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«El Asombroso Spiderman: Días de gloria» (1966-1968), de Stan Lee y John Romita

Agosto de 1966. Esa es la fecha en que John Romita, contratado por Marvel, medio año antes, se hace cargo del grafismo en las aventuras del Hombre Araña. No es poca cosa, porque hablamos de una etapa fundamental en la evolución de Spiderman. Una etapa que difícilmente podrá envejecer.

A veces, ni toda la ayuda psicológica del mundo sirve de nada. A veces, es un disfraz pintoresco el que hace el trabajo. El héroe y los villanos, por obra del talento de Stan Lee, transformaron esta serie en un mundo creíble, en el que los atuendos coloristas y los superpoderes no ocultaban una dimensión aún más atractiva: la de la vida real, con sus penalidades, con sus agobios, con sus inoportunos cambios de tercio y con esas relaciones sentimentales que no parecen ir a ninguna parte.

Durante la etapa de Spidey que nos ocupa (Amazing Spider-Man vol. 1, nº 39-58, agosto de 1966-marzo de 1968), Lee ya había conducido al personaje hacia la madurez. Sin embargo, la marcha de Steve Ditko, reemplazado por Romita, tuvo un efecto mucho más llamativo. En realidad, los guiones se mantuvieron en línea con el periodo anterior, pero el nuevo estilo de dibujo sirvió para modernizar un cómic destinado a perpetuarse en el corazón de los lectores.

Gracias a Romita, las calles de Nueva York se convirtieron en un escenario vertiginoso, definido por la altura y el vértigo. Un universo perfectamente iluminado, en el que los giros de Spiderman y el Duende Verde alcanzan un dinamismo sorprendente.

Como el dibujante es un maestro de la caracterización, todos los personajes adquieren aquí un perfil difícilmente olvidable. Con todo, son las figuras femeninas, y en especial Mary Jane –¡ah, Mary Jane!–, las que concentran buena parte de nuestro interés.

Decir que esta es la mejor etapa del trepamuros no es una exageración típica de los nostálgicos. En estas páginas, nada es tedioso ni rutinario. De hecho, asistimos a momentos genuinos, en los que bastantes cosas (que luego oiremos repetidas) se dicen por vez primera.

A las pruebas me remito. Además de pulir el acabado de personajes tan icónicos como J. Jonah Jameson, John Romita ideó otros nuevos –el Rino, el Conmocionador, Kingpin, el Capitán Stacy–, y consolidó de este modo una galería humana que han perpetuado, sin grandes cambios, sus herederos en la mesa de dibujo.

Con Romita estamos ante una aplicación feliz de la excelencia. Es un artista que desafía los tópicos y que desbarata los falsos pretextos de quienes piensan que el talento artístico –con mayúsculas– no tiene cabida en el mundo artesanal del tebeo.

Sinopsis

La llegada de John Romita a la colección de Spiderman supuso una verdadera revolución para el trepamuros. Junto a los ingeniosos guiones de Stan Lee, el maravilloso dibujo de Romita lanzó al Hombre Araña a una época memorable, en la que los más implacables enemigos se entrecruzan con la accidentada vida privada de Peter Parker. Comedia, drama, romance, acción… Todo está aquí, en los cómics con los que Spiderman se convirtió en el más popular personaje no sólo de La Casa de las Ideas, sino del cómic mundial.

Ficha editorial

El Asombroso Spiderman. Días de gloria

Marvel Gold. El Asombroso Spiderman. Días de gloria

Contiene Amazing Spider-Man 39-58, Annual 3 y 4, Marvel Super-Heroes 14, Spectacular Spider-Man 1 y Not Brand Echh 6 USA

Guión: Stan Lee

Dibujo: John Romita, Don Heck, Larry Lieber y Marie Severin

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Marvel Comics, Panini Comics. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.