminan todos los diferentes distritos del país en un solo lugar.

Cuando Talokan empezó a tomar forma, Coogler y el equipo de realizadores querían asegurarse de que la reinvención del reino de los cómics de Atlantis estuviera bien documentada. “Surgió de la primera película: queríamos que Wakanda pareciera un lugar real, un lugar al que pudieras ir y visitar”, dice Coogler. “Nos dimos cuenta bastante rápido de que necesitábamos elaborar una historia para Talokan para que diera la misma impresión que Wakanda en Black Panther.”

En Black Panther: Wakanda forever, Namor es el gobernante de Talokan, una civilización submarina disidente descendiente de una antigua comunidad maya y escondida en las profundidades del océano. El mundo ficticio refleja cómo una comunidad real podría haber cambiado y evolucionado con el tiempo, sumergida en el agua y separada del resto de su gente y su cultura. Inspirándose en las ricas historias y culturas de las antiguas civilizaciones mesoamericanas, los realizadores trabajaron en estrecha colaboración con consultores para garantizar la veracidad y el respeto en las decisiones creativas que se tomaron en todos los aspectos, desde el diseño de producción hasta el vestuario y la narración de las historias. Los diseños de los personajes y de la ciudad nos hablan no solo sus raíces, sino también cómo el entorno marino se ha convertido en el centro de su cultura y forma de vida. Los talokaniles son ficticios y exclusivos de Black Panther: Wakanda forever.

Según Beachler, se tardaron casi dos años en desarrollar el mundo de Talokan. “Empezamos desde cero”, dice el diseñador de producción. “’¿Cuál es su localización? ¿Cómo han llegado allí? ¿Cómo sobrevivieron?’ Queríamos que la ciudad submarina fuera moderna pero con la arquitectura que se habrían llevado. Es misteriosa, provocativa y espléndida”.

La banda sonora de Black Panther Wakanda forever incluye «Lift me up» de Rihanna como single principal. La partitura orquestal Está compuesta y producida por Ludwig Göransson.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Marvel Studios, Walt Disney Pictures. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.