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«Spiderman: Vida y muerte de las arañas» (2003), de J. Michael Straczynski y John Romita Jr.

El arco argumental que comprende Vida y muerte de las arañas (The Life & Death Of Spiders, septiembre de 2003) arranca con un equívoco y se cierra con un final feliz. Entre medias, Joe Michael Straczynski y John Romita Jr. demuestran coherencia y estilo: dos poderosas virtudes que no suelen abundar en el tebeo de superhéroes.

El mundo del cómic ya nos ha dado variadas y complejas visiones del romance entre Peter Parker y MJ. A decir verdad, ese vínculo siempre ha funcionado a medias.

Cuando el Hombre Araña hace su trabajo, la vida privada del héroe importa sólo de forma tangencial. Y cuando Parker guarda su uniforme en el armario, no es fácil imaginarle con una perpetua sonrisa, arrullado por un idilio sin fecha de caducidad.

Y no es fácil precisamente porque lo que nos atrae de este tipo es su auténtica fragilidad, su mala suerte, su irónico distanciamiento: flaquezas que contrastan con esas hazañas que lo instalan a perpetuidad en el imaginario colectivo.

Por otro lado, uno acaba rindiéndose a la evidencia, y es que cuesta trabajo mantener los sentidos arácnidos permanentemente abiertos cuando en el hogar te espera una pelirroja sensual y perturbadora.

Enemigos naturales

En la aventura que nos ocupa, Spidey es perseguido por una criatura insectoide, Shathra, en cuyo ADN aparecen los rasgos de una eficaz depredadora de arañas. Hablamos de una asesina que con la muerte del enemigo expresa lo mejor de sí misma. O sea: palabras mayores.

El caso es que Shathra, además de un adversario letal, es una provocadora de primera categoría. Dispuesta a jugar con su presa, adopta la forma de una bella mujer, Sharon Keller, y se presenta en un reality-show como la amante despechada de Spiderman. No adelanto más, pero ya puede suponer el lector que Parker va a sufrir a base de bien con esa denuncia.

Tanto en este trance como en el que le sigue –una formidable historia de mafiosos y mutantes radiactivos–, Spiderman se enfrenta a villanos sombríos que practican la destrucción sin adornos poéticos, y eso le obliga a agarrarse por encima de todo a su parte instintiva –la que justifica su supervivencia–, sin que le de tiempo a disfrutar del éxito.

El intransferible código místico de las arañas se hace cada vez más fuerte en él, lo cual contribuye a reforzar unas hamletianas dudas acerca de su identidad.

En todo caso, lo que más me ha interesado de este álbum de 2003 es la forma en que Straczynski resuelve el destino compartido por Spiderman y MJ. No adelantaré lo que ocurre y hasta dónde les lleva, pero es todo un hallazgo que el guionista combine de ese modo la ternura y la añoranza con la madurez, el deseo y cierto desengaño. Después de eso, deberíamos dedicarle una consecuente ovación.

Nota editorial

Contiene Amazing Spider-Man vol. 2, 46-54 USA

Pese al deseo de Mary Jane de mantenerse lejos de Nueva York y de Peter, éste no puede resistir ni un minuto más lejos de su esposa. ¿Qué ocurrirá cuando le pida que regrese a su lado? ¿Y qué tienen que ver el Capitán América y el Doctor Muerte en tan crucial decisión? Además: tal y como predijo Ezequiel, un nuevo y salvaje villano ataca a Spidey… ¡Y lo hace a través de una confesión televisiva!

Ficha editorial

Guión: Joe Michael Straczynski

Dibujo: John Romita Jr.

Editor: Axel Alonso

Color: Dan Kemp

Portadas, entintado: Frank Cho

Entintado: Scott Hanna

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de sinopsis e imágenes © Marvel Comics. Cortesía de Panini Comics. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.