Hace algunos años, pasé nuevamente por la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Allí cumplí condena cinco años y, como todo criminal veterano, regresé al lugar del crimen.
Al entrar en el hall, encontré una tumultuosa reunión de alumnos. ¿Una asamblea de estudiantes? ¿Un llamamiento a la huelga revolucionaria? ¿Un amotinamiento ante la subida de tasas? Nada más lejos de la realidad. Todos iban vestidos con unas extrañas camisetas azules, con el siguiente emblema: Piedra, papel, tijera… lagarto, Spock.
Sí, amigos, era un concurso basado en el viejo Piedra, papel, tijera, pero con dos elementos más que lo complicaban: lagarto (colocando la mano como la boca de un reptil) y Spock (abriéndola para hacer el saludo vulcano de Star Trek).
Imaginemos la cantidad de combinaciones que se pueden llevar a cabo y lo difícil que resulta ganar una partida… Pues bien: a aquella legión de vociferantes alumnos se unió el que esto escribe. En fin, qué diablos, yo también soy uno de ellos.
Más tarde supe que el juego en cuestión lo crearon Sam Kass y Karen Bryla. Al parecer, este matrimonio coincidió en las aulas de la Universidad Carnegie-Mellon, y les dio por amenizar sus largas veladas estudiantiles con este pasatiempo de su invención. Años más tarde, esa misma pareja de geeks se sorprendió al ver cómo su juego aparecía en el episodio The Lizard-Spock Expansion (17 de noviembre de 2008), uno de los más celebrados de The Big Bang Theory.
Quienes aún no conozcan al protagonista de dicha teleserie, el doctor Sheldon Cooper, no saben la suerte que tienen. Y digo suerte porque aún están a tiempo de ver todos los capítulos de The Big Bang Theory, una de las mejores comedias televisivas de los últimos tiempos.
La serie, que abarca 279 episodios divididos en doce temporadas, fue creada por Chuck Lorre y Bill Prady. Se estrenó en la CBS el 4 de septiembre de 2007, y desde entonces, el número de seguidores no ha dejado de crecer.
Sus protagonistas son cuatro treintañeros superdotados: Sheldon Cooper (Jim Parsons), antiguo niño prodigio, experto en física cuántica y teoría de cuerdas, con un cociente intelectual de 187; Leonard Leakey Hofstadter (Johnny Galecki), un físico experimental, licenciado en Princeton, que comparte apartamento con Sheldon; Howard Joel Wolowitz (Simon Helberg), un ingeniero aeroespacial políglota; y Rajesh Ramayan «Raj» Koothrappali (Kunal Nayyar), un astrofísico indio, de familia acomodada.
También tenemos a Penny (Kaley Cuoco), una chica de Omaha, Nebraska, aspirante a actriz y aficionada a los horóscopos, que trabaja como camarera en la Cheesecake Factory del barrio. Al principio, Penny parece tonta en comparación con los otros, pero que nadie se sienta ofendido. En el devenir de la historia, descubriremos que ni ellos son tan brillantes ni ella carece de sentido común.
Los cuatro protagonistas masculinos son fanáticos de la ciencia–ficción, la fantasía heroica, los videojuegos y los tebeos. Tanto es así, que Sheldon se identifica con Spock hasta extremos delirantes. En realidad, todo lo relacionado con Star Trek es recurrente en la serie, y para confirmarlo, han participado en ella, haciendo cameos, actores como el propio Leonard Nimoy (Spock), George Takei (Sulu), Brent Spiner (Data) y LeVar Burton (La Forge).
Otra figura de Star Trek, Wil Wheaton (Wesley Crusher), es una presencia habitual en The Big Bang Theory, cuyos cuatro personajes principales, para colmo, saben hablar klingon. En todo caso, no ponen puertas al fandom, y también son seguidores, en distintos grados, de Star Wars, Babylon 5 y Galáctica: Estrella de Combate (Katee Sackhoff, Starbuck en Galáctica, también ha hecho ya más de un cameo).
Dos sagas literarias que también son mencionadas constantemente por estos cuatro amigos son El Señor de los Anillos y las novelas de Harry Potter.
La lista de actores y figuras populares que han desfilado por la serie es, sencillamente, espectacular, e incluye, entre otros, a Charlie Sheen, Octavia Spencer, Summer Glau, Keith Carradine, Bob Newhart, el cofundador de Appel Steve Wozniak, Eliza Dushku, el astrofísico Neil deGrasse Tyson, el astronauta Buzz Aldrin, los científicos Stephen Hawking, Bill Nye, Frances H. Arnold y Kip Thorne, James Earl Jones, Mark Hamill, Carrie Fisher, Billy Bob Thornton, Nathan Fillion, Sarah Michelle Gellar, Sean Astin, Kevin Smith, el fundador de Tesla Elon Musk, el fundador de Microsoft Bill Gates, Adam West (el Batman de los sesenta) y Christopher Lloyd.
A estas alturas, ya no considero The Big Bang Theory una simple teleserie. Sus personajes son un grupo de colegas a los que acudo cuando quiero sentirme bien. Sheldon, Leonard, Howard y Koothrappali son algo así como unos amigos. Será porque, como decía, sigo siendo el friki de la clase.
Si aún no la habéis visto, buscadla y empezad el siguiente tratamiento: todos los días, un par de capítulos de The Big Bang Theory. Si el cuerpo os pide más –que lo hará–, no os dejéis llevar por la gula. Es adictiva. Terminaréis enganchados, y los consumiréis de diez en diez, como me ocurrió a mí un verano. No es broma.
El apartamento de estos cuatro tipos es mi lugar de refugio, ese sitio en que te encuentras contento sólo por el hecho de estar allí, y en el que sonríes porque te sientes uno más …
Por todo ello, aquel día, al llegar al hall de la facultad, sentí que no estaba sólo. Que esa nueva generación de jóvenes estudiantes iba por el buen camino. Que hay un montón de gente que sabe jugar a Piedra, papel, tijeras, lagarto, Spock, y que además, estas cosas se practican ahora en la universidad…
Quienes adoran esta serie no nos defraudarán el día de mañana. En todo caso, yo ya no tengo remedio. Claro que a nosotros, en clase, sólo nos enseñaban películas francesas… Así he salido. Friki. Y a mucha honra.
Copyright del artículo © Pedro Luis Barbero. Reservados todos los derechos.
Copyright de las imágenes © Chuck Lorre Productions, Warner Bros. Television, CBS. Reservados todos los derechos.