Esta película es un gran espectáculo. Y también un pequeño milagro. No porque haya prodigios en ella ‒que alguno hay‒, sino porque se trata de un largometraje que Baz Luhrmann lleva preparando desde 2014. Ya es una buena señal que Elvis no se haya perdido en ese limbo al que van a parar muchos proyectos cuando su gestación se eterniza.
A estas alturas, Elvis Presley es un personaje intemporal, cuyo repertorio como cantante es tan poderoso como su mitología dentro del sueño americano. El frenético movimiento de caderas, ese pelo negro azabache y una voz entre aterciopelada y operística fueron su tarjeta de visita.
Se ha dilatado tanto su leyenda que casí parecía imposible personificarlo en pantalla con un mínimo de credibilidad. Ya dije que en esta cinta hay prodigios, y el primero de ellos es la forma en que Austin Butler se convierte en Elvis. Más que convertirse en el cantante, parece devolverlo a la vida, en un ejercicio que bordea la magia.
El esfuerzo de Butler se ve reforzado por un potente plantel de secundarios. Aquí destaca, por supuesto, un maquilladísimo Tom Hanks como el mefistofélico y juguetón coronel Tom Parker, el manager de Elvis. Helen Thomson y Richard Roxburgh dan vida a los padres del cantante, Olivia DeJonge es Priscilla Presley.
Y en papeles menores, nos encontramos con David Wenham (el cantante country Hank Snow), Kelvin Harrison Jr. (un joven y sabio BB King), Yola Quartey (la hermana Rosetta Tharpe), Alton Mason (Little Richard), Cle Morgan (Mahalia Jackson), Shonka Dukureh (Big Mama Thornton) y Anthony La Paglia (Bernard Lansky).
Los aficionados a los biopics musicales se encontrarán aquí toda la vida de Elvis, comprimida con inteligencia visual y sentido del ritmo. Quien nos narra esa biografía no es otro que el villano de la historia, el coronel Parker, un estafador, dispuesto a extraer hasta la última gota de sangre de Elvis al mismo tiempo que lo protege, y a su manera, parece quererlo como a un hijo.
Los melómanos pueden estar tranquilos. Luhrmann ha sido muy fiel a los hechos, y aunque uno sabe poco más o menos por dónde va a ir la historia, el director logra contarla con un exuberancia y una intensidad que enganchan en todo momento.
Elvis no es nada condescendiente. La película resalta el majestuoso éxito del protagonista, pero también nos proporciona la oportunidad de visitar su infierno personal. Curiosamente, aunque Luhrmann y el propio Elvis sean dos personajes propensos al kitsch, la cinta mantiene un tono elegante y opta por la verosimilitud histórica.
En este sentido, una de las claves del film es el modo en que recuerda al cantante como un tipo inclasificable en los tiempos de la segregación racial. No olvidemos que se trata de un blanco que crece en una comunidad donde la cultura y los gustos son afroamericanos, y que por eso mismo, considera que lo natural es cantar música negra sin ningún prejuicio. Es más, de no ser por Elvis, muchos cantantes negros no hubieran podido acceder al mercado convencional. Como bien decía Little Richard: «Doy gracias a Dios por Elvis Presley. Doy gracias al Señor por enviarnos a Elvis para que abriese el camino que luego pude recorrer yo».
Elvis no solo es un sólido musical y una suntuosa crónica del nacimiento del rock. También es un sofisticado caleidoscopio que refleja la estética y la conflictividad política y social de toda una época, con el valor añadido de los impresionantes músicos que participan en la banda sonora (desde Stevie Nicks a Chris Isaak).
Sinopsis
De la mano de Baz Luhrmann, llega Elvis, el drama de Warner Bros. Pictures protagonizado por Austin Butler y por el ganador del Oscar Tom Hanks.
La película explora la vida y la música de Elvis Presley (Butler) a través del prisma de su complicada relación con el coronel Tom Parker (Hanks), su enigmático mánager. La historia profundiza en la compleja dinámica que existía entre Presley y Parker que abarca más de 20 años, desde el ascenso de Presley a la fama hasta su estrellato sin precedentes, en el contexto de la revolución cultural y la pérdida de la inocencia en Estados Unidos. Y en el centro de ese periplo está Priscilla Presley (Olivia DeJonge), una de las personas más importantes e influyentes en la vida de Elvis.
