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«Anarchy: La noche de las bestias» («The Purge: Anarchy», 2014), de James DeMonaco

La primera película de la saga ‒The Purge: La noche de las bestias (2013)‒ era una buena idea mal desarrollada. De pronto, su responsable nos entrega un filme que ya es otra cosa: la película más orgullosamente carpenteriana del año, con una primera hora antológica y una logradísima atmósfera de inquietud y desazón.

Y Frank Grillo está excepcional: parece un ex “nuevo romántico” despedido de Duran Duran y buscándose la vida en las calles.

Sinopsis

Anarchy: La noche de las bestias es un thriller especulativo que muestra lo que ocurre fuera de las urbanizaciones de clase media llevándonos nuevamente a un futuro nada utópico. El gobierno, ahora en manos de los Nuevos Fundadores de América (NFA), autoriza una Purga anual de doce horas para mantener el crimen por debajo del uno por ciento. Las comisarías y los hospitales cierran sus puertas, y durante una noche cada uno es libre de hacer lo que quiera sin temer consecuencia alguna.

Ha llegado el momento de llevar la anarquía a las calles.

Esta nueva entrega cuenta la historia de cinco personas que descubrirán en el transcurso de esa noche hasta dónde son capaces de llegar para salvarse a sí mismas primero y a las otras cuatro después.

La historia empieza con Leo (Frank Grillo, Capitán América: El soldado de invierno, La noche más oscura), un sargento solitario que ha perdido a su hijo. Después de hacerse con bastantes armas para sobrevivir hasta el amanecer, se entrega a su obsesión: vengarse de los que destruyeron su familia.

Eva (Carmen Ejogo, Away We Go, el próximo estreno Selma) es una madre soltera con dificultades para llegar a fin de mes y que vive en un barrio pobre con su hija Cali (Zoë Soul, Prisioneros, la serie Reed Between the Lines). No disponen de los sistemas de seguridad de la clase media y cuando un grupo de enmascarados las ataca en su casa, no les quedará más remedio, si quieren sobrevivir, que fiarse de Leo. Este, al ser testigo de su secuestro, dispara a los atacantes a pesar de saber que eso no le ayudará a llevar a cabo su venganza personal.

Shane (Zach Gilford, El heredero del diablo, la serie Friday Night Lights) y Liz (Kiele Sanchez, Escapada perfecta, la serie The Glades) son una pareja a punto de separarse a la que roban el coche. Se refugian en el vehículo blindado de Leo y unen sus fuerzas con los otros tres ocupantes para defenderse de los que ejercen su derecho al caos.

Los inesperados aliados empiezan a poner en duda todo lo que sus líderes les han enseñado hasta entonces, mientras les persiguen por la enorme ciudad e intentan seguir vivos durante la noche más larga.

En 2013 el público aplaudió un innovador concepto: durante una noche, cualquier crimen era legal. Los espectadores convirtieron The Purge: La noche de las bestias en un éxito de verano que se colocó a la cabeza de la taquilla estadounidense el fin de semana de su estreno recaudando nada menos que 34,1 millones de dólares.

Al ver la reacción del público, el director y guionista de The Purge: La noche de las bestias, y guionista de Negociador y Asalto al distrito 13 decidió volver a sumergirse en el explosivo universo que había creado con una idea aún más llamativa para la secuela: esta vez, se seguiría La Purga anual desde la calle.

Tal como demostró la recaudación de The Purge: La noche de las bestias, el público se sintió fascinado por el concepto que presentaba la película, y muchos espectadores se hicieron la siguiente pregunta: «¿Qué pasaría si esto ocurriese en mi barrio?» Pero el director James DeMonaco y el productor Sébastien K. Lemercier plantearon la película como una producción de presupuesto reducido que hablara de la sociedad actual.

