Que las vacaciones no suelen discurrir como uno las planifica, es una obviedad. Para bien, o generalmente para mal. Salir de casa nos expone a azares, relaciones y situaciones accidentales imprevisibles que creemos poder controlar, pero cuyas consecuencias en ningún caso podemos prever.
Esta es la premisa de No hables con extraños, excelente y perspicaz remake de la danesa Gæsterne (2022), un thriller de suspense y terror emocional que se inicia de un modo sutil, y que va despertando un sentimiento creciente de incomodidad, hasta provocar una tensión insostenible abocando al espectador al horror de lo sórdido.
El cine hollywoodiense sólo conoce dos destinos vacacionales en Europa: París e Italia, y esta segunda ofrece, al parecer, tres únicos atractivos escénicos: Roma, Venecia, y la Toscana.
Y es en esta bucólica región de viñedos y coquetos restaurantes de manteles a cuadros y pasta al dente, donde coinciden nuestras familias protagonistas. Por un lado, la formada por Ben, Louise y su hija Agnes (Scoot McNairy, Mackenzie Davis y Alix West Lefler), americanos afincados en Londres por trabajo, gente sencilla, ingenua, y sin un especial brillo; y por otro lado la que componen el taimado Paddy (James McAvoy, el Charles Xavier joven de los X-Men), su esposa Ciara (Aisling Franciosi), y el pequeño y asustadizo Ant (Dan Hough), un niño con problemas en el habla, que no es precisamente el mayor de sus problemas, como pronto iremos descubriendo.
Producto de esta forzada y estival confraternización, el bullicioso Paddy insiste en invitar a sus nuevos amigos a pasar unos días en su casa rural, una destartalada finca agrícola perdida tras una foresta en la región de Devon, un escenario adecuado para la emboscada perfecta.
Pero ¿qué sabemos en verdad de esas personas a las que tan alegremente llamamos amigos? ¿Hasta dónde conocemos a aquellos en quienes depositamos nuestra confianza, a quienes dejamos a nuestros hijos a su cuidado, o bajo cuyo techo pernoctamos? No hay nadie más simpático y atractivo que un psicópata, y ya sabemos que la realidad supera la ficción: “Era un buen vecino, me ayudaba a subir la compra”.
Paddy es un hombre impulsivo, hedonista, audaz. Un simpático sinvergüenza dado a la provocación, que traspasa constantemente los límites de los demás, invade la intimidad, y no respeta el derecho ajeno. Pero su natural simpatía y desparpajo le hacen acreedor a la atracción de aquellos cuyas vidas transcurren por un camino excesivamente delimitado por lo convencional y lo rutinario. Paddy es un ingenioso bufón, un seductor flautista de Hamelin, y un sofisticado manipulador. Paddy es un cazador.
Un relato perturbador y sorprendente
«Las apariencias engañan», solemos decir autoengañándonos, colaborando a veces en sostener la máscara del propio impostor; justificando las malas conductas que otros encubren bajo la coartada del atrevimiento y el libre albedrío; no prestando atención a la colección de banderas rojas que nos avisan del peligro, de que algo no va bien, de que nuestra seguridad está en riesgo.
No, las apariencias no suelen engañar tanto como creemos, lo que sucede es que nos han maleducado para consentir el maltrato, y le damos nombres mullidos y eufemísticos como aceptación, empatía, tolerancia, o “es que es así” y “tiene una personalidad fuerte”.
«Atraer a la presa, tenerla en el punto de mira, tirar despacio del anzuelo, es lo que me atrae», confiesa Paddy a su nuevo amigo Ben, quien ve al otro con la inconfesable admiración que muestra el reprimido ante el osado, y con el deseo secreto de querer emular su determinación y vivir sin temor y libre de normas.
Dirigida por el británico James Watkins, No hables con extraños se degusta con la desagradable tensión creciente propia del género, en la que destacan tanto la interpretación de un asilvestrado James McAvoy, como la del niño Dan Hough en un papel escalofriante y siempre complejo para alguien de su edad.
El terror progresivo y un peligro latente en cada escena, marcan el ritmo de esta historia oscura, en la que no importa tanto lo previsible de lo que acontece, como el modo en que se narra y lo que subyace en materia de relaciones humanas. Lo que sorprende y atrapa de esta historia no es su desenlace, sino la contemplación impotente de un drama en el que las víctimas se enredan mansamente en la tela de araña, y que sabemos que podríamos haber sido nosotros.
Sinopsis
Cuando una familia estadounidense va invitada a pasar un fin de semana en la idílica finca campestre de una encantadora familia británica que conocieron en unas vacaciones, lo que comienza como una escapada de ensueño pronto se convierte en una retorcida pesadilla psicológica.
Escrita para la pantalla y dirigida por James Watkins, guionista y director de Eden Lake y de la galardonada y gótica historia de fantasmas La mujer de negro, No hables con extraños está basada en el guion de toda una sensación del cine de terror danés de 2022: la película Gæsterne, escrita por Christian Tafdrup y Mads Tafdrup, que obtuvo nada menos que 11 nominaciones a los Premios Robert, el equivalente danés a los Oscar.
No hables con extraños está producida por Jason Blum (Five Nights at Freddy’s, M3GAN) para Blumhouse y por Paul Ritchie (McMafia, Harry Palmer: El expediente Ipcress). La producción ejecutiva corre a cargo de Beatriz Sequeira para Blumhouse, Jacob Jarek y Christian Tafdrup.
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