Crítica: «Colette» (Wash Westmoreland, 2018)

¡Ah, el París de principios del siglo XX! ¡La bohemia! ¡Las vanguardias! Creatividad al máximo, progreso cultural, libertad… Un momento mítico, sin duda. Pero como sucede con todos los mitos, la realidad no era tan idílica.

En Colette se nos narra la lucha de una mujer de enorme talento y versatilidad ‒la escritora Colette (1873-1954)‒, metida de lleno en ese fascinante panorama, pero también víctima del machismo hipócrita de su marido, un supuesto libertino moderno que, pese a su palabrería, al final lo que quiere es tener a su mujer “en casa y con la pata quebrada” y, además, haciendo de “negra» literaria a su servicio.

Este film de un británico con el nombre más británico del mundo, Wash Westmoreland, ofrece un vistoso retrato de aquella fascinante escena parisina y del fenómeno social (fenómeno fan, de hecho) que supuso la burbujeante serie de novelas protagonizadas por la joven Claudine (cinco volúmenes que el lector puede disfrutar en nuestro idioma, editadas por Lumen). En ellas, por medio de una exquisita escritura, Colette trataba temas como la bisexualidad, los tríos o el lolitismo, y también presentaba a una protagonista compleja e interesante.

Básicamente, Colette hablaba sobre sí misma, pero su esposo, Willy (escritor, editor y vividor), firmaba los libros y se hacía con el dinero y la fama.

Si bien la película aborda los aspectos eróticos de la vida y obra de Colette, en esta producción se suavizan los temas más sórdidos. El resultado es un drama con cierto toque, si no cómico, sí ligero, con lo cual hablamos de un film asequible a un público más amplio.

La elegante puesta en escena, con un diseño de producción atento al detalle y bellas imágenes ‒tanto urbanas como rurales‒ elaboradas por el director de fotografía Giles Nuttgens (Comanchería), hacen de Colette un film respetable y de calidad. Con todo, su mayor baza es la pareja protagonista: Dominic West como Henry Gauthier-Villars ‒el ya mencionado Willy‒ y Keira Knightley, que insufla vida en su personaje, y sabe resultar creíble como chica ingenua de 18 años (a sus 33) y en la posterior evolución de Colette, como artista sofisticada y mujer de mundo.

Con un ojo puesto en los Oscar, pero con la mirada fija en ese público maduro, aficionado a los dramas de época, Colette cumple a la perfección como primer punto de encuentro con un personaje fascinante, adelantado a sus tiempos, y también víctima de ellos.

Sinopsis

Sidonie-Gabrielle Colette, una mujer inconformista criada en el entorno rural, se ha casado con un hombre carismático, intelectual y egocéntrico catorce años mayor que ella que se hace llamar únicamente Willy. A través del él, Colette conoce la vida alegre de la comunidad artística de París y descubre su lado creativo. Al comprobar el talento literario de su mujer, Willy permite que Colette escriba, con la condición de que publique las novelas bajo el nombre de su marido. El éxito arrollador de su serie Claudine catapulta a Willy al estrellato y convierte a Colette y Willy en la primera pareja de famosos de la época moderna.

A pesar de su destacado papel en la sociedad parisina, a Colette le carcome que su marido se lleve el reconocimiento por su trabajo. De puertas hacia dentro, el matrimonio empieza a derrumbarse por las frecuentes infidelidades de Willy y el creciente interés de Colette por las mujeres, entre las que destaca Missy, una mujer que viste de hombre desafiando las imposiciones de género. No obstante, Colette es incapaz de desvincularse de Willy por motivos emocionales y artísticos. Willy recurre a medidas cada vez más desesperadas para pagar sus deudas y sabotear a su mujer, pero Colette va encontrando sus propios recursos.

Ambientada a principios de la era moderna, Colette es la historia de una mujer eclipsada por un hombre dominante que lucha por hacer valer su voz. Una guerra de sexos en los albores de la era moderna que revolucionó el papel del hombre y la mujer en la sociedad. En pleno siglo XXI, Colette sigue siendo una de las autoras franceses mejor vendidas.

Sidonie-Gabrielle Colette alcanzó fama internacional gracias a la publicación de Gigi, la novela que fue llevada al cine en 1958 por Vincente Minnelli. Novelista, guionista, periodista y artista de revistas y cabaré, esta mujer francesa llegó a presidir la Academia Goncourt entre 1949 y 1954, fue condecorada con la Legión de Honor y es la única escritora francesa que ha recibido un funeral de estado.

Colette es posiblemente una de las escritoras francesas más importantes e innovadoras del siglo XX, y sus docenas de volúmenes de ficción provocativa, memorias, periodismo y dramaturgia sacudieron las restricciones sociales impuestas a las mujeres.

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