La pregunta podría quedar formulada de la siguiente manera: ¿Qué nos revela El enigma de la casa abandonada sobre el estilo de Enid Blyton? Lo habitual es que, si un lector joven o nostálgico se acerca a esta obra, ya conozca las claves de la escritora inglesa, pero no está de más repetirlas.
Como sucede en muchas otras creaciones suyas, aquí todo gira en torno a un enigma, no tan enrevesado como los que urdió su compatriota Agatha Christie, pero sí lo bastante entretenido como para cautivar a sus seguidores. Ese misterio, descubierto en primer término por los hermanos Nick y Katie, conduce a otro escenario muy habitual en las novelas de Blyton: una mansión misteriosa, cuyos secretos irán condicionado la evolución de los personajes ‒incluida una interesante galería de secundarios‒, e irán fijando asimismo los vaivenes emocionales de cada uno de ellos, que aquí van del entusiasmo a la melancolía. Y para que no falte de nada, los chavales protagonistas tienen una mascota (en este caso, el perro Punch).
Divertida, amena e intrigante, El enigma de la casa abandonada forma parte de la serie de obras que se encargó de adaptar en 1997 la hija de Blyton, Gillian Baverstock (1931-2007). Así, Holiday House (1955) pasó a titularse en esta nueva versión The Riddle of Holiday House, y ahora llega hasta nosotros en una estupenda versión de María Jesús Asensio.
A la hora de leer un libro de Blyton ‒y este no es una excepción‒, conviene tener en cuenta algunos detalles personales. Unos detalles que luego ella fue volcando, de diversas maneras, en su literatura. Por ejemplo, la estrecha relación con su padre, Thomas, quien contagió a su hija tres pasiones: la naturaleza, el arte y la literatura. O la complicada relación con su madre, Theresa Mary, un ama de casa al viejo estilo, muy tradicional, que nunca comprendió el grado de libertad que Enid adquirió gracias a Thomas. O su temprana admiración por autores que luego influyeron poderosamente en su estilo, como Anna Sewell, Charles Kingsley, George MacDonald, y por encima de todos ellos, Louisa M. Alcott.
No es difícil comprender cómo fue sublimando esas lecturas, ligadas a dos recuerdos: su estancia en el colegio femenino de St. Christopher, en Beckenham, y el sufrimiento que le causó la infeliz vida matrimonial de sus padres, marcada por el secreto y la doble vida (Thomas mantuvo en secreto un romance y finalmente se fue a vivir con esa mujer).
En este sentido, la primera versión de El enigma de la casa abandonada coincide en el tiempo con su etapa de madurez, con la publicación de su conmovedora autobiografía, The Story of My Life (1952), y asimismo con ese lento declive de su salud, que tanto afectó a su memoria y a su estabilidad mental. Entiendo que la adaptación de Gillian Baverstock adquiere en ese contexto biográfico un nuevo significado, repleto de resonancias familiares y de experiencias reales.
Sinopsis
Enid Blyton es una de las autoras de literatura infantil y juvenil más populares del siglo XX. Sus novelas han sido traducidas a casi un centenar de idiomas y han vendido cerca de cuatrocientos millones de ejemplares. Es principalmente conocida por series como Los Cinco, Los Siete Secretos y Torres de Malory. Dicen que escribía 10.000 palabras diarias con un dedo de cada mano, publicó 762 obras y sus títulos se han traducido a 40 idiomas. Es considerada por el Index Translationum como el quinto autor más popular del mundo, y aunque es conocida como Enid, también publicó diversas obras con su nombre de casada, Mary Pollock.
Este año se cumplen 50 años de su muerte y en Bruño queremos homenajearla con la publicación de los dos primeros títulos de su serie Enigmas,una colección con muchos puntos en común con Los Cinco.
En el primer libro, El enigma de la casa abandonada, Nick y Katie llegan a Holiday House para pasar allí una temporada y reponerse de la varicela mientras sus padres viajan a Estados Unidos. Pronto descubren que, en una casa en ruinas cercana, de noche brilla una luz. Investigando descubren un túnel, y ahí empieza una aventura llena de enigmas y peligros.
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