Crítica: ‘Dune: Parte Dos’ (2024)

Poco se puede añadir ya sobre Dune, una de las novelas más influyentes en la ciencia ficción y la fantasía, lectura obligada para los aficionados a estos géneros y casi obligada para el lector en general. Los fans más puntillosos quizá consideren imperdonables las diferencias entre el voluminoso libro y la adaptación de la primera mitad del mismo que llevó a cabo Denis Villeneuve en 2021, pero lo cierto es que se trataba, en general, de una película muy fiel al original literario, tanto en su desarrollo, su entorno y sus personajes. Incluso el reparto resultó de lo más apropiado, empezando por el zangolotino y soso Timothée Chalamet en el papel de zangolotino y soso Paul Atreides, «héroe» improbable, distante y algo antipático, como tanto personajes del libro.

Cuando Dino De Laurentiis estrenó su adaptación en 1984 (admitamos que es una película de De Laurentiis más que de Lynch) introdujo ideas locas, grotescas y llamativas, para furia de los fans de Frank Herbert, pero más o menos siguió el argumento de la novela, al menos hasta su primera mitad, «ventilándose» la segunda de una manera apresurada, confusa y chapucera.

Denis Villeneuve cuenta con la ventaja de disponer de una película de más de dos horas y media para narrar ese segmento del libro en el que Paul Atreides se integra en la tribu de los duros y beligerantes fremen, habitantes del desierto, para ir ascendiendo en importancia hasta convertirse en su líder mesiánico, siguiendo, a regañadientes, un plan maestro diseñado con antelación por las maquiavélicas brujas (?) Bene Gesserit.

Frank Herbert nunca ocultó que una de las principales influencias de Dune fue Los siete pilares de la sabiduría, autobiografía novelesca y quizá fantasiosa del fascinante Thomas Edward Lawrence.

Como no podía ser de otro modo, Dune: Parte Dos, no puede librarse de la influencia del clásico absoluto del cine Lawrence de Arabia (1962), obra maestra de David Lean (que no Lynch) en la que se narra la participación clave del oficial británico en la revuelta de los árabes durante la Gran Guerra.

Las comparaciones aquí serían injustas, pero es visible la intención de Villeneuve de llevar a cabo un trabajo de cine épico similar, un espectáculo para el cual hasta la televisión casera más grande se queda pequeña, y que se disfruta en su plenitud en una pantalla gigante de IMAX.

Eso sí, la frialdad del director canadiense, si bien cercana a la novela en cuanto a sus personajes y argumento, impide transmitir el calor insoportable y la belleza del desierto, bajando tanto la saturación de los colores (en el caso del planeta de los Harkonnen, Giedi Prime, directamente se pasa al blanco y negro) que Arrakis, el planeta de las dunas en el que el agua es un tesoro, parece un lugar gélido más que asfixiante.

Falta también calor humano y pasión, pero eso se puede atribuir al material literario, así que Dune: Parte Dos solo acaba siendo un heredero, digamos, conceptual de Lawrence de Arabia, donde no faltan las escaramuzas y batallas de los fremen en su desigual lucha contra los tecnificados Harkonnen, con espectaculares asaltos a cosechadoras y ornitocópteros, mientras los poderosos manipulan para su beneficio la supuesta guerra de los nativos por su independencia.

También como en la novela, los personajes secundarios aportan un poco de calidez y sabor frente a los graves protagonistas, destacando el trabajo de los veteranos de No es país para viejos Josh Brolin y Javier Bardem, este último canalizando en cierto modo el espíritu de Anthony Quinn en el mencionado film de David Lean, pero sin recurrir a narices falsas.

Dune: Parte Dos es una adaptación modélica, casi académica, de la novela. Está bien dirigida, técnicamente resulta impoluta y deja con ganas de ver la siguiente entrega (tenemos un atisbo fugaz de Alia, la hermana de Paul, encarnada por Anya Taylor-Joy). Es lo que se esperaría de una adaptación adecuada, y quizá por esa falta de osadía nunca llega a sorprender u ofrecer ninguna imagen memorable.

Al final, acaba siendo más gustoso, y casi más espectacular, el fallido film de 1984, con todos sus defectos pero también con sus extravagancias barrocas, su gore sadomasoquista y su Sting en calzoncillos, si bien Elvis como Feyd-Rautha Harkonnen supone uno de los puntos fuertes de Dune: Parte Dos, un film totalmente recomendable en pantalla grande.

Sobre Hans Zimmer reciclando cantos femeninos «étnicos» y tabarra de sintetizador, como de costumbre, mejor guardamos silencio.

Sinopsis

Dune: Parte Dos se adentrará en el viaje mítico de Paul Atreides cuando se une a Chani y a los Fremen en una guerra de venganza contra los conspiradores que destruyeron a su familia. Tendrá que elegir entre el amor de su vida y el destino del universo conocido mientras lucha por evitar un horrible futuro que solo él puede prever.

El premiado realizador Denis Villeneuve se embarca en Dune: Parte Dos para dar continuidad a la mítica la saga. Villeneuve dirigirá el siguiente capítulo de la popular novela de Frank Herbert Dune, con un reparto estelar e internacional que cuenta con nuevas incorporaciones. La película, de Warner Bros. Pictures y Legendary Pictures, es la esperadísima continuación de Dune, ganadora de seis Premios de la Academia en 2021.

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