El dúo que forman El secreto del Unicornio y El tesoro de Rackham el Rojo es una de las aventuras preferidas de Tintín no sólo para muchos fans –siguen siendo hoy dos de los álbumes más vendidos de la colección–, sino para el propio Hergé.
Tras descubrir en la aventura anterior la localización geográfica del tesoro del pirata Rackham el Rojo (inspirado en dos históricos filibusteros, John »Jack» Rackham conocido como Calicó Jack, y Bartholomew Roberts) escondido por el antepasado del capitán Haddock, éste y Tintín fletan el Sirius para salir en su busca. A ellos se suman Hernández y Fernández y el estrafalario y completamente sordo profesor Tornasol, inventor de un minisubmarino. Su peripecia les llevará a una isla desierta en el Caribe y al fondo del mar donde descansa el pecio del Unicornio. Finalmente, el tesoro resulta estar donde nadie se lo espera…
Estamos ante una aventura luminosa que transcurre sobre todo en el mar y en una isla caribeña sin nombre localizada no lejos de Haití, escenarios que contrastan poderosamente con la Bélgica ocupada por los nazis en la que Hergé imaginó la historia, y en la que un barco como el Sirius, fletado por Haddock y Tintín, nunca hubiera podido navegar libremente hacia esas aguas americanas.
El tesoro de Rackham el Rojo supone el debut de uno de los personajes emblemáticos de la serie a partir de este momento: Silvestre Tornasol. Como ya vimos en álbumes anteriores, Hergé ya había presentado un buen número de científicos más o menos excéntricos, pero Tornasol no es sólo eso. Dotado de una paciencia infinita, incapaz de detectar la maldad o la ira en quienes le rodean, tímido, con la involuntaria habilidad de sacar de sus casillas a sus amigos y desconcertar a sus adversarios y agraciado con un buen corazón a toda prueba, Tornasol, fue modelado por Hergé a partir de un científico auténtico, Auguste Picard, pionero de la exploración estratosférica y subacuática. La irritante sordera característica del sabio, no obstante, la recogió de un antiguo compañero de trabajo del Petit Vingtième.
La aventura se serializó en forma de tiras en blanco y negro en Le Soir de febrero a septiembre de 1943. Posteriormente, para la edición en álbum a todo color realizada en 1944, Hergé realizó algunos cambios, eliminando viñetas, redibujando decorados y cambiando diálogos.
Entornos exóticos propios de la mejor aventura clásica, un dibujo y técnica narrativa ya plenamente maduros, divertidos gags, la presentación de un nuevo e importante personaje y el hallazgo del que será el hogar más o menos oficial de Tintín y sus amigos: la Mansión de Moulinsart. Sin duda y junto a El secreto del Unicornio, éste es uno de los álbumes imprescindibles de la colección.
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Copyright del artículo © Manuel Rodríguez Yagüe. Publicado previamente en Un universo de viñetas y editado en Cualia con permiso del autor. Reservados todos los derechos.