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Lee Marvin vs. Michelle Marvin

Curiosamente, Lee Marvin, uno de los “duros” del cine clásico, forma parte de los anales del derecho norteamericano. En concreto por la sentencia del Tribunal Supremo de California Marvin v Marvin, 18 Cal. 3d 660, dictada en 1976.

El juicio enfrentó a Marvin con su expareja, la cantante y bailarina Michele Triola, con quien había convivido como pareja, sin contraer matrimonio. Ella cambió legalmente su nombre en mayo de 1970, y esa es la razón por la que figura en el proceso como Michelle Triola Marvin.

Triola comenzó su relación con Marvin por la misma época en que llegó a participar como doble de luces en una película protagonizada por este, El barco de los locos (Ship of Fools, 1965), de Stanley Kramer. Seis años después rompieron, y desde 1976 convivió con Dick Van Dyke. Sin embargo, ella entendió que, a pesar de no haberse casado con Marvin, tenía derecho a una compensación económica, similar a la de los cónyuges según las leyes californianas. Lógicamente, aquel juicio despertó un gran interés por parte de la prensa, que siguió al detalle cada maniobra de los abogados de la defensa: Mark Goldman y A. David Kagon. El pintoresco y mediático Marvin Mitchelson intervino por parte de la demandante.

El argumento de Mitchelson era que Triola había sido «cocinera, compañera y confidente» de Marvin, renunciando a su carrera artística, y que él tenía la obligación de compensar esta labor. Asimismo afirmó que Marvin le hizo a ella esta promesa: «Lo que tengo es tuyo y lo que tienes es mío». Es más: incluso tenían cuentas bancarias conjuntas.

Sin embargo, cada uno de estos argumentos fue rebatido en el juicio. Por ejemplo, cuando Triola aseguró que, por amor al actor, había renunciado a un papel en el musical de Broadway Flower Drum Song, un testigo clave, Gene Kelly, director de esa misma función, negó haberle ofrecido papel alguno en ella.

El 18 de abril de 1979, el juez Arthur K. Marshall impuso a Marvin el pago de 104.000 dólares a Triola. La sentencia dictaminó que “deben suprimirse las barreras judiciales que puedan subsistir para la satisfacción de las expectativas razonables de las partes dentro de unas relaciones maritales no matrimoniales». Aquello generó un enorme revuelo periodístico, que nunca fue entendido del todo por el magistrado. «¿Qué es lo que hace este caso tan interesante?», llegó a preguntar.

Pese a la sentencia de Marshall, el Tribunal de Apelación dictaminó en agosto de 1981 que la demandante no podía demostrar la existencia de algún tipo de contrato sobre los bienes y las ganancias obtenidos durante la convivencia común. Así pues, Michelle Triola no llegó a recibir esa pensión alimenticia por parte de Marvin.

No obstante, la sentencia creó derecho al reconocer que la ausencia de matrimonio no invalidaba la posibilidad de establecer contratos de regulación de la convivencia marital.

Desde un punto de vista más frívolo, las amistades de Lee Marvin en Hollywood no fueron ajenas a este juicio. Es el caso del citado Gene Kelly, quien ya había colaborado con Marvin en el especial de la ABC Changing Scene II (1970). Esta claro que testimonios como el suyo fueron esenciales para encauzar el veredicto final del juez Marshall.

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Joaquín Sanz Gavín

Contable y licenciado en Derecho.