Vicente DíazEn sus comienzos, a principios de siglo, DreamWorks Animation era frecuentemente considerada por cinefilia y crítica como la competencia menor de Pixar, por entonces una factoría de películas de animación por ordenador creativas y memorables. A día de hoy, con una Pixar que más perdida que Bob Dylan en el vídeo de «We Are the World» tras el despido de su principal mente creativa, John Lasseter, el enfoque de sus productos al formato streaming y un excesivo hincapié en los mensajes explícitos (bienintencionados, pero algo sermoneadores) por encima del entretenimiento, han provocado que las películas de DreamWorks se hayan convertido en una opción más satisfactoria a la hora de llevar a toda la familia al cine.
Sin que falten los mensajes positivos, que nunca vienen mal, lo cierto es que las ya veteranas franquicias del estudio de animación se centran más en la aventura, el humor y el entretenimiento rápido, a ratos vistoso, pero sin ambiciones por encima de esa. Po, el Kung Fu Panda, como otros personajes de la factoría (Shrek, el dragón Desdentao, el Gato con Botas…) son lo suficientemente veteranos como para haber acompañado las infancias de los que hoy son jóvenes adultos y los que tienen todavía la suerte de ser niños devoran una y otra vez sus aventuras. Así pues, esta cuarta parte de las aventuras del simpático y achuchable Guerrero del Dragón ofrece más de lo mismo, sin por ello aburrir, echando, eso sí, una mirada atrás ‒no nostálgica, por fortuna‒ a las correrías previas del personaje, incluyendo cameos de antiguos enemigos como el leopardo Tai Lung o el pavo real Lord Shen (favorito de un servidor), si bien hay una nueva villana a la altura de la estupenda galería de «nemesises», como diría Po, del héroe.
Po, a regañadientes, ha de ceder el puesto de Guerrero del Dragón a un aprendiz, para así ascender a su nuevo nivel de líder espiritual. La película trata sobre enfrentarse a los cambios. No es un mensaje implícito, sino que se verbaliza para quede claro al más despistado, pero tiene su poesía que la villana sea pues una camaleona con la capacidad de absorber el aspecto ‒y más tarde, las habilidades‒ de los anteriores enemigos del panda, lo cual culmina en un enfrentamiento final que remite a tantos videojuegos en los que eso mismo sucede.
La influencia de los videojuegos, así como del cine de artes marciales más saltimbanqui y el folclore chino ‒pasado por el filtro de Hollywood, claro está‒, sigue siendo la base de esta franquicia, donde hay más planeos, cabriolas y slapstick superheróico que kung fu, pero de vez en cuando se nos regalan momentos de este siempre espectacular arte marcial. De vez en cuando, también asistimos a momentos de animación 2D basados en la pintura del Lejano Oeste y algunos manierismos del anime.
Diversión infantil ‒incluyendo un gag sobre flatulencias que deleitará a los mocosos‒ que no causa dolor a los adultos, ni mucho menos.
Sinopsis
Tras casi una década, esta primavera regresa a la gran pantalla Po, el maestro de kung-fu más peculiar del mundo, en una desternillante y cañera nueva entrega de la aclamada saga cómica de acción de DreamWorks Animation: Kung Fu Panda 4.
Después de tres peligrosas aventuras desafiando a la muerte y derrotando a supervillanos con su inigualable coraje y su impresionante dominio de las artes marciales, Po, el Guerrero del Dragón (con voz en VO del nominado a los Globos de Oro Jack Black y de Florentino Fernández en la versión doblada al español) se encuentra con que el destino le llama… a tomarse un respiro. Más concretamente, le ofrecen convertirse en el líder espiritual del Valle de la Paz.
La propuesta le plantea un par de problemas obvios. Primero, Po sabe tanto de liderazgo espiritual como de dietas, y segundo, necesita encontrar y entrenar lo más rápido posible a un nuevo Guerrero del Dragón antes de poder ocupar su prestigioso y flamante nuevo cargo.
Por si fuera poco, últimamente ha aparecido una malvada y poderosa hechicera llamada la Camaleona (Viola Davis en VO, ganadora del Premio Oscar®), una diminuta sabandija que puede transformarse en cualquier criatura, grande o pequeña. Y la Camaleona ha puesto sus codiciosos y minúsculos ojos de canica en el Báculo de la Sabiduría de Po, que podría darle el poder de invocar a todos los maestros villanos que Po derrotó y desterró en su día al reino de los espíritus.
Parece que Po va a necesitar ayuda. Y la encuentra (más o menos) en la astuta e ingeniosa ladrona Zhen (Awkwafina en VO, ganadora del Globo de Oro), un ejemplar de zorro corsac que pone de los nervios a nuestro panda, pero cuyas habilidades demostrarán ser de gran valía. Para proteger el Valle de la Paz de las reptilianas garras de la Camaleona, esta divertida e insólita pareja tendrá que trabajar codo con codo. En el proceso, Po descubrirá que los héroes pueden hallarse en los lugares más inesperados.
La película cuenta de nuevo en la versión original con las voces de estrellas como el ganador del Oscar® Dustin Hoffman en el papel del maestro de kung-fu Shifu; James Hong (Todo a la vez en todas partes) como el Sr. Ping, el padre adoptivo de Po; el nominado al Oscar® Bryan Cranston como Li, el padre biológico de Po; y el nominado al Premio Emmy Ian McShane como Tai Lung, exdiscípulo de Shifu y antiguo archienemigo. El ganador del Oscar® Huy Quan (Todo a la vez en todas partes) se une también al reparto de la versión original dando voz a un nuevo personaje: Han, líder de la Guarida de los Ladrones.
Kung Fu Panda 4 está dirigida por Mike Mitchell (Trolls; Shrek, felices para siempre), ambas de DreamWorks) y producida por Rebecca Huntley (Los tipos malos, de DreamWorks). Stephanie Ma Stine (She-Ra y las princesas del poder) codirige la película. En 2008, Kung Fu Panda, primera entrega de la saga y nominada a los Premios Oscar®, se convirtió en la película de animación original de DreamWorks Animation más taquillera y dio origen a una franquicia que ha recaudado más de 1.800 millones de dólares en las taquillas de todo el mundo.
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Manuel Rodríguez Yagüe