Junto a Hanks y Butler, la película cuenta con la premiada actriz de teatro Helen Thomson (Top of the Lake: China Girl, Rake) que interpreta a la madre de Elvis, Gladys, Richard Roxburgh (Moulin Rouge!, Breath (Respira), Hasta el último hombre) encarna a Vernon, el padre de Elvis, y DeJonge (La visita, Stray Dolls) es Priscilla. Luke Bracey (Hasta el último hombre, Point Break) interpreta a Jerry Schilling, Natasha Bassett (¡Ave, César!) encarna a Dixie Locke, David Wenham (trilogía de El Señor de los Anillos, Lion, 300 ) es Hank Snow, Kelvin Harrison Jr. (El juicio de los 7 de Chicago, Personal Assistant) encarna a B.B. King, Xavier Samuel (Dos madres perfectas, Amor y amistad, La saga Crepúsculo: Eclipse) interpreta a Scotty Moore, y Kodi Smit-McPhee (El poder del perro) es Jimmie Rodgers Snow.
El reparto también cuenta con Dacre Montgomery (Stranger Things, La galería de los corazones rotos) interpreta al director de televisión Steve Binder, junto a los actores australianos Leon Ford (Gallipoli, The Pacific) como Tom Diskin, Kate Mulvany (El gran Gatsby, Hunters) como Marion Keisker, Gareth Davies (Peter Rabbit, Hunters) como Bones Howe, Charles Grounds (Crazy Rich Asians (Locamente millonarios), Camp) como Billy Smith, Josh McConville (Fantasy Island) como Sam Phillips y Adam Dunn (Home and Away) como Bill Black.
Para interpretar a otros músicos icónicos, Luhrmann eligió a la cantante y compositora Yola como la hermana Rosetta Tharpe, al modelo Alton Mason como Little Richard, al tejano Gary Clark Jr. como Arthur Crudup, y a la artista Shonka Dukureh como Willie Mae «Big Mama» Thornton.
Baz Luhrmann, nominado al Oscar (El gran Gatsby, Moulin Rouge) dirige la película a partir de un guion de Baz Luhrmann & Sam Bromell y Baz Luhrmann & Craig Pearce y Jeremy Doner, con historia de Baz Luhrmann y Jeremy Doner. Los productores de la película son Luhrmann, la ganadora del Oscar Catherine Martin (El gran Gatsby, Moulin Rouge), Gail Berman, Patrick McCormick y Schuyler Weiss. Courtenay Valenti y Kevin McCormick ejercen de productores ejecutivos.
El equipo creativo del director incluye a la directora de fotografía Mandy Walker (Mulán, Australia), a la diseñadora de producción ganadora del Oscar y diseñadora de vestuario Catherine Martin (El gran Gatsby, Moulin Rouge), a la diseñadora de producción Karen Murphy (Ha nacido una estrella), a los montadores Matt Villa (El gran Gatsby, Australia) y Jonathan Redmond (El gran Gatsby), al supervisor de efectos visuales nominado al Oscar Thomas Wood (Mad Max: Furia en la carretera), al supervisor musical Anton Monsted («Australia”, “Moulin Rouge”) y al compositor Elliott Wheeler (The Get Down: Donde hay ruina, hay esperanza para un tesoro).
El rodaje de Elvis tuvo lugar en Queensland, Australia, con el apoyo del Gobierno de Queensland, Screen Queensland y el programa Producer Offset del gobierno australiano.
Participan en la banda sonora Austin Butler, Ann Nesby, Alton Mason (en el filme interpreta a Little Richard), Chris Isaak, Denzel Curry, Doja Cat, Eminem & CeeLo Green, Gary Clark Jr. (Arthur ‘Big Boy’ Crudup en la película), Jack White, Lenesha Randolph, Jazmine Sullivan, Kacey Musgraves, Kodi Smit-McPhee (Jimmie Rodgers en la cinta), Les Greene, Måneskin, Nardo Wick, Paravi, Pnau, Rufus Thomas, Shonka Dukereh, Stevie Nicks, Swae Lee & Diplo, Tame Impala y Yola.
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