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La juventud de Papá Haydn

La imagen tópica de Haydn es la un viejecito jovial, un patriarca largamente productivo. Pero, como todos los viejos, alguna vez fue joven y, en tanto músico, se estrenó antes de sus veinte años. Se considera que su obra canónica empieza con su empleo en casa del príncipe Esterházy, en 1761, donde dispuso de una capilla considerada la mejor de Europa, entre cuyos solistas, todos virtuosos, destacó el violinista italiano Luigi Tomasini, al cual dedicó diversas obras.

Entre ellas, el concierto en do mayor (1765), aquí incluido, acaso pensado como un divertimento más pero que constituye el modelo del concierto galante para dicho dispositivo y al cual deben lo suyo quienes siguieron, a contar desde Mozart. La influencia italiana es notoria y acaso provenga de alguna tarea hecha para la reina de Nápoles, hija de la emperatriz María Teresa, o sea austriaca.

Antes de los EsterházyHaydn trabajó como organista, violinista, profesor y maestro de capilla en cortes del imperio: la del barón Fúrnberg en Baja Austria (1757) y la del conde Morzin en Bohemia (1759), donde ya dispuso de una pequeña orquesta, elemento indispensable para ensayar su vasta labor de sinfonista.

Recién casado en 1760 se instaló en Viena, en la misma casa donde vivía el poeta Pietro Metastasio y que se conserva en la plazuela de San Miguel. También fue acompañante de Nicola Porpora, uno de los maestros del canto clásico, instructor del célebre castrado Farinelli, tan conocido en su momento entre nosotros. De su periodo juvenil data el comienzo de su torrentosa aportación a la sinfonía, nada menos que veinte títulos.

También, la serie de estos divertimentos (1753- 63), ya en parte de la época Esterházy. La colección completa es la que ofrecen estos compactos.

El Haydn maduro contempló con cierta benévola ironía tal etapa de su catálogo. No volvió sobre estas partituras, que durmieron –injustamente– el llamado sueño de los justos, tal vez por considerarla una menor trabajera. Música de circunstancias pero, según opina un tal Goethe, circunstancial como toda poesía. Si se añade el genio de Haydn, vale la pena la recuperación.

Fue el musicólogo Robbins Landon su redescubridor, en 1991. En 1995, la misma Haydn Sinfonietta de Viena que los ha registrado, los presentó en sociedad, en Oxford. Las tomas ahora ofrecidas se fueron escalonando entre 1993 y 2008.

Hubo que hurgar archivos, limpiar manuscritos, confrontar ediciones impresas y aclarar autorías, ya que, por ejemplo, la partida de campo en si bemol mayor le fue erróneamente atribuida y así Brahms, tomando el Coral de San Antonio que ella contiene, la usó para sus Variaciones sobre HaydnStephan Buchon figura como su editor.

Los títulos son variables: casación, nocturno, partita, sinfonía, divertimento, Feldparthie (partida de campo, música para picnic cortesano o merienda al aire libre). La estructura es fija: cinco movimientos, el primero y el quinto rápidos, entre medias un bocadillo (para el pic-nic) de dos minués que enmarcan una pieza lenta, generalmente un aria breve o cancioncilla.

La destreza haydniana para meterse en cualquier combinación, su fresca vena melódica, su elegante economía, su arte para las variaciones solistas, a veces comprometidas como en los dos movimientos en mi bemol mayor con un endiablado corno di caccia, todo responde a la marca de la casa. Sorprende un tanto el hecho de que esas “musiquitas” para serenatas y jaraneos aristocráticos, hayan pasado inadvertidas durante siglos y sean ahora nuestras contemporáneas.

Si no milagros, al menos prodigios del arte.

Disco recomendado: Joseph Haydn (1732-1809): Integral de los primeros divertimenti Simon Standage, violín. Haydn Sinfonietta Wien (con instrumentos originales). Manfred Huss, director / BIS / Ref.: BIS 1806/08 (5 CD)

Copyright del artículo © Blas Matamoro. Este artículo se publica en Cualia por cortesía del autor y de Diverdi. Reservados todos los derechos.

Blas Matamoro

Ensayista, crítico literario y musical, traductor y novelista. Nació en Buenos Aires y reside en Madrid desde 1976. Ha sido corresponsal de "La Opinión" y "La Razón" (Buenos Aires), "Cuadernos Noventa" (Barcelona) y "Vuelta" (México, bajo la dirección de Octavio Paz). Dirigió la revista "Cuadernos Hispanoamericanos" entre 1996 y 2007, y entre otros muchos libros, es autor de "La ciudad del tango; tango histórico y sociedad" (1969), "Genio y figura de Victoria Ocampo" (1986), "Por el camino de Proust" (1988), "Puesto fronterizo" (2003), Novela familiar: el universo privado del escritor (Premio Málaga de Ensayo, 2010) y Cuerpo y poder. Variaciones sobre las imposturas reales (2012)
En 2010 recibió el Premio ABC Cultural & Ámbito Cultural. En 2018 fue galardonado con el Premio Literario de la Academia Argentina de Letras a la Mejor Obra de Ensayo del trienio 2015-2017, por "Con ritmo de tango. Un diccionario personal de la Argentina". (Fotografía publicada por cortesía de "Scherzo")