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Una extraña pareja: Franco Alfano y Rabindranath Tagore

La obra de Franco Alfano se vincula fácilmente con el teatro lírico, donde le ha tocado componer para una partitura ajena, la pucciniana Turandot, su música más difundida, el final de la ópera.

Pero Alfano hizo más en el género y siempre con buenos apoyos literarios: Resurrección sobre la novela de TolstóiCyrano de Bergerac sobre el drama de Rostand, y sobre una leyenda hindú, Sakuntala.

De este inusitado contacto con la India provienen las canciones con versos de Rabindranath Tagore, el poeta bengalí traducido al italiano en 1915 por Gino Carabba di Lanciano, presumiblemente a través del inglés.

Alfano tuvo una predilección notoria por la poesía de Tagore, a la que sirvió con insistencia, y no porque desdeñara otros aportes literarios de primera calidad. Tampoco Tagore anduvo escaso de músicas, porque una docena de primeras figuras se ocuparon de hacer cantar sus palabras, bien que convenientemente traducidas. Entre ellas, varios italianos: PizzettiGhediniCastelnuovo-TedescoMalipiero y Casella. De modo que la pareja TagoreAlfano, en principio extraña, no lo es tanto si tenemos en cuenta la música italiana coetánea.

Alfano redactó ocho series de canciones tagorianas, entre 1919 y 1948. Escogió textos amorosos, con voces alternas, mayormente de mujer, y sin rozar ningún asunto local que diera lugar a los consabidos orientalismos de cierta música decadente y devota de lo exótico. Alfano sigue el modelo de la mélodie francesa, no sólo en lo armónico y en las atmósferas que sostienen dichas armonizaciones. Trata la palabra con minucia, le da acentos expresivos pertinentes, explota los momentos de sutil dramatismo, mientras la mayor carga musical corre a cargo del piano, dejando a la voz la tarea de un recitativo fuertemente impregnado de literatura.

En un siglo sangrientamente europeo, artistas como Alfano han dejado un ejemplo de cosmopolitismo, diálogo de culturas y escucha del otro, que sigue siendo la mejor prenda de una Europa siempre dispuesta a explorar a los demás, a ponerse en su lugar, a cantar con sus palabras.

Disco recomendado: Franco Alfano (1875-1954): Canciones sobre poemas de Rabindranath Tagore / Tiziana Scandaletti, soprano. Riccardo Piacentini, piano / Nuova Era / Ref: 7388 (1 CD)

Imagen superior: Rabindranath junto a Einstein en 1930.

Copyright del artículo © Blas Matamoro. Este artículo se publica en Cualia por cortesía del autor y de Diverdi. Reservados todos los derechos.

Blas Matamoro

Ensayista, crítico literario y musical, traductor y novelista. Nació en Buenos Aires y reside en Madrid desde 1976. Ha sido corresponsal de "La Opinión" y "La Razón" (Buenos Aires), "Cuadernos Noventa" (Barcelona) y "Vuelta" (México, bajo la dirección de Octavio Paz). Dirigió la revista "Cuadernos Hispanoamericanos" entre 1996 y 2007, y entre otros muchos libros, es autor de "La ciudad del tango; tango histórico y sociedad" (1969), "Genio y figura de Victoria Ocampo" (1986), "Por el camino de Proust" (1988), "Puesto fronterizo" (2003), Novela familiar: el universo privado del escritor (Premio Málaga de Ensayo, 2010) y Cuerpo y poder. Variaciones sobre las imposturas reales (2012)
En 2010 recibió el Premio ABC Cultural & Ámbito Cultural. En 2018 fue galardonado con el Premio Literario de la Academia Argentina de Letras a la Mejor Obra de Ensayo del trienio 2015-2017, por "Con ritmo de tango. Un diccionario personal de la Argentina". (Fotografía publicada por cortesía de "Scherzo")