Cualia.es

Crítica: «Puro vicio» («Inherent Vice», Paul Thomas Anderson, 2014)

El cine negro norteamericano es uno de los pocos géneros que han mantenido la dignidad a lo largo del tiempo. Hollywood, al igual que sus aledaños indie, se ha ido volviendo más vago y pueril en las últimas décadas, pero generalmente el noir que ha surgido de esos lares ha sido más que aceptable.

Tras el auge del género durante los 90, generoso en calidad y cantidad, en los últimos tiempos  este tipo de historias han ido a menos, y en la actualidad el aficionado recurre más al cine de Corea del Sur o Hong Kong que al estadounidense.

Por eso mismo, es de agradecer que Paul Thomas Anderson tenga el valor de adaptar al inadaptable Thomas Pynchon en este film que, principalmente, es una historia clásica de detectives, aunque peculiar.

Es imposible no recordar El gran Lebowski (hermanos Coen, 1998) al ver Puro vicio (Inherent Vice), una historia propia de Raymond Chandler pero protagonizada por un afable detective fumeta y pseudo-hippie embarcado en una compleja trama repleta de personajes y situaciones estrambóticas. Las aventuras de este “Doc” (un entregado Joaquin Phoenix) están algo menos enfocadas hacia la comedia que las del inolvidable “Nota”, pero hay un parentesco indiscutible entre ambas producciones.

La complejidad del guión de Puro vicio provoca que el espectador esté a punto de perder el hilo prácticamente a los diez minutos de película, pero posiblemente sea un efecto buscado por sus creadores, teniendo en cuenta que el film se sitúa en un momento y lugar de incertidumbre y desorientación: 1970 y los ambientes hippie, donde las drogas tuestan cerebros y cuerpos para desconcierto de propios y ajenos.

Al director de Boogie Nights le hubiera sido más que fácil conceder protagonismo a la recreación histórica, pero se centra más en los personajes que en el escenario, e incluso logra no caer en la tentación de imitar el estilo cinematográfico de la época, si bien la fotografía y el tratamiento de la imagen sí que nos traslada a aquellos tiempos.

No nos hubiera sorprendido ver aparecer en cualquier momento a un joven Elliott Gould o a un motorizado Peter Fonda, por así decirlo. Sin embargo, Paul Thomas Anderson desarrolla su propio estilo, y además ayuda la presencia de un actor tan “atemporal” como es Josh Brolin, quien comienza a ser la única opción posible cuando hay que interpretar a un agente de la ley de antaño.

Completan el colorido reparto Owen WilsonKatherine WaterstonReese WitherspoonBenicio del ToroJena MaloneEric Roberts y Martin Short.

Poéticas voces en off, romanticismo destartalado, misterios orientales, sordidez reinante y unas gotitas de autocomplacencia son algunos de los ingredientes de una película interesante en cuanto a lo cinematográfico, aunque no muy impactante en lo emocional.

Sinopsis

Vicio propio: Defecto oculto en un bien o propiedad que provoca o contribuye a su deterioro, daño o desperdicio. Esos defectos de naturaleza inherente convierten al bien en un riesgo inaceptable para un transportista o asegurador. Ejemplos de vicios propios incluyen la combustión espontánea, el óxido, etc.

Puro vicio, la adaptación de la séptima y más divertida novela de Thomas Pynchon, es también la séptima película escrita y dirigida por Paul Thomas Anderson, y la primera adaptación al cine del legendariamente inventivo y culturalmente caleidoscópico trabajo de Pynchon. Con un corte bastante sombrío, la historia se sumerge de cabeza en la neblina y los neones de la contracultura estadounidense sirviéndose de una reinterpretación del clásico relato de detectives.

Cuando la exnovia del detective privado Doc Sportello reaparece de pronto con una historia sobre su actual novio, un promotor inmobiliario multimillonario del que acaba de enamorarse y una trama urdida por la esposa de él y el novio de ella para secuestrarlo y arrojarlo en un cubo de basura solitario, bueno…, no resulta muy fácil de creer.

Corren los últimos coletazos de los años 60 del siglo pasado y la psicodelia está al orden del día, pero Doc sabe que el «amor» es otra de esas palabras de moda, como «viaje» o «súper» de la que se abusa, con la diferencia de que esta última suele acarrear problemas.

El elenco de personajes que incluye a surfistas, estafadores, drogatas y roqueros, un prestamista asesino, detectives del departamento de policía de Los Ángeles, un saxofonista que trabaja de incógnito y una organización misteriosa conocida como el Colmillo Dorado, que solo puede ser una tapadera fiscal creada por algunos dentistas… forma parte del lumpen californiano y su frenesí alucinógeno, y constituye un homenaje 100 % cinematográfico a un mundo de personajes geniales, imágenes de una absoluta precisión y anhelos profundos típicos del autor.

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © IAC Films, Ghoulardi Film Company, Warner Bros. Pictures. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).