Cualia.es

Los mundos de Jean Ray

Otro de los descubrimientos de un gran nombre de la literatura fantástica que le debo al especialista en terror Jesús Palacios es el escritor Jean Ray (1887-1964).

Yo ya contaba en mi biblioteca con tres volúmenes de este autor belga, adquiridos en 1991 (una edición popular para el extinto diario El Observador, gracias a cuya colección quedé prendado en mi adolescencia tardía de las novelas de Trevanian); pero no leí los tres hasta hace pocos años, movido por la recomendación entusiasta de Palacios.

Y en efecto, fue un trallazo de obsesión pasional que me hizo exclamar: «¡Que un buen Ray me parta!» Si amáis a Poe, os acostaréis con Ray. Es más, si estáis con ganas de zambulliros en ambientes fantasmagóricos, pero no para muchas castañuelas retóricas, resulta un escritor ideal: más que sinfonías góticas, lo suyo es la jotica gótica. Va al grano de ectoplasma y lo revienta entero. Es perfecto para devorar algo raudo por la noche que te deje el poso de lo intangible.

El tiempo ha desdibujado mi recuerdo topográfico de los tres títulos, no su regusto a copazo y puro de qualité: Los cuentos del whisky (1925) es una colección de narraciones terroríficas rebosantes de atmósfera, cantinas portuarias y resonancias lúgubres. El crucero de las sombras (1932) sigue esa estela con atractivas divagaciones que no se limitaban al ámbito de lo esotérico, mientras que La ciudad del miedo indecible (1943) nos sumerge en un misterio donde la investigación criminal ve emborronado su límite con la dimensión de lo sobrenatural.

De lo que puedo hablar con la impronta aún reciente es de una novela suya que adquirí hace poco en mi librería electrónica y paladeé a pelo en franchute belga: Malpertuis.

Una obra maestra.

Y es que esta narración se puede abordar desde múltiples ángulos, desde el terreno del terror, del horror, del suspense gótico, del ensayo mitológico, del subgénero epistolar, del drama endogámico, de la novela de iniciación, de la parábola moral, de un denso etcétera. Y funciona de maravilla desde cualquiera de esos ámbitos.

La premisa es sencillísima: un patriarca de pasado fáustico reúne a sus herederos y les anuncia que si quieren acceder a su inmensa fortuna deberán convivir dentro de la mansión familiar que les acoge, sin abandonarla jamás: regularmente recibirán una dote generosa, pero sólo el último superviviente se quedará el premio gordo de la herencia. Y claro, dentro de la mansión ‒cuyo nombre da título a la obra‒ se suceden los más extraños acontecimientos que pondrán en peligro las vidas de los ‒en general desagradables‒ personajes. No es un Diez negritos, sino una especie de pesadilla global descrita con un sentido especialmente aguzado de lo onírico y lo tenebroso…

Es como si camináramos de continuo por un decorado tétrico y difuminado que luego recordaremos con agrado de supervivientes al despertar.

Espíritus acechantes que eclipsan toda fuente de luz y esperanza en los huéspedes, criaturas quiméricas que asaltan al más pintado en cuanto se despista (y despinta), sensualidades peligrosas que amenazan acabar con algo más que la libido… No importa lo que os cuente en un resumen: tanto importa el viaje por encima de la meta que, cuando se termina la lectura de Malpertuis, acomete un deseo tremendo de volver a leer la obra.

¡Y os reto a que adivinéis, si no lo consultáis antes, su año de publicación! Por la capacidad de evocación primordial de su prosa, fácilmente nos podremos equivocar un siglo arriba un siglo abajo, cien añitos de nada…

Ahora sólo falta que me anime a leer el centenar de novelas del detective Harry Dickson ‒el plagio autorizado de Sherlock Holmes‒ que Jean Ray escribió porque se aburría traduciéndolas…

¡No me dará la vida!

PD. Malpertuis se puede encontrar en español en ediciones de Valdemar (1990, traducida por Salvador Bordoy Luque y con prólogo de Fernando Savater) y de Pulp Books (2003, no logro hallar por internet el nombre del traductor).

Copyright del artículo © Hernán Migoya. Reservados todos los derechos.

Hernán Migoya

Hernán Migoya es novelista, guionista de cómics, periodista y director de cine. Posee una de las carreras más originales y corrosivas del panorama artístico español. Ha obtenido el Premio al Mejor Guión del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, y su obra ha sido editada en Estados Unidos, Francia y Alemania. Asimismo, ha colaborado con numerosos medios de la prensa española, como "El Mundo", "Rock de Lux", "Primera Línea", etc. Vive autoexiliado en Perú.
(Avatar © David Campos)