Investigadores de la Universidad de Florida (Estados Unidos) confirmaron en la revista Journal of Vertebrate Paleontology (2009) que los tiburones blancos actuales (Carcharodon carcharias) evolucionaron del tiburón mako de dientes anchos (Isurus hastalis), ya extinto, y no del Carcharodon megalodon, el pez carnívoro más grande que se ha conocido, como los paleontólogos creían. Los resultados se basan en el fósil de una especie primitiva de tiburón blanco de entre 4 y 5 millones de antigüedad.
El estudio de la Universidad de Florida contribuyó a resolver un antiguo debate en la paleontología de los tiburones que perdura desde hace más de 150 años. Mientras un grupo de paleontólogos pensaban que el tiburón blanco (Carcharodon carcharias) es un pariente más pequeño de la línea de especies de la que procede el Carcharodon megalodon, un segundo grupo defiende que este tiburón procede el mako de dientes anchos (Isurus hastalis).
De acuerdo con el segundo grupo, se debería haber cambiado el nombre del género del Megalodon, que midió hasta 18 metros de longitud, para distinguir entre los ancestros. La investigación publicada en Journal of Vertebrate Paleontology confirmó que el Megalodon y los modernos tiburones blancos están mucho menos relacionados de lo que los paleontólogos inicialmente creían.
“Creo que este ejemplar aclarará las cosas”, señaló Dana Ehret, autora principal autora y estudiante de doctorado de Paleontología de vertebrados del Museo de Historia Natural de Florida. Aunque aclaró que “cuando sólo disponemos de dientes aislados para hacer una descripción, es muy difícil llegar a una conclusión definitiva”.
Un fósil de más de cuatro millones de años, la clave
Para llegar a sus conclusiones, los investigadores se basaron en un ejemplar “extraordinariamente” bien conservado de una especie primitiva de tiburón blanco de 4 a 5 millones de años de antigüedad. El fósil hallado en Perú en 1988 se compone de una mandíbula completa con 222 dientes intactos y 45 vértebras. Las especies de escualos más antiguas sólo se conocen por algunos dientes aislados.
Los científicos estadounidenses se basaron en el tamaño de los dientes y en el análisis de los anillos de crecimiento intervertebrales para determinar que el tiburón debía tener unos 20 años y medir de 5 a 5,5 metros de longitud, un tamaño que es más verosímil con la media de los tiburones blancos actuales.
Los dientes permiten a los investigadores observar distintas características para determinar el género y la especie de un fósil, como “la dirección de las curvas de un diente hacia el exterior de la mandíbula o hacia su línea media”, subrayó Ehret. La investigadora piensa que el fósil pertenece a una especie de tiburón blanco estrechamente emparentado con Isurus hastalis, un tiburón mako de dientes anchos que probablemente llegó a alcanzar un tamaño de unos 8 metros de longitud y que vivió hace de 9 a 10 millones de años.
“Hasta ahora es el único cráneo parcial fosilizado de un tiburón blanco jamás encontrado”, apuntó Gordon Hubbell, propietario del fósil y coautor del estudio. El ejemplar procedía de una zona conocida como la Formación Pisco, famosa por sus ricos lechos fosilíferos que datan del Mioceno tardío al Pleistoceno, desde hace aproximadamente un millón hasta 9 millones de años. En aquellos tiempos la región era un resguardado entorno marino poco profundo ideal para la conservación de los esqueletos. Aparte del fósil de tiburón, se han encontrado fósiles de ballenas, perezosos acuáticos y tortugas marinas.
En busca del vínculo entre Carcharocles y Otodus
Según el paleontólogo de vertebrados Kenshu Shimada, profesor adjunto de la Universidad DePaul de Chicago (Estados Unidos), el estudio confirma la relación evolutiva entre el mako extinto y el tiburón blanco moderno. Los paleontólogos necesitan ahora esqueletos fósiles de Megalodon y de un tiburón de la extinta familia de los Otodontidae como Otodus, una especie de tiburón cailón prehistórico que vivió hace entre aproximadamente 40 y 60 millones de años.
“Si podemos demostrar el estrecho vínculo entre Carcharocles y Otodus a partir de estos restos de esqueletos, podremos establecer un debate evolutivo y taxonómico”, explicó Shimada.
El Megalodon fue clasificado en 1840 en el mismo género que los tiburones blancos de la actualidad, basándose en la similitud entre la forma del diente y los dientes en forma de sierra para comer mamíferos marinos. Los tiburones mako no tienen dientes en forma de sierra debido a que comen fundamentalmente pescado.
Sin embargo, Ehret ha recalcado que los gruesos dientes en forma de sierra del fósil de tiburón son la prueba de una transición entre los tiburones mako de dientes anchos y los modernos tiburones blancos. “Aquí tenemos un tiburón que está adquiriendo dientes en forma de sierra y que se está convirtiendo en un tiburón blanco, pero que todavía no lo es”, ha detallado la investigadora.
Según Ehret, la transición de tiburones con dientes enormes como Megalodon a los modernos tiburones blancos exigiría cambios en el tamaño corporal y en la forma de sierra, grosor y esmalte de los dientes. No obstante, la transición desde el tiburón mako de dientes anchos hasta los tiburones blancos de ahora requeriría sólo la presencia de dientes en forma de sierra y un cambio en la inclinación de la posición clave de los dientes.
Imagen superior: «Rise of the Great White Shark» (2017), de Andy Casagrande.
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