Danny Trejo, veterano secundario en infinidad de películas de acción, consigue al fin su primer papel protagonista gracias a su primo Robert Rodríguez. Machete está realizada a partir de un trailer –en principio basado en una película ficticia– que aparecía en Grindhouse, el experimento de Rodríguez y Tarantino.
Aunque muchos aplaudamos casi todas las locuras de Robert Rodríguez, lo justo es decir que no es un gran cineasta.
Sus guiones suelen ser poco más que improvisaciones alrededor de una idea, y contienen un exceso de subtramas y personajes prescindibles. La puesta en escena –Rodríguez suele dirigir, editar, supervisar los efectos digitales y hasta componer la música– alterna excelentes ideas visuales con momentos bastante burdos, que le dan a casi toda su obra un tono amateur, no mucho más sofisticado del de aquella baratísima El Mariachi que le proporcionó fama mundial en 1992.
¿Qué ofrece Robert Rodríguez para que tenga tantos seguidorers? ¿Cómo es posible que un tipo que hace prácticamente toda la película en el garaje de su casa, mientras cocina y toca la guitarra, consiga que en sus trabajos aparezca gente tan conocida como Bruce Willis, Johnny Depp o Robert De Niro?
Muchos dirán que el cineasta chicano se ha aprovechado de su amistad con su «hermano» y colega Tarantino, un realizador de similares gustos pero con muchísimo más talento.
Sin embargo, lo cierto es que la publicidad no es suficiente como para aguantar tantos años despertando el interés del público. Recordemos que otros amigos del director de Reservoir Dogs, como Alexandre Rockwell o Roger Avary, tuvieron una fama efímera.
Robert Rodríguez no es un gran artista, sino un tipo que hace un cine muy divertido. Quizá finge bien, pero parece que se lo pasa de miedo haciendo sus películas, y no sólo él, sino los integrantes del reparto, y esa sensación contagia al espectador.
Machete, como el resto de las producciones de este director –y aunque esté codirigida por Ethan Maniquis–, vuelve a sorprender y a despertar la carcajada en todo espectador con el sentido del humor necesario para entender que el film es pura chanza: un híbrido de cine de explotación a la antigua usanza y de cómic ultraviolento, que oscila entre la sátira y la veneración a sus referencias.
Como suele pasar en el cine de Rodríguez, en Machete hay demasiados personajes y el director no sabe muy bien qué hacer con ellos, en especial con la pija desnortada que encarna, con un guiño autoparódico, Lindsay Lohan.
Hay en Machete intriga y conspiración política, y Rodríguez ha aprovechado la actualidad estadounidense para lanzar algún que otro mensaje a propósito de los inmigrantes ilegales, aunque al final lo que cuenta es el gag estrambótico y la masacre granguiñolesca.
Pese a las divertidas aportaciones de personajes tan dispares como Steven Seagal –el actor/maestro marcial/cineasta/cantante/policía/espía/reencarnación de lama regresa a la pantalla tras un década en el mercado del DVD–, Robert De Niro (conduciendo un taxi) o el maestro del maquillaje Tom Savini, la presencia más espectacular de Machete es su protagonista, Danny Trejo.
Si en el cine, y posiblemente en la vida real, ya no quedan tipos que se puedan considerar sucesores de Charles Bronson, Danny Trejo es la excepción.
En el rostro del actor se puede leer una vida dura y una personalidad forjada a base de muchos errores y mucho trabajo para enmendarlos.
El personaje de Machete está hecho de granito, y su pose de tipo peligroso resulta a la vez graciosa –¡nadie puede ser así!– y sólida. Machete habla poco, pero sus frases lapidarias son tan grandiosas que provocan la risa, pero también las ganas de tatuárselas.
Además de los chistes, los gadgets imposibles y la acción tonta, Machete ofrece también otros atractivos habituales en la obra de Robert Rodríguez, como son la banda sonora roquera y racial –con los inevitables Tito & Tarantula y Chingón– y la aparición de actrices atractivas, que ganan varios puntos en presencia física gracias a algún poder mágico que posee el realizador, quizá relacionado con una de sus famosas recetas culinarias.
Sinopsis
Puede que parezca un jornalero más que trabaja en las calles y el perfecto chivo expiatorio para un retorcido asesinato político. Pero en realidad es Machete, un legendario ex-federal con habilidades que están más que a la altura de su actitud mortífera.
Dado por muerto después de un enfrentamiento con el célebre rey de la droga mexicano Torrez, Machete huye a Texas para desaparecer y olvidar su trágico pasado. Pero lo que encuentra es una red de corrupción y engaño que termina con una bala en un senador y con Machete como uno de los hombres más buscados.
Machete se dispone a limpiar su nombre y exponer la oscura conspiración. Pero en su camino se interpone Booth, un implacable hombre de negocios con una interminable nómina de asesinos a sueldo; Von, un retorcido vigilante de frontera que lidera un pequeño ejército; y Sartana, una hermosa oficial de inmigración que se debate entre hacer cumplir la ley por un lado y en hacer lo correcto por otro.
Para ayudar a equilibrar la balanza, Machete cuenta con Luz, una sexy vendedora ambulante de tacos con espíritu rebelde y revolucionaria de corazón, y con Padre, un cura que es bueno con las bendiciones pero mucho mejor con las armas.
En un camino de balas, sangre y corazones rotos, la odisea de Machete finalmente lo lleva de vuelta a Torrez y a una épica batalla de venganza y redención.
O como diría Machete: “Han tratado de j**** al mexicano equivocado”.
Copyright del texto © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.
Copyright de las imágenes © Troublemaker Studios. Cortesía de Sony Pictures Releasing de España. Reservados todos los derechos.