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«The Phantom (El Hombre Enmascarado)» (1936-1937), de Lee Falk y Ray Moore

¡Por favor, no os perdáis el primer tomo de The Phantom recogiendo su debut en los cómics en 1936! Es como la comedia Top Secret, pero en tebeo y con toda la aventura intacta. ¡Vais a morir de risa y a revivir de emoción!

Todo está ya en esta historieta que cumple 86 años de edad: con el tiempo, igual que un mensaje escrito con tinta de orina, surgen en su trenzado de viñetas nuevos focos de comicidad involuntaria, dentro de un contexto trepidante y provisto de su propio lenguaje cómplice de humor negro, proporcionado por el gran guionista Lee Falk.

Los gags, inconscientes o aposta, son infinitos: durante sus andanzas, El Hombre Enmascarado recibe una tremenda cuchillada en el brazo que requiere de un torniquete improvisado con un trozo de falda de su amada, pero luego el torniquete desaparece en plena acción y él se recupera instantáneamente sin cesar de repartir hostias ‒nunca más se vuelve a mencionar la herida que tanto nos preocupaba‒. Luego «el duende que camina» (su primer apodo) es atado a un poste de tortura, pero cuando los villanos huyen de su guarida en pleno incendio, aparece convenientemente fuera del poste para que pueda quemar sus cuerdas contra un hierro al rojo y así huir «ileso». Sus aliados son anunciados como ¡pigmeos caníbales!

El médico le salva la vida «operando» su cuerpo aplastado por la presión submarina. En pleno clímax de suspense y cuando el héroe advierte que algo malo puede suceder, la cartela anunciando el contenido de la siguiente tira titula anticlimáticamente: «Algo ocurre».

Un esbirro «salvaje» suplica al héroe que no le hunda en su submarino golpeteando frenéticamente en morse «P-A-R-A, P-A-R-A» con un martillo contra la chapa ‒esta escena es hilarante‒. Y en resumen, por si os preguntabais si nos hallamos ante una obra de género fantástico, os aclaro la cuestión: las modificaciones arbitrarias del escenario y los cambios de posición de personajes inmóviles son el único elemento verdaderamente sobrenatural de la historia.

El Hombre Enmascarado sigue siendo el personaje más intrigante del cómic épico USA, con mil simbologías en su representación gráfica que continúan ejerciendo una poderosa atracción sobre nuestro inconsciente: ¿será su cabeza-polla, la ausencia de pupilas, su uniforme malva, su calzón a rayas de abultada pistola enfundada con pulcritud de militar alemán?

Freud haría malabares con él.

Esta primera etapa del personaje, dibujada por Ray Moore con espíritu licencioso ‒tanto para los atuendos erotizantes como para el rigor de los fondos‒, resulta fascinante: su toque inimitable pese a un estilo irregular ‒o tal vez precisamente debido a ese estilo irregular‒ dota a este clásico de un componente atmosférico y mágico que nos atrapa sin remisión. Y, como suele suceder en las tiras y folletines USA de los años 30, su heroína, Diana Palmer, es una mujer independiente y guerrera que inaugura la historia a puñetazos.

No me cansaré de recomendar este volumen: corred y leedlo. Si escribís literatura o cómic, os suministrará una fuente de inspiración interminable.

La edición española proviene de Dolmen, traducida impecablemente por Rafael Marín (uno de los pocos profesionales del medio que traduce «wow» como debe ser, en lugar de inventarse una palabra absurda que no se corresponde ni siquiera fonéticamente con la que pronunciamos en español, sólo por evitar el falso problema de un término polisémico: a veces en nuestro mundo la etiqueta de «novela gráfica» no quita lo cateto) y procesada de modo sobresaliente por Jesús Yugo y Carlos Casamayor.

Sinopsis

Estamos en 1936, el mundo es todavía enigmático y exótico. Piratas modernos en oriente y occidente toman el relevo de los antiguos piratas de otros tiempos. Ninguno más peligroso que los que componen la sociedad secreta conocida como la Hermandad de los Singh.

Una joven aventurera y exploradora, Diana Palmer, descubre un fabuloso yacimiento de ámbar gris, y esas riquezas la ponen en el punto de mira de hampones sin escrúpulos que no vacilarán en secuestrarla o torturarla por apoderarse del yacimiento submarino.

Ni siquiera Diana imagina que tiene de su parte a un misterioso hombre enmascarado cuyo nombre inspira terror en los bajos fondos del todo el mundo… ¡El Fantasma!

Copyright del artículo © Hernán Migoya. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Dolmen Editorial. Reservados todos los derechos.

Hernán Migoya

Hernán Migoya es novelista, guionista de cómics, periodista y director de cine. Posee una de las carreras más originales y corrosivas del panorama artístico español. Ha obtenido el Premio al Mejor Guión del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, y su obra ha sido editada en Estados Unidos, Francia y Alemania. Asimismo, ha colaborado con numerosos medios de la prensa española, como "El Mundo", "Rock de Lux", "Primera Línea", etc. Vive autoexiliado en Perú.
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