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Crítica: «Chappie» (Neill Blomkamp, 2015)

La nueva película de Neill Blomkamp tiene todas las papeletas para convertirse en un éxito, y todas para ser un fracaso sonado. Uno no sabe bien si el público reaccionará mal o bien ante esta extraña combinación de cine infantil y videojuego violento, y es que no hay que ser una enciclopedia de cine viviente para darse cuenta de que Chappie es un remake de Cortocircuito (John Badham, 1986) al que se han añadido muchos elementos de RoboCop (Paul Verhoeven, 1987).

Cambien a Ally Sheedy y a Steve Guttenberg por los integrantes de la banda surafricana electro-punkarra Die Antwoord, Detroit por Johannesburgo, añadan turbinas voladoras al ED-209 y renueven el chasis de Número 5 por el de Briareos del manga Appleseed (Masamune Shirow, 1985). Haciendo esto, más o menos, obtendrán como resultado esta película tan mal escrita pero, sorprendentemente, tan entretenida y simpática.

El gran problema de Chappie ‒basada en un corto que rodó en 2004 el propio director, Tetra Vaal‒ reside en lo mal definidos que están los personajes, no tanto porque su retrato sea pueril y caricaturesco (el tono de la cinta lo pide), sino porque actúan de una manera un tanto aleatoria, en especial el robot protagonista, del que nunca nos queda claro qué sabe y qué no sabe. Por ejemplo: Chappie desconoce Internet, pero posee unos conocimientos de robótica e informática elevadísimos. No termina de cuadrar.

Para compensar la debilidad del guión, Blomkamp inyecta a la película una gran dosis de entusiasmo y convicción, logrando unos efectivos resultados emocionales, que no intelectuales, aunque sin llegar a la intensidad de infarto de Distrito 9.

Por supuesto, los puntos fuertes técnicos de Blomkamp están presentes. Como Tim Burton, el surafricano es mejor director artístico que director de cine. Blomkamp siempre cuida con mimo el fotorrealismo de sus efectos digitales y los diseños de robots, naves espaciales y armas futuristas. Se nota que es un fan de James Cameron, el anime y los videojuegos, y nuestros ojos lo agradecen.

Chappie es un entretenimiento tan pueril como divertido. Nos hace pensar que Blomkamp no va a volver a alcanzar el gran nivel de Distrito 9 a no ser que busque ayuda de guionistas más experimentados, pero también nos recuerda que cuando se hace cine con corazón, siempre termina notándose.

Sinopsis

En un futuro próximo, una opresiva fuerza policial mecanizada es la encargada de patrullar las calles para controlar el crimen. Pero la gente parece que empieza a oponer resistencia. Cuando Chappie, un policía androide, es secuestrado y reprogramado, se convierte en el primer robot con la capacidad de pensar y sentir por sí mismo. Esto hace que fuerzas poderosas y destructivas empiecen a percibir a Chappie como una amenaza para la humanidad y el orden, y no se detendrán ante nada para mantener el statu quo y asegurarse de que Chappie sea el último de su especie.

En sus películas District 9 y Elysium el realizador Neill Blomkamp invitó a los espectadores a imaginar nuestro mundo con otros ojos. En ellas Blomkamp combinó una acción vibrante con una consciencia social que hicieron de estas películas algo inolvidable. Ahora Blomkamp vuelve a la carga con su nueva película, Chappie.

Ambientada en un futuro cercano, nos presenta un mundo dominado por un cuerpo policial de androides autónomos y robóticos denominados Scouts. «No puedes razonar con ellos ni tampoco negociar, no son influenciables», comenta Blomkamp.

En una ciudad cubierta bajo la supuesta «protección» de los androides policiales, aparece una creación totalmente novedosa –Chappie-, el primer robot capaz de pensar y sentir por sí mismo. Creado en su origen como policía androide, Chappie es secuestrado y empleado para fines totalmente distintos.

A continuación conocemos a personajes como Vincent Moore (Hugh Jackman), que ven en un robot inteligente el fin de la humanidad porque al fin y al cabo si una máquina puede pensar ¿para qué se necesita al ser humano? Pero otros, como el creador de Chappie, Deon Wilson (Dev Patel), lo entienden como una forma de vida totalmente humana –y como la última esperanza para la humanidad, aunque el robot no sea humano.

«La idea era coger algo tan falto de humanidad como un robot –especialmente un robot policía– y dotarlo de cualidades completamente humanas, hasta el punto de volverse incluso más emocional que los propios humanos», explica Blomkamp. «Éste es el origen de la ironía de la película –un policía androide que se vuelve sensible, y empieza a mostrar rasgos más morales, éticos y concienzudos que los que tienden a manifestar los propios seres humanos».

En este filme Blomkamp cuenta la historia de una mente joven e influenciable– el robot Chappie – que se junta con las compañías más insólitas. «Chappie rápidamente se ve inmerso en el inframundo de Johannesburgo -un entorno sórdido y plagado por el crimen- donde es criado por dos padres -el uno bueno y el otro malo», dice Blomkamp. A partir de aquí, Chappie estará atrapado entre fuerzas poderosas y cuando éstas se enfrentan, la ciudad entera penderá de un hilo.

«La película plantea varias preguntas, como por ejemplo ¿cuándo podría considerarse que un robot es humano?» apunta Sharlto Copley, quien encarna a Chappie en la película. «¿Cuando sabe pintar o le gusta algún tipo de música? Para los humanos, probablemente sería si la máquina tuviera sentimientos –si fuéramos capaces de conectar con una máquina como lo hacemos con las personas. Creo que esto es lo que la mayoría llamaría una máquina ‘viva’ –si experimenta emociones al igual que nosotros».

El papel protagonista de Chappie –un Scout a quien se le da consciencia mediante la inteligencia artificial– lo interpreta Sharlto CopleyCopley interpreta el papel en cámara, actuando en cada escena frente a los demás personajes. El hacerlo de esta manera permitió que Chappie pareciera un personaje real y auténtico, y además ayudó a los demás actores a sacar el máximo provecho de sus personajes. Después, en postproducción, Blomkamp trabajó con los expertos en efectos visuales de Image Engine para materializar a Chappie, diseñando al robot sobre la actuación de Copley y creándolo desde los movimientos del actor. Las emociones que interpreta Copley influyeron en el diseño del robot –desde la forma en la que se mueve Chappie o se sienta, hasta cómo levanta la cabeza… incluso sus orejas.

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

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Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).

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