Adolf Busch (1891-1952) fue uno de los más importantes violinistas de su tiempo. Acaso, en el mundo germánico, el más considerado, porque unió al repertorio habitual el rescate de Bach y, a las actuaciones solistas, la orquesta de cámara.
No obstante su renombre, sostenido en Europa y en América, donde se instaló para distanciarse del régimen nazi, no era la interpretación sino la composición lo que prefería ejercer.
Las obras de cámara que figuran en el álbum Piano trio op.15 (VMS, 2003) retratan fielmente la elección estética de Busch, mantenida a lo largo de toda su vida.
El trío data de 1918/1919 y la sonata, de 1941. En ambas composiciones se advierte cuál fue el compromiso artístico de Busch: un romanticismo tardío sujeto por un culto estricto a la forma, teniendo bien presentes tanto el lejano ejemplo de Brahms como el cercano de Max Reger.
Las armonías son clásicas y la solución del discurso demuestra un uso consolidado del contrapunto. En cualquier caso, es imposible no oír la obra de un violinista, porque el violín siempre está al frente y, si no lo está, gana enseguida la delantera. De tal modo, en el trío, sin desmerecer a sus compañeros, ofrece Busch a su querido violín una oportunidad de auténtico concierto.
Disco recomendado: Adolf Busch (1891-1952): Trío para piano, violín & cello op.15; Sonata para violín op.56 / G. Schneider, violin. Ch. Brunner, cello. A. Kontarsky, piano / VMS / Ref.: VMS 109 (1 CD)
Imagen superior: el director de orquesta italiano Arturo Toscanini (segundo por la izquierda), Adolf Busch y su esposa e hija a bordo del «Albert Ballin» (1932).
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