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Crítica: «Spider-Man: Lejos de casa» (Jon Watts, 2019)

Cuando nos declaramos incondicionales del cine de superhéroes, a veces olvidamos el sentido crítico, sobre todo cuando vuelven a contarnos la misma historia sin atenuar lo más mínimo la repetición. No obstante, esa costumbre puede ser algo positivo. Hay algo tranquilizador en reencontrarse con lo conocido ‒bien lo saben los productores televisivos‒, y de hecho, también es placentero sucumbir al encanto de una saga en la que todo tiene un aire familiar.

En Spider-Man: Lejos de casa percibimos la misma palpitación que en Spider-Man: Homecoming. Ambas películas nos remiten a John Hughes y al cine ochentero de institutos. Se añade aquí un homenaje nada oculto a Las vacaciones europeas de una chiflada familia americana (1985), de Amy Heckerling, que sirve de guiño a los que ya tenemos cierta edad.

La importancia que Chris McKenna y Erik Sommers conceden a esa parte del guión que casi nada tiene que ver con los superhéroes funciona como un reloj. En ese aspecto, la película fluye como una comedia ligera y agradable, a la que Jon Watts dota de alma e incluso de encanto. El director es consciente de que juega en la misma liga que Peyton Reed en Ant-Man y la Avispa, así que aprovecha todos los momentos de humor al máximo.

La aparición del personaje de Mysterio (Jake Gyllenhaal), sobre todo en el primer tramo de la película, es tangencial a lo que realmente nos importa: la divertida y entrañable dinámica que se establece entre Peter Parker (Tom Holland), MJ (Zendaya), Ned (Jacob Batalon), Betty (Angourie Rice) y el resto de chavales que forman parte de ese viaje de estudios por Europa.

Entre tanto, la memoria de los acontecimientos narrados en Vengadores: Endgame aflora aquí y allá, de un modo predecible, combinándose con la evolución del propio Mysterio. Y aunque todo ello está resuelto con la espectacularidad que deseamos en una película Marvel, lo cierto es que uno sigue centrado en lo que, en principio, es secundario. Es decir, en todos esos momentos en los que Peter no lleva su uniforme, y viaja en autobús o se aloja en hoteles de media Europa en compañía de sus amigos.

Bien resuelta y muy entretenida, Spider-Man: Lejos de casa es un espectáculo ameno ‒»veraniego», como suele decirse‒ y con espíritu jubiloso.

Para que no falte un mensaje moral, la película de Watts también incluye una saludable reflexión ‒más importante de lo que parece‒ sobre el concepto de verdad y mentira en la era de las redes sociales y de la información digital. Ya verán que este asunto es de lo más oportuno.

Sinopsis

En Spider-Man: Lejos de casa, vuelve el amigo y vecino superhéroe Peter Parker (Tom Holland), quien, tras los eventos ocurridos en Vengadores: Endgame, deberá dar un paso al frente y hacerse cargo de los nuevos peligros que amenazan a un mundo que ha cambiado para siempre. La película amplía el universo cinematográfico de Spider-Man, sacando a Peter Parker de su zona de confort en su Nueva York natal y llevándole por Europa en lo que debía ser unas vacaciones escolares, pero que acaban convirtiéndose en su mayor reto y en la mayor aventura épica nunca vista.

Después de una enorme batalla entre el bien y el mal, que trajo a Peter Parker y millones más de vuelta a la vida, Peter continúa lamentando la muerte de su mentor, Tony Stark / Iron Man, cuyo heroico sacrificio hizo posible la vuelta de Peter. Allá donde mira Peter ve tributos al Vengador caído, lo que añade a su sentimiento de pérdida, incluso cuando sus increíbles habilidades hacen que todo el mundo se pregunte si él será el próximo Iron Man.

A Peter le consuelan de alguna forma las amables palabras del amigo de Tony, Happy Hogan, cuando le dice, «No creo que Tony hubiese hecho lo que hizo si no supiese que tú ibas a estar aquí cuando él se fuese». Pero Happy tiene otro mensaje del que Peter no quiere ni oír hablar: Nick Furia está buscando a Spider-Man. Resuelto a aparcar sus heroicidades durante unas semanas, Peter esquiva la llamada de Furia, en contra de las advertencias de Hogan cuando le dice que no se puede ignorar a Nick Furia, y se embarca hacia Europa de vacaciones con sus amigos Ned, MJ y el resto del grupo.

Pero a Furia no se le ignora tan fácilmente, y junto con su asociada María Hill localizan a Peter en Venecia. El antiguo jefe de S.H.I.E.L.D. le dice a Peter que necesita que Spider-Man se enfrente a una nueva amenaza: unas monstruosas criaturas elementales que representan los cuatro elementos, tierra, aire, agua y fuego. Estos seres han emergido a través de un agujero abierto en el universo, otro efecto colateral de los eventos ocurridos en Vengadores: Infinity War y Vengadores: Endgame.

Spider-Man: Lejos de casa mezcla humor, corazón, magnitud y todo lo que amas sobre Spider-Man y el universo cinematográfico de Marvel. «Buscábamos una manera de tratar temas emotivos mientras manteníamos el tono de Spider-Man: Homecoming» dice el director Jon Watts.

«La próxima aventura de Spider-Man tiene lugar justo después de los eventos ocurridos en Vengadores: Endgame» dice el productor Kevin Feige. «Peter y el resto del mundo están lidiando con la pérdida de Iron Man, y Peter sólo quiere tomarse un respiro y ser un adolescente normal. Pero Spider-Man no puede ser un adolescente normal, tiene una responsabilidad con el mundo, especialmente ahora. Así que cuando Nick Furia le localiza durante sus vacaciones veraniegas para que se enfrente a un nuevo peligro, es entonces cuando Peter tendrá que plantearse si está preparado».

El actor nominado al Oscar Jake Gyllenhaal interpreta a Mysterio, cuyo personaje explica que viene de una Tierra que existe en una dimensión paralela a la nuestra.

«Necesitábamos a alguien que pudiese meterse con facilidad en el papel de superhéroe y posiblemente en del próximo jefe de los Vengadores» añade Watts. «Sabíamos que Jake podía llevar el peso de esa responsabilidad».

«Quería crear un personaje que no se olvidase» dice Gyllenhaal. «Beck incluye todas las cosas que amo como actor». Como un buen superhéroe, Mysterio está deseoso de acabar con las criaturas elementales. «Beck es muy insistente» dice Gyllenhaal. «Ve la llegada de los elementales a la Tierra conectada a la suya, así que siente que es su responsabilidad».

Gyllenhaal estaba igual de intrigado por la creciente relación entre Peter y Beck, quien no es su mentor, como lo era Stark, sino un amigo que entiende por lo que Peter está pasando. Aun así, Mysterio le empuja a que acepte el reto que les espera a los dos. «Beck empatiza con la reticencia de Peter por entrar en el conflicto, pero recalca que es un deber, sin importar los peligros, que recae sobre un superhéroe».

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

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Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.