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Crítica: «Ghost Rider: El motorista fantasma» (Mark Steven Johnson, 2007)

Algunos críticos han protestado en los últimos años por la excesiva sofisticación y seriedad de algunas adaptaciones de héroes del cómic como Batman BeginsHulk o Superman returnsGhost Rider sería la respuesta a sus críticas, un film sencillo (¿simplón?), con personajes unidimensionales, acción fantasiosa y diálogos inverosímiles, todo con ese tono alegremente pulp de los tebeos la época clásica de Marvel que quizá traiga recuerdos agradables a los fans más veteranos de la famosa editorial (1).

Esa es una manera positiva de enfrentarse a la película. Si tuviera mal día o mala idea, podría decir, quizá sin equivocarme, que esta es una película de lo más idiota, mediocremente dirigida, bochornosamente montada (2), de guión torpe y donde la atención visual (la mente del espectador poco tiene que hacer en films como este) se concentra exclusivamente en el tupé (¿peluquín, implante, nido de pájaros?) de Nic Cage, la voluptuosidad de Eva Mendes y el Motorista Fantasma cuando este aparece. Porque al menos el film se beneficia de la presencia del personaje más vistoso de la factoría Marvel, el sueño húmedo de todo metalero/motero: un Ángel del Infierno con super-chupa de cuero, cadenas, cara de calavera flamígera y la Harley Davidson definitiva.

También es verdad que los momentos en los que el Motorista se dedica a combatir el mal son bastante irregulares. Destaca un vistoso combate en un rascacielos, y resulta frustrante la rapidísima pelea contra el demonio acuático.

Y es que esta no es una superproducción ni un bombazo superheróico como los que se estrenan en verano. Es una película sin demasiadas pretensiones, de «temporada baja», como Spawn (ese personaje que tanto debía a este) o Elektra, tentepiés de encefalograma plano de los que este Ghost Rider bien podría ser un hijo bastardo, con tanta matraca demoníaca y esos malos de final de fase de videojuego, en esta ocasión unos ángeles caídos que parecen miembros de Cradle of Filth.

Y hablando de música, lo que uno no entiende es cómo se ha desaprovechado la ocasión de llenar la banda sonora de temas de Mötorhead, Pantera, Slayer y compañía, ya que las imágenes reclaman esos sonidos. Aunque al menos no han metido a ningún rapero canturreando «Ghost Rider, yo, yo».

Como compensación, una versión guitarrera de Ghost Riders in The Sky sonoriza la mejor imagen del film, los dos Jinetes Fantasma atravesando las llanuras tejanas a la luz de la luna. En ese instante uno puede adivinar el tono creepy-épico que pretendía el director.

(1) Incluso aparece Mefistófeles, villano recurrente en el Universo Marvel y aficionado a amargarle la vida a Silver Surfer, a quien vimos en la segunda parte de Los 4 fantásticos.

(2) Hay un momento. casi al comienzo de la película en el que se recurre a flashbacks y que va más o menos así: «despídete de tus amigos» [imagen de los amigos], «despídete de tu familia» [imagen del padre], «despídete del amor» [imagen de la novia]. Este momento trae inmediatamente a la memoria ese gag de Los Simpson «Mi pequeño Bart, mi pequeña Lisa, mi pequeña Marge, mi pequeño Eso…»

Sinopsis

El especialista superestrella de las motos Johnny Blaze (Nicolas Cage) llega a un acuerdo con el demoníaco Mefistófeles (Peter Fonda) para conseguir el bien más preciado, su alma inmortal. Ahora Johnny Blaze está destinado para siempre a montar noche tras noche como huésped de la poderosa entidad sobrenatural conocida como Ghost Rider.

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).