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Verdi, Puccini y Zandonai, en su vertiente camerística

Si se nos menciona a VerdiPuccini y Zandonai enseguida se encienden en la memoria las luces de un teatro de ópera. No obstante, los tres supieron, aunque incidentalmente, reducirse a la íntima sonoridad del cuarteto de arcos.

El de Verdi está ya muy trajinado y se lo merece, porque su autor, sin desprenderse de una vocación ineludible ‒la narración de un drama, el despliegue de una historia‒ demuestra, además, qué bien conoce la forma sonata (puesta a prueba en tantas magistrales oberturas) y cómo pasea por la privanza de la polifonía clásica. Sin duda, parece que a don Giuseppe le resultaba imposible, cada vez que encaraba un papel pautado, no producir una obra maestra.

Destino muy diverso es el de los Crisantemos compuestos por Puccini en 1890 en memoria de Amadeo de Saboya, recién muerto por entonces y que había sido fugazmente rey de España. Los motivos de esta breve y primorosa composición pasaron con facilidad a los momentos más dramáticos de Manon Lescaut, con su carga de transida y voluptuosa melancolía.

En cuanto a Riccardo Zandonai, nacido en el Trentino en 1883 como súbdito del entonces superviviente Imperio Austrohúngaro, con apenas 21 años y en calidad de alumno del Conservatorio de Pesaro, dirigido en aquellas fechas por Pietro Mascagni, mostró su ya sólida formación al firmar este Cuarteto de arcos. La doble vertiente, centroeuropea y latina, halla elegante conciliación en una obra de tardío romanticismo en la cual la claridad del Sur atempera las tempestades del Norte y una segura ciencia compositiva acomoda partes y desarrollos. Un retrato de familia cabe en este compacto que hoy recomendamos. Verdi pudo ser padre de Puccini, que pudo ser padre de Zandonai. Los tres escribieron para el teatro y se detuvieron, veloz pero sólidamente, a recuperar la tradición cuartetística italiana, que les venía a saltos desde Boccherini hasta Donizetti.

Disco recomendado: Giuseppe Verdi: Cuarteto de cuerda; Giacomo Puccini: Crisantemi; Riccardo Zandonai: Cuarteto de cuerda / Quartetto d’archi di Venezia / Dynamic / Ref.: CDS 461 (1 CD)

Imagen superior: los integrantes del Quartetto d’archi di Venezia, Andrea Vio, Alberto Battiston, Mario Paladin y Angelo Zanin.

Copyright del artículo © Blas Matamoro. Este artículo se publica en Cualia por cortesía del autor y de Diverdi. Reservados todos los derechos.

Blas Matamoro

Ensayista, crítico literario y musical, traductor y novelista. Nació en Buenos Aires y reside en Madrid desde 1976. Ha sido corresponsal de "La Opinión" y "La Razón" (Buenos Aires), "Cuadernos Noventa" (Barcelona) y "Vuelta" (México, bajo la dirección de Octavio Paz). Dirigió la revista "Cuadernos Hispanoamericanos" entre 1996 y 2007, y entre otros muchos libros, es autor de "La ciudad del tango; tango histórico y sociedad" (1969), "Genio y figura de Victoria Ocampo" (1986), "Por el camino de Proust" (1988), "Puesto fronterizo" (2003), Novela familiar: el universo privado del escritor (Premio Málaga de Ensayo, 2010) y Cuerpo y poder. Variaciones sobre las imposturas reales (2012)
En 2010 recibió el Premio ABC Cultural & Ámbito Cultural. En 2018 fue galardonado con el Premio Literario de la Academia Argentina de Letras a la Mejor Obra de Ensayo del trienio 2015-2017, por "Con ritmo de tango. Un diccionario personal de la Argentina". (Fotografía publicada por cortesía de "Scherzo")