El director fue el primer sorprendido al descubrir que el concepto tenía un alcance tan universal: «Sébastien y yo siempre creímos que sería una película independiente, políticamente subversiva, que se proyectaría en pequeñas salas de arte y ensayo de Los Ángeles y Nueva York. Para empezar, la familia que protagoniza la primera entrega no es especialmente aristócrata, lo que no cuadra con las producciones de Hollywood. Planteamos The Purge: La noche de las bestias como una especie de cuento moral sobre una familia de advenedizos y lo que aprenden sus miembros acerca de la violencia, el dinero y las clases sociales. La idea era que fuera mucho más provocativa que comercial, pero al parecer, ahora es ambas cosas».

El director no tiene reparos en reconocer que sus películas no solo deben ser entretenidas, también deben aportar temas de conversación. «Con estas dos entregas, espero reflejar algo que pasa en la sociedad estadounidense y nuestra visión de la violencia», dice. «Nuestro país no se parece a otros. Con la primera entrega vimos que el espectador salía del cine hablando de la relación que nuestra sociedad mantiene con la violencia».

El cineasta pensó que una secuela le permitiría expandir el concepto y mostrar al público lo que pasaba en el mundo que él imagina y que va mucho más allá de la urbanización donde transcurre la primera entrega. «Siempre pensamos que si teníamos la suerte de poder rodar una segunda parte, mostraríamos lo que pasa esa noche en las calles de una de las mayores ciudades de Estados Unidos», explica. «Queríamos ampliar nuestra visión porque nos pareció que al espectador le gustaría ver más que en la primera».

En palabras del productor Jason Blum: «Me gusta el proceso de trabajo de James. Es un creador apasionado y tiene opiniones muy definidas, pero también sabe escuchar. La mayoría de guionistas y directores hacen una cosa o la otra: o escuchan demasiado o son demasiado testarudos y no hacen caso a nadie. James sabe equilibrar ambas cosas porque le importa mucho lo que hace, tanto que inspira a todos los que trabajan con él».

El realizador ya había trabajado con Frank Grillo en la miniserie The Kill Point, por lo que no le costó imaginar al actor encarnando al duro e ingenioso Leo. Era perfecto para el papel. «Sigo a Frank desde The Kill Point y me gusta lo que hace. Frank es un tipo duro en la realidad, y buscábamos a un actor que no tuviera que fingir ser duro», dice James DeMonaco.

Brad Fuller está totalmente de acuerdo y añade, riendo: «Si tuviera que salir a la calle la noche de la Purga, lo haría en compañía de Frank Grillo. Estoy seguro de que sobreviviría».

Jason Blum también era de la misma opinión que el director: «James tenía muy claro que debía ser alguien con una enorme dosis de heroísmo y, a la vez, que fuera como cualquier otro, y es lo que mejor se le da a Frank. Sientes que puede ser amigo tuyo, pero también que sus heroicidades le ponen fuera de tu alcance. Su papel en la película es de perdedor cínico que, sin embargo, tiene un corazón de oro».

Frank Grillo cuenta cómo se apuntó al proyecto: «Estaba de camino a Los Ángeles cuando me llamó James y me dijo que estaba preparando una secuela de The Purge: La noche de las bestias. Me contó la historia por teléfono y me gustó. Sonaba a película de vaqueros, algo como El fuera de la ley. Me pareció interesante y acepté nada más leer el guión».

Copyright del artículo © Hernán Migoya. Publicado previamente en Utero.Pe con licencia CC.

Copyright de imágenes y sinopsis © Blumhouse Productions, Universal Pictures. Reservados todos los derechos.

Hernán Migoya

Hernán Migoya es novelista, guionista de cómics, periodista y director de cine. Posee una de las carreras más originales y corrosivas del panorama artístico español. Ha obtenido el Premio al Mejor Guión del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, y su obra ha sido editada en Estados Unidos, Francia y Alemania. Asimismo, ha colaborado con numerosos medios de la prensa española, como "El Mundo", "Rock de Lux", "Primera Línea", etc. Vive autoexiliado en Perú.
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