Desde que Little Richard salió de su Georgia natal vestido de satén, bisutería y haciendo gala de ademanes equívocos; y sobre todo, a partir del momento en que los cantantes británicos de los sesenta dejaron crecer su pelo más allá del cuello, las generaciones de padres y abuelos no perdieron ocasión de soltar aquella frase hecha: “No se sabe si es chico o chica”.
Con este sencillo, extraído del disco Lola Versus Powerman and the Moneygoround, Part One y lanzado el 12 de junio de 1970, Los Kinks subieron la apuesta todavía más, poniendo íntegramente la cuestión sobre la mesa. Y es que «Lola» habla sobre la atracción que siente un chico por un travesti al que conoce en una discoteca. Ray Davis predijo la difuminación de géneros diez años antes de que Boy George la pusiera de moda.
El propio Davies comentó años después de dónde surgió la inspiración del tema. El manager del grupo, Robert Wace, pasó una noche bailando en París con una acompañante que, en principio, parecía una mujer muy hermosa. A última hora, Wace descubrió que su primera impresión estaba equivocada. Según el batería de los Kinks, Mick Avory, lo que cuenta la canción es algo que él también conoció en algunos bares del West London, frecuentados por drag queens y transexuales.
«Quería escribir un éxito ‒dice Ray Davies‒. Pero no era solo la canción. La clave fue el diseño musical. No era un tema de acordes poderosos, como ‘You Really Got Me’. Había un acorde de quinta (power chord) al comienzo. Necesitaba un sonido de guitarra acústica especial… sonoro, insistente, al ataque».
Sin embargo, «Lola» es hoy apreciada por otra virtud, y es que fue un claro anticipo del glam rock. «Esta canción ‒escribe Federico Romagnoli en Onda Rock‒ apareció en junio de 1970. T. Rex aún no había lanzado ‘Ride A White Swan’, la obra maestra que inauguró la era del glam. Sin embargo, si la observamos con detenimiento, ‘Lola’ ya contiene muchos de los elementos del glam: un rock musculoso, un marcado componente folk (pensemos en la guitarra acústica que sirve de introducción), un coro pegadizo y malhablado, un estado de ánimo sexualmente ambiguo y mórbido… Eso sí, falta el componente orquestal y la sensación de exceso propia de las piezas de Marc Bolan. No obstante, está claro que los Kinks habían comprendido el rumbo de ese nuevo estilo».
«Grabado y lanzado en 1970 ‒añade otro crítico italiano, Claudio Lancia‒, Lola Versus Powerman And The Moneygoround, Part One es un álbum conceptual cuya mordacidad se dirige al mundo de la industria discográfica. Fue compuesto tras una desagradable serie de circunstancias contractuales, con la que la banda había tropezado. El disco aspira a ser, en palabras de Ray Davies, una auténtica ‘celebración de la libertad artística’, incluida evidentemente la del propio autor. El LP, uno de los más apreciados por la crítica y los fans de la vasta discografía de los Kinks, es una ecléctica mezcla estilística, que parte del bluegrass de ‘The Contenders’, atraviesa las declinaciones del universo pop, más o menos beatlesiano, y modula los riffs de guitarra que, sin duda, se anticipan al hard rock (…). La lista de canciones se ennoblece con la presencia de ‘Lola’, uno de los singles más exitosos de la banda inglesa, considerado uno los primeros ejemplos del glam rock, tanto por sus implicaciones musicales (un potente folk-rock que anticipa lo que sería T. Rex) como por el texto, que habla de una reunión en un club del Soho entre un hombre y una persona transgénero. ‘Lola’, la primera canción de los Kinks lanzada con la intervención del teclista John Gosling, alcanzó el segundo lugar en las listas de éxitos del Reino Unido y el noveno en los Estados Unidos, convirtiéndose en uno de los sencillos más vendidos del año».
